(Minghui.org) El periodista de investigación y autor Ethan Gutmann, estadounidense, llegó a la República Checa el 8 de enero para una semana completa de eventos por el lanzamiento de la versión en idioma checo de su libro “The Slaughter”, y generó conciencia sobre la sustracción de órganos a presos de conciencia vivos.

Ethan Gutmann con su libro “The Slaughter” publicado en checo (David Jurik).

La edición checa del libro se publicó en noviembre de 2015, la segunda traducción después de la versión en alemán. En enero, Gutmann presentó sus hallazgos ante dos universidades checas, en el Parlamento ante la subcomisión de Derechos Humanos, y en otras conferencias.

El Senador Patrik Kuncar comentó después de una de las conferencias de Gutmann: “En cuando a la sustracción forzada de órganos a prisioneros políticos en China, ¡es inconcebible! Creo que es importante que el público esté informado sobre esto para prevenir estas brutalidades tanto como sea posible. Esto es básicamente un paralelismo con lo que sucedió en nuestro país con el comunismo, y muestra que en cada instancia el totalitarismo es malvado y elimina a sus opositores de la forma más espantosa. Y si existe la oportunidad de hacer dinero con eso, también lo harán”.

Gutmann estaba trabajando en Beijing en 1999 cuando empezó la persecución a Falun Gong. Rápidamente se dio cuenta de que Falun Gong se convirtió en un asunto de total importancia para el partido comunista chino. Al ver que con el paso de los años el asunto de Falun Gong y la persecución no ha sido reportado lo suficiente, e incluso ha sido malinterpretado en Occidente, y cuán desbalanceados son los libros publicados por eruditos occidentales sobre este asunto, se embarcó en un viaje para investigar y escribir su propio libro. Años de dolorosas investigaciones concluyeron en la publicación de “The Slaughter”.

Gutmann originalmente tenía la intención de escribir sobre el conflicto existente entre Falun Gong y el partido comunista chino. Pero, mientras entrevistaba a muchos testigos para su libro, se dio cuenta de que la sustracción de órganos estaba verdaderamente ocurriendo en China, y que los practicantes de Falun Gong eran el grupo más grande de víctimas de este comercio abominable.

El asunto de la confidencialidad médica

Gutmann dijo ante la subcomisión de Derechos Humanos el 12 de enero: “Solo les pido que quiten el escudo de privacidad a la confidencialidad médica, para poder al menos tener una idea de cuántos ciudadanos checos viajan a China (por trasplante de órganos). Y si hay ciudadanos checos que van a China, entonces pueden considerar prohibir el turismo de órganos a China”.

El asunto de la confidencialidad médica es un obstáculo para Gutmann y otros investigadores de la sustracción forzada de órganos. “Esto es algo que encontramos todo el tiempo”, dijo. “En cada país, en parlamentos, nos preguntan: ¿Cuántas personas en nuestro país viajan a China para realizarse trasplante de órganos? La respuesta es, no sabemos, y es por la confidencialidad médica”.

El día anterior, el Sr. Gutmann habló la Segunda Facultad de Medicina de la Universidad Charles, uno de los doctores presentes, funcionario de la Sociedad de Trasplantes, dijo que dos de sus pacientes, ambos de origen vietnamita, viajaron a China para someterse a trasplante renal. Esto sugiere que el turismo de órganos a China está ocurriendo en todo el mundo, y no sólo se limita a países ricos de Europa o países asiáticos.

“Trabajaremos en este asunto para poder abordarlo en la República Checa”, dijo la Diputada Marketa Adamova, presidente del Subcomité de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados.

Gutmann explicó que en China, un “donante” debe morir para que alguien más reciba un órgano, incluyendo riñones. Estima que hasta un 75% de prisioneros usados como fuente de órganos son prisioneros de conciencia, la mayoría practicantes de Falun Gong. Estas personas son asesinadas por cirujanos chinos en la mesa de operaciones, agregó.

“Aquí se ha cruzado una línea ética. Los doctores son los miembros más respetados en la sociedad en todo el mundo. Convertirlos en asesinos en masa es terrible”, dijo Gutmann. Junto a otros dedicados investigadores y doctores, ha trabajado duro para empujar a los países a minimizar sus contribuciones a este problema, y prohibir el turismo de órganos en China.