(Minghui.org) Tenía 40 años cuando me derrumbé por una hernia discal. Estaba confinada a una cama plana y atormentada por un dolor constante. No podía mover la espalda ni un solo centímetro ni levantar un vaso de agua. Contemplaba el reloj y me preguntaba si este era el propósito de la vida humana, estar simplemente estancada mientras el tiempo y la juventud transcurrían. ¿No había otra forma de vivir? Tenía tantas preguntas, sin embargo ninguna respuesta.

Justo después de que estuve lo suficientemente recuperada como para levantarme, comencé a eliminar grandes cantidades de mocos, sangre y carne. Perdí mucho peso. Los médicos en el hospital sospechaban que tuviera cáncer de colon, y querían hacerme una colonoscopía [para buscar dentro del intestino grueso] y confirmar el diagnóstico.

Frente a estas dos condiciones, perdí la esperanza y rechacé cualquier tratamiento posterior. Mi desesperanza se transformó en adormecimiento y luego en calma, una inquietante calma, a medida que esperaba. En un punto dije a mi marido: “Si muero, ¿Sabes cuales serán mis últimas palabras? Me di por vencida, por no encontrarle sentido a la vida.

Limpieza del cuerpo

Durante este momento de desesperación, fui introducida a Falun Gong. Haciendo caso a la bien intencionada recomendación de alguien, asistí a la proyección en video de la serie de lecciones de nueve días del Maestro Li Hongzhi [el fundador de Falun Gong]. Estaba medio adormecida mientras observaba y no entendí realmente lo que decía, pero los milagros comenzaron a presentarse. Mi pierna izquierda, que estaba sudando, comenzó a sentir frío. La parte baja de mi columna, donde cerca de cinco vértebras lumbares estaban afectadas por la protrusión discal lumbar, también comenzó a experimentar una fuerte corriente de frío.

Los practicantes estaban conmovidos y uno comentó que yo debía tener una fuerte relación predestinada, porque a pesar de que era mi primera vez en escuchar las lecciones del Maestro, él ya había empezado a ajustar mi cuerpo. Pregunté: ¿Dónde está el Maestro Li?”. “¡En el video, dando la conferencia!” respondió alguien. “¿Pero cómo puede un video reajustar mi cuerpo?”, pregunté. “No es algo que pueda explicarse en pocas palabras”, me dijeron. Todos me animaron para que continuara yendo a ver las conferencias.

Así que, llena de curiosidad, continúe asistiendo a las proyecciones. Al tercer día, mi tracto gastrointestinal comenzó a eliminar un montón de gases, eructos por la parte superior y gases por la parte inferior. Esto llegó a un máximo el quinto día, mi estómago rugía como una olla hirviendo, y eliminaba cada vez menos y menos sangre y mocos. Al séptimo día, ya no tuve ningún dolor abdominal. Y para el octavo día, los síntomas estomacales e intestinales habían desaparecido completamente. Sin embargo, después de completar los nueve días de lecciones, la hinchazón de mi pierna se había ido y el dolor de espaldas estaba mucho mejor. Podía mantenerme derecha mientras caminaba.

Nada menos que un milagro

Cuando fui al hospital para hacerme más pruebas, los resultados salieron completamente normales. Los médicos estaban atónitos. Me preguntaron cómo pude curarme en solo unos pocos días. No fue nada menos que un milagro. Mis síntomas habían desaparecido por completo luego de mirar las nueve lecciones de Falun Gong, y sin ningún tratamiento.

Unos pocos días después, con el pensamiento de curar completamente mi espalda, volví a asistir a una proyección de video de las conferencias del Maestro en un auditorio local. Cuando las luces se apagaron y comenzó la lección, sentí que algo subía desde mi estómago y llenaba mi boca inflando mis cachetes. No pude tragarlo de vuelta y lo lancé al suelo. Esto fue seguido por otra oleada. Vomité una y otra vez durante una hora y media. Cuando terminó la lección y volvieron las luces, me encontré con un gran charco de espuma blanca en el suelo. Esto volvió a pasar al segundo día y al tercero.

Por muchos años había sufrido de falta de aliento y opresión en el pecho, como si nunca pudiera tomar suficiente aire en mis pulmones. Había probado todo tipo de medicinas tradicionales chinas respiratorias, pero no hicieron nada que mejorara mis problemas. Luego de tres días de vómitos, pude llenar mis pulmones nuevamente.

Ese día tuvimos una ligera capa de nieve, y al inhalar profundas bocanadas de aire limpio, me di cuenta de que hacía un tiempo muy largo que no experimentaba una sensación tan maravillosa. Además, sufría de manos y pies fríos, pero después de que mis pulmones se recobraran, ya no tuve esos problemas.

Ni broma ni mito, una profunda Gran Ley

Después de experimentar cambios tan enormes y milagrosos en mi cuerpo, estaba completamente estupefacta. Si hubiese sabido de esta experiencia de segunda mano, lo hubiera considerado una broma y un mito. Pero definitivamente lo había experimentado. ¿Cómo y por qué fue esto posible? No podía explicarlo. Sin embargo, cada uno de los practicantes de Falun Gong a mi alrededor tuvieron sus propias experiencias y cambios, todos los cuales fueron igual de impresionantes, rápidos y maravillosos.

Adoctrinada por el ateísmo del partido comunista chino (PCCh), no tenía el concepto de dios. Lo único lógico para hacer era empezar a leer el Zhuan Falun, libro principal de Falun Dafa. Después de leerlo, comprendí que se trataba de una profunda y extraordinaria Gran Ley, una Ley que podía guiar en la cultivación, una Ley Divina que podía ayudar a los seres a alcanzar la consumación.

Primeras lecciones en la cultivación

Siguiendo los consejos de mi médico, hacía ejercicios diariamente para aliviar el dolor de mi espalda. Un día, estaba arrodillada en la cama haciendo otra vez los ejercicios, cuando sentí que algo en mi bajo vientre empujaba hacia arriba. Entonces sentí y escuche tres golpes fuertes. Estaba sorprendida y me preguntaba qué estaba pasando.

En el grupo de estudio del Fa, compartí la experiencia y pregunté si había obstruido el giro del Falun al inclinarme. Todos se rieron. Entonces aprendí que el Falun es colocado por el Maestro Li en otras dimensiones y no puede ser obstruido. El Maestro me estaba indicando que ahora me estaba cultivando y que ya no tenía problemas de salud, ya no había necesidad de hacer esos ejercicios diarios.

La cultivación no es para curar enfermedades

Cuando finalmente fui capaz de sentarme, comencé a hacer el ejercicio de meditación. Recuerdo claramente que una noche durante la meditación sentí fluir una corriente cálida desde mi cabeza hacia abajo. Me sentí muy bien. Pero cuando la corriente cálida alcanzó mi espalda lumbar, desapareció. Me sorprendí.

En el Zhuan Falun, dice sobre esta corriente “…recorriendo una vez todo el cuerpo”. (Lección octava)

¿Por qué había desaparecido? Entonces me di cuenta que yo quería que la corriente cálida fuera hacia mi protrusión discal y detuviera el dolor de mi espalda. ¡Todavía estaba pensando en curar mis enfermedades! El Zhuan Falun guía a las personas en la cultivación. Verdad-Benevolencia-Tolerancia guía a las vidas hacia reinos más elevados.

Cuando volvía a meditar el día siguiente, sentí que la corriente circulaba por todo mi cuerpo desde el tope de la cabeza. Agradecí silenciosamente al Maestro Li por limpiar mi cuerpo, y de golpe mi espalda dejó de doler. Esto fue hace 20 años.

Incluso durante la persecución, cuando estuve encerrada en campos de trabajo y me hicieron cavar pozos en el barro del río, reparar caminos, transportar pesadas cargas de papel por escaleras y otros trabajos físicos demandantes, el Maestro Li siempre me protegió, y la espalda no me dolió ni una vez. ¡Y pensar que una vez fui incapaz de levantar una copa!

En tres meses de aprender Falun Gong, todos mis síntomas de dolor de espalda, problemas intestinales y de respiración, desaparecieron.

El significado de la vida

Hago los ejercicios todas las mañanas en el sitio de práctica, luego llevo a mis hijos a la escuela y voy al trabajo. Cada atardecer después de trabajar tomo mi colchoneta y el Zhuan Falun y asisto a un pequeño grupo de lectura del Fa. A la noche, medito. Aunque solo duermo cuatro horas diariamente, me siento relajada y energética. No importa cuantas tareas haya que hacer, nunca me siento cansada. ¡Encontré el significado de la vida, y siempre estoy feliz!

Mi esposo ve cuántas cosas tengo que hacer todos los días, y dice: “Ahora que recobraste tu salud, no tienes que hacer los ejercicios todos los días. Puedo darte lo que quieras”. Yo le respondo: “Quiero estar siempre sana”.

Él sacude su cabeza y dice: “La gente tiene que comer para poder vivir, ¿qué clase de persona no se enferma? Pídeme otra cosa”. Yo le digo: “¡Quiero estar siempre feliz!”. Y mi esposo contesta: “Las personas tienen deseos y emociones, ¿cómo alguien puede ser siempre feliz? No puedo darte eso”.

Entonces le digo: “Incluso si tú no puedes darme esas cosas, mi Maestro puede”. Mi marido responde con una sonrisa. De hecho, el ve a diario que soy más saludable y feliz que cualquiera. Es la segunda persona en mi familia que se beneficia de Falun Dafa.

Estoy agradecida con el Maestro Li por darme una nueva vida. Estoy agradecida con Falun Dafa por ayudarme a entender el verdadero significado de la vida: cultivarnos hacia la bondad, retornar al ser original y seguir un camino verdadero.