(Minghui.org) Entre septiembre y diciembre de 2015, se colectaron 6.096 firmas en Langfang, provincia de Hebei, en unos documentos que denuncian a Jiang Zemin, el ex líder del partido comunista que lanzó la persecución a Falun Gong en 1999.

Las denuncias dicen: “Los principios de Falun Gong, Verdad-Benevolencia-Tolerancia, han beneficiado a millones de practicantes y sus familiares. Jiang Zemin no solo movilizó la maquinaria de propaganda para difamar a Falun Gong, sino que también ordenó arrestos, detenciones, y asesinatos de practicantes en los pasados 16 años”.

Según investigaciones independientes de terceras partes y organizaciones de derechos humanos, al menos 2 millones de practicantes de Falun Gong fueron asesinados por sus órganos entre 2000 y 2008. David Matas, un renombrado abogado de derechos humanos canadiense, y David Kilgour, ex secretario de estado para Asia Pacífico de Canadá, se refirieron a la sustracción de órganos como “una nueva forma de maldad en la Tierra”, en su libro Cosecha Sangrienta, el asesinato de Falun Gong por sus órganos.

Las denuncias criminales se presentaron tanto en la corte suprema como en la procuraduría suprema populares de China, demandando que Jiang sea enjuiciado por sus crímenes.

Las denuncias presentadas con firmas y huellas digitales.

La confirmación de recepción de la documentación enviada a la procuraduría suprema y la corte suprema de China.

Mientras juntaban firmas, los practicantes recibieron apoyo y simpatía de mucha gente. “Claro que firmaré porque Jiang le ha causado tantos problemas a China”, dijo una persona mientras firmaba. “Incluso si hace falta ir hasta Beijing para demandarlo, iría”.

Cuando un practicante explicó a una multitud por qué era importante firmar la denuncia, una persona se acercó y dijo: “¿Recuerdas que hablamos sobre renunciar al PCCh y sus organizaciones? Este es un paso más –Jiang es el cerebro de la represión a Falun Gong y debería ser arrestado”. Mucha gente firmó los documentos después de escuchar a este practicante.

Un transeúnte dijo a un practicante que él definitivamente firmaría porque Jiang hizo daño a tantas personas, especialmente a los inocentes practicantes de Falun Gong. Cuando el transeúnte encontró al practicante de nuevo, le preguntó qué novedades había de las querellas: “¿Lo arrestaron? ¿Ya está programado el juicio? ¡No puedo esperar!”.