(Minghui.org) Empecé mi cultivación en Falun Dafa en 2009. Pensaba que no tenía envidia de otros, y que nunca la tendría, aunque otras personas tuvieran envidia de mí. No entendía por qué Shifu había señalado este tema en especial en Zhuan Falun. Pensaba que un grupo de personas con un objetivo puro de auto cultivación no serían envidiosos.

Con el tiempo, descubrí que algunos compañeros practicantes eran envidiosos. Se enojaban apenas escuchaban algo que provocaba envidia. El comportamiento de mis compañeros practicantes era como un espejo y me alertó a que debía restringirme para no ser envidiosa.

Tribulaciones causan envejecimiento

Sin embargo, las tribulaciones me ponían a prueba todo el tiempo. Hice mi mejor esfuerzo para seguir los principios de Falun Dafa de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, estudiaba el Fa cuando las cosas eran difíciles, y le pedía consejos a mis compañeros practicantes. Entonces, pasé por tribulaciones que sucedieron en mi familia y en mi vida laboral.

Después de cada tribulación me veía mucho más vieja, porque sufría una pérdida que no podía explicar durante algunas tribulaciones. Cada vez que vi a otros disfrutar sus ganancias en base a mi pérdida me sentí impotente, lo que se juntaba con una fuerte envidia. La envidia me hacía ver vieja y sombría. Experimenté dichas pruebas una y otra vez.

El momento más difícil en mi vida familiar y mi trabajo ocurrió en 2012. Era como Shifu describió en su poema: “Cientos de penalidades caen a la vez” (“Templando la mente y el corazón de uno”, Hong Yin)

La envidia se asomaba cuando veía a gente incapaz tener éxito en sus carreras. Me veía más vieja, y me salieron manchas de la edad en la piel. Parecían cáscaras saliendo en mi rostro. Sabía que la causa de mi infelicidad era la envidia, pero no podía eliminarla. Me obligué a ir al estudio grupal del Fa todos los días, reflexionaba repetidamente en la sección del Fa sobre la envidia. También eliminé la envidia cada vez que envié pensamientos rectos. Al final, mis manchas de la edad desaparecieron.

Cambios al validar el Fa

Mis colegas sabían que pasaba por una situación difícil. También sabían que soy practicante de Falun Dafa. Todos miraban cómo reaccionaba cuando enfrentaba una tribulación. Vieron cómo mi rostro se puso oscuro, me salieron manchas de edad y me veía desfigurada. Pero, para su sorpresa, en poco tiempo volví a verme como antes. Mi recuperación validó el Fa a mis colegas. Uno incluso renunció al partido comunista chino (PCCh). Habló maravillas de Falun Dafa y dijo que esperaba también practicar Dafa. Le di una copia de Zhuan Falun para leer y le enseñé los ejercicios.

Poco tiempo después, me contó emocionada que podía sentarse en meditación en la posición de doble loto por media hora. Media hora era el tiempo máximo que yo podía meditar en la posición de doble loto, aunque me había cultivado por años. ¡pero a ella le tomó solo unos días lograrlo! Por envidia, no la felicité. En vez de eso, le dije que quienes tenían preparación en baile poseían más facilidad para hacerlo, y le advertí que no lo hiciera por mucho tiempo porque la verdadera cultivación la haría comenzar de cero. Me miró confundida.

Error corregido para evitar pérdidas

Me sentí mal por lo que dije. Obviamente fue pura envidia. ¡Debí haberla felicitado en lugar de ser aguafiestas! Me sentí tan avergonzada al pensar en la enseñanza de Shifu sobre la envidia en Zhuan Falun, ¡y estaba enojada conmigo! Espero no haber desalentado a mi nueva compañera practicante. ¡Debía corregir ese error para evitar pérdidas!

Entonces, la busqué a primera hora de la mañana y le dije que media hora era lo máximo que yo podía estar en la posición de doble loto. Era maravilloso para ella lograrlo después de cultivarse sólo unos días. La alenté y le dije que podría sobrepasarme. Le dije que incluso me había mostrado en dónde me quedaba corta, y que debía hacerlo mejor para avanzar. Mi colega se sintió feliz al escuchar esto. Me sentí aliviada.

Me preguntó unos días después si su estómago se veía más pequeño. ¡Era verdad! Podía ver la curva de su cintura. Había hecho los ejercicios diligentemente, se veía más joven, y tenía mejor postura. Esta vez no estuve envidiosa. ¡Me sentí feliz por ella desde el fondo de mi corazón! En especial, estaba aliviada porque mi envidia no la había desalentado.

Disfrutar la felicidad de la gente

Un amigo me mandó fotos mientras estaba viajando afuera. No me puse contenta. Sabía que no había sido aceptada en ninguna universidad, y aun así ¡tenía la oportunidad de viajar afuera! De inmediato me di cuenta que era envidia y la eliminé rápidamente. Envié a mi amiga un mensaje de felicitaciones. ¡Me sentí feliz después de enviar el mensaje!

Me di cuenta de que la única manera de disfrutar la felicidad de los demás es eliminar la envidia. La felicidad se multiplica mientras más personas la comparten. ¡Había ganado un nuevo entendimiento de un principio tan simple! Finalmente me liberé de la envidia, el apego que más me daña a mí y a los que me rodean. Finalmente alcancé un sentimiento de felicidad que no había experimentado antes.