(Minghui.org) Fui miembro de la liga juvenil comunista por 12 años desde 1996, pero tenía intereses mucho más amplios fuera de la ideología comunista. Leía libros del Budismo y practiqué varios estilos de qigong.

Sin embargo, no fue hasta que encontré el libro Zhuan Falun que me di cuenta de qué es la verdadera cultivación. Lo leía durante el día, en las tardes, esperando el tren, y en el tren. Después de que terminé de leer el libro, todavía quería leer un poco más. Cuanto más leía, más me daba cuenta de la riqueza de su contenido. No podía dejar de leerlo.

Cada vez que recibía mi cheque de pago, la primera cosa que hacía con el dinero era comprar 12 copias de Zhuan Falun para dárselas a mis familiares, compañeros de clase, profesores, superiores, colegas, amigos y parientes.

De algún modo sentí el verdadero valor del libro. He estado practicando Falun Dafa (o Falun Gong) por 20 años. Han sido 20 años de pruebas y tribulaciones, alegría y admiración. Gracias a Shifu, he llegado a donde estoy hoy.

Avanzando diligentemente en la cultivación de Dafa desde el principio

Pertenezco al grupo de practicantes de Dafa que que se encuentran en el estado de iluminación gradual. Cuando por primera vez obtuve el Fa y estaba aprendiendo el tercer ejercicio, mi tianmu se abrió. Vi enfrente de mí un gran, puro e inocente ojo.

Cuando estaba aprendiendo el cuarto ejercicio el día siguiente, vi dos ojos enfrente de mi. En medio año, cuando me senté en meditación, podía levitar. Cuando me acosté, incluso mis colchas flotaban.

Una conferencia del Fa se llevó a cabo en el auditorio de la Comisión Estatal de Planificación de Beijing en el otoño de 1997. Yo era una de los oradores. Hablé sobre mi cultivación y algunos entendimientos personales del Fa.

Muchas personas se conmovieron y muchos oficiales de gobierno se aturdieron sobre lo que tenía que decir. Los que habían experimentado la revolución cultural eran especialmente sensibles a algunos de los temas de los que hablé.

Más de una persona me advirtió que fuera cuidadosa de no poner mi “futuro político” en peligro. Mi respuesta fue una leve sonrisa.

Mi presentación en el trabajo fue elogiada y lentamente ascendí a una posición de liderazgo.

El 25 de abril de 1999, me acababan de transferir a la oficina de peticiones. En ese día histórico, los practicantes de Dafa de todo el país llegaron a Beijing para participar en una petición legal y pacífica frente a la oficina nacional de peticiones.

Me uní a ellos sin dudarlo.

Algunos practicantes tenían miedo que la petición se extendiera hasta el día siguiente y llamaron a sus oficiales para solicitar permiso. Pensé: “Creo que soy la única practicante que trabaja en la oficina de peticiones. Mi presencia aquí, ¿afectará mi trabajo y mi futuro político?”.

Tomé una decisión: “Continuaré de pie con los otros para apelar por Falun Gong, aunque me despidan”.

Me quede hasta el final, después fui a casa. Al día siguiente, me pusieron bajo investigación.

Centrándome en un pensamiento: validar Dafa

Fui arrestada, detenida y encarcelada varias veces después de que la persecución a Falun Dafa empezó el 20 de julio de 1999. Mi reputación fue arrastrada por el barro. Funcionarios del gobierno local y la policía me extorsionaron con grandes sumas de dinero. También fui brutalmente torturada varias veces.

Fui a Beijing por tercera vez en el año 2000 a llevar una carta de petición. La carta planteaba tres asuntos: (1) Falun Gong es completamente beneficioso para la sociedad, (2) los incidentes de la persecución desde julio de 1999, y (3) una apelación para todos los niveles del gobierno de cesar y desistir de perseguir a los practicantes de Falun Gong.

Fui arrestada en la plaza de Tiananmen y me condenaron a cinco años de prisión. Mi suegro falleció de gran angustia después de mi sentencia.

En la primavera de 2001, fui llevada a la fuerza a un centro de detención por cuatro policías militares y llevada a prisión. Fui transferida a otra prisión una semana después.

Mis manos estuvieron esposadas detrás de mi espalda por un largo tiempo. Fui torturada con picanas eléctricas, sometida a régimen de aislamiento e inyectada con drogas desconocidas.

Quedé discapacitada en la primavera de 2002 y perdí toda mi fuerza. Apenas podía estar de pie. Temblaba de frío bajo un grueso abrigo en pleno verano.

Mi madre vino a visitarme y se sorprendió al ser testigo de lo que me había convertido. Falleció un mes después.

En la primavera de 2003, tuve noticias de mi marido, quien era un funcionario de gobierno, había sido condenado a 15 años por practicar Falun Gong. Nuestra hija de 11 años tuvo que trasladarse al campo para vivir con sus abuelos.

Fui torturada al punto que apenas podía caminar. Cuando los internos tenían que salir a trabajar a los campos, cuatro prisioneros criminales me arrastraron. Mi condición física empeoró.

Viendo mi condición, algunos practicantes, atraídos por la promesa de una posible liberación anticipada, comenzaron a vacilar en su fe y dejaron de practicar.

La tasa de practicantes de Dafa que renunciaba a su fe incrementó, y la policía tenía su recompensa monetaria o promoción por hacer que eso suceda.

Un día, fui arrastrada a la enfermería para un chequeo. Mientras esperaba en la fila, no pude sostenerme y me deslicé hacia abajo en el suelo. Todo se volvió negro en frente de mí y creí que estaba al borde de la muerte. Grité en mi corazón: “¡Shifu, por favor sálvame!”.

Una voz respondió, “¡Aférrate a ese pensamiento!”. Sabía que era Shifu, y repetí una y otra vez los versos de Shifu en mi mente:

“con la palma recta, agitando Cielo y Tierra,
de pie en el aire, un gigantesco fo”

(El gran iluminado, Hong Yin)

Inicié una huelga de hambre por novena vez el 12 de julio de 2003. Un tubo plástico fue insertado en mi fosa nasal y fui alimentada por la fuerza durante tres meses.

Me entregué a Shifu, y después de dos días, podía sentir que las malas sustancias en mí habían sido eliminadas. Todo mi cuerpo se sentía ligero y mi mente estaba limpia. Era capaz de recordar poco a poco muchos versos de Hong Yin.

Un guardia después me llamó a su oficina y me preguntó por qué no comía.

“No tengo hambre”, respondí. “No he comido o bebido nada por nueve días, sin embargo me siento bien”. Incluso le canté una canción.

El guardia comentó: “Tienes potentes pulmones. Sin embargo, aquí, cuando no comes, serás alimentada por la fuerza”.

Los internos vinieron para someterme a la alimentación forzada, pero cuando abrieron la puerta a un corredor corrí afuera y entré en la oficina de correcciones.

Le dije al oficial de corrección que los internos estaban tratando a obligarme a comer aunque no estaba hambrienta. El oficial pareció sorprendido, y luego le gritó a los internos por dejarme correr por ahí.

Me enviaron de regreso a la primera prisión en medio de octubre de 2003, donde fui puesta en aislamiento. No había ventanas en la celda ni calefacción en invierno. El lugar era frío, oscuro y húmedo, con solo un una puerta de madera que conducía al pasillo.

Antes de las 4 en punto, todas las mañanas, varios presos criminales entraban en mi celda, me esposaban a la cama, y procedían a golpearme. Lágrimas de dolor caían incontrolablemente a veces, pero nunca pronuncié un sonido.

Cada vez que comía la comida suministrada, tenía dolor de estómago, mis pupilas se dilataban y mi pelo se cayó en grandes cantidades. Me di cuenta que la comida había sido envenenada, como se me habían dado varias clases de drogas desconocidas en la otra prisión.

Un día, una de los presas criminales me preguntó si podía cantar. No conocía canciones de Dafa en el momento, entonces canté una canción sobre ser una buena persona. Sus lágrimas caían libremente mientras cantaba.

Cuando terminé, exclamó, como si hubiese hecho un descubrimiento: “¡ella no es una enferma mental!”. Los guardias habían dicho aparentemente a los presos que yo era mentalmente inestable.

Se me permitió salir al patio con las manos esposadas una vez. Una de las presas me reconoció, y le dijo a los otros: “Ella no es mentalmente enferma. ¡Es una practicante de Falun Dafa!”.

Desde entonces, fui capaz de obtener materiales de Dafa y copias de las nuevas conferencias de Shifu a través de otros practicantes que estaban en la prisión.

Soñé que dos hadas colocaban algunas flores frescas junto a mi almohada. Se convirtieron en nubes de colores a medida que se iban volando y desaparecieron de la vista. Entonces otras dos hadas hicieron la misma cosa y desaparecieron de la misma manera. Sabía que era Shifu animándome.

Cosechando cultivos para validar el Fa

Mi prisión terminó a fines de agosto de 2005. Finalmente me dejaron salir de mi aislamiento y me soltaron las esposas. Me puse mi propia ropa y fui a casa. Mi suegra no podía reconocerme.

La primera cosa que hice fue limpiar y quemar todos mis libros, certificados de graduación y premios; todo lo que tenía que ver con el partido comunista chino (PCCh).

Mi suegra extrañaba a su único hijo. Todos los días decía: “Mi hijo nunca ha hecho nada malo. El es un buen hombre. ¿Nunca lo volveré a ver?”. Falleció en la primavera de 2009, mientras repetidamente pronunciaba el nombre de su hijo.

Mi hijo estaba por ir a una universidad. No tenía ninguna fuente de ingreso, entonces pedí prestado algo de dinero a amigos y parientes para comprar algunas semillas para cultivar maíz para vender.

No tenía dinero para fertilizantes o pesticidas. Solo podía sacar las malas hierbas con la mano.

Cuando coseché el maíz en el otoño, vi nueve flores de udumbara en las hojas del maíz. Se dice que las flores de udumbara significan la llegada de un sabio o un ser iluminado que viene a salvar a la gente en la tierra. Tuve una buena cosecha ese año.

Al año siguiente, mi vecina dijo: “Tus cultivos crecen, pero no usas fertilizantes. Con el tiempo, eso no va a funcionar. Haré un experimento contigo”.

Luego plantó dos hileras de maíz bien fertilizado justo junto a la mía.

Tuvimos una sequía ese invierno, y el maíz de mi vecina se hizo pequeño y seco. Sin embargo, mi maíz creció alto y rechoncho. También crecieron cacahuates este año, y mostraron el mismo resultado.

Cuando los otros notaron mi cosecha, dijeron que también podían no usar fertilizante el próximo año. Les dije: “Solo recuerden que con frecuencia repito las nueve palabras de oro: “¡Falun Dafa es bueno! ¡Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno!”.

Este es mi séptimo año plantando cultivos sin fertilizantes o pesticidas, y los rendimientos todos han sido extraordinariamente buenos.

Era la envidia de todos alrededor. Mi vecino me dijo: “¡Todos lo que usas es agua y tus cultivos ya crecen! Todos necesitamos practicar Falun Gong”.

Ya que la agricultura consiste en tirar las malas hierbas y matar vidas, me sentía un poco incómoda con eso. Pero mi mente se calmó luego de leer “Forma de xiulian” en Hong Yin III, donde Shifu menciona “Se va a la escuela, se labra la tierra y se hacen plantaciones, se va y se regresa del trabajo”.

Sabía en ese entonces que estaba caminando el camino recto que me permitía volver a mi origen, a mi ser verdadero. La comida natural es exactamente lo que la gente debería comer -no esos con fertilizantes o pesticidas. Los practicantes de Dafa lideran el camino y validan en Fa de diferentes formas.

La oficina 610 de la provincia de Hebei ordenó a los oficiales de la división de seguridad doméstica arrestarme en la noche antes de las olimpiadas de 2008. Acosaron a mis familiares para obtener información de mi paradero.

Con el fin de salvar a estos oficiales equivocados por cometer crímenes en contra de los practicantes de Dafa, me escondí durante una semana en mi campo de maíz. Pasé mis días enviando fuertes pensamientos rectos.

Allí había muchos mosquitos en el campo, y uno cayó en mi frente. Le dije al mosquito: “Soy una practicante de Dafa. Estoy a punto de enviar fuertes pensamientos rectos para eliminar las viejas fuerzas. Si tú estás aquí para interferirme, para perseguirme, tendré que eliminarte”.

El mosquito entonces voló.

Una vecina de buen corazón vino a atender mi campo y me encontró. Volvió con algo de comida y agua escondido en una cesta bajo algunas ropas.

Estaba construyendo una nueva casa que ya tenía un techo y paredes, pero no ventanas o puertas todavía. Me permitió quedarme allí para secarme cuando llovía y no tendría que preocuparme por comida ni agua.

Pude regresar a casa después de las olimpiadas.

Las personas se encuentran con retribuciones por maltratar a los practicantes de Dafa

Fui a Beijing para la petición en 2000 y fui arrestada. El oficial de policía que escribió mi informe e inventó mi “crimen”, fue encontrado muerto en su garaje tres años después.

En septiembre de 2009 fue el primer año de mi proyecto de agricultura. No usé pesticidas. Un jefe del pueblo lanzó sus restos de pesticidas a mi campo de maní a propósito. Una parte de mi plantación se apestó. Hizo lo mismo con mi maíz durante el año siguiente causando daños similares a una parcela de mi maíz. Murió de un ataque al corazón a los 54 años.

En octubre del 2011, el guardia de mi edificio me engañó para abrir mi puerta bajo el pretexto de controlar mi medidor de agua, para que la policía pudiera arrestarme. Fui perseguida hasta el punto en que perdí el conocimiento. Después de cuatro días, la oficina 610 tenía miedo de asumir responsabilidad y me liberaron incondicionalmente. El guardia se negó a escucharme cuando le hablé sobre Dafa y la persecución, e insistió en hacer una licitación al malvado partido. Murió de cáncer seis meses después.

El deber de ayudar a salvar personas con pensamientos rectos

Al ser testigo de cómo se fueron esas vidas por lo que habían hecho, honestamente, sentí pena por ellos. No sabían la verdad y fueron engañados por las mentiras del PCCh y la propaganda, y entonces inocentemente hacen cosas que verdaderamente no quisieran hacer.

Entendí la seriedad de mi responsabilidad de esforzarme para que estas personas escaparan de las mentiras y del engaño de la manipulación del PCCh.

En 2013, voluntariamente busqué a la cabeza de la división de seguridad nacional para hablarle sobre Dafa y la persecución y ofrecerle mis disculpas por no haber hablado con ellos antes.

Le dije formalmente que lo sentía, que no pude evitar que cometiera pecados y acumularan ye, porque mi cultivación no era lo suficientemente buena.

El sonrió y preguntó: “¿Quién se ha cultivado lo suficientemente bien?”. Incluso me ayudó a establecer la residencia para que tuviera una identificación y se dirigió a la secretaría de la política y el comité de asuntos legales para negociar el pago de mi salario.

Tomé un hermoso paquete con un CD sobre Dafa y fui a ver el director de la oficina 610 local en 2015, para ofrecércelo.

El director vaciló por un momento y dijo en voz alta: “Tráelo. Voy a destruirlo por ti. Puedo hacer algo de ti también”.

Cuando llegó a arrancar el CD de mi mano, le dije a él con calma: “Estoy segura que puedes hacer una llamada y la policía estará aquí inmediatamente para arrestarme. Tienes la llave del poder. Pero estoy aquí por tu bien… quiero salvarte del futuro desastre. Lo que decidas hacer es tu opción. Aún creo que si decides ponerme en peligro, un día te arrepentirás. La oficina 610 es una organización ilegal y no serás uno de los directores por el resto de tu vida”.

Me preguntó si había enviado querellas criminales en contra Jiang Zemin a la fiscalía popular suprema y el tribunal popular.

Le dije que sí, y envíe un fuerte pensamiento recto para que dejara de cometer pecados.

La próxima vez que visité la oficina 610, el director hizo que su contador me ofrezca un subsidio de 500 yuanes. Era una cantidad simbólica, pero me hizo dar cuenta del poder de la compasión, que es lo que los practicantes de Dafa deben poseer y practicar.