(Minghui.org) Antes de practicar Falun Dafa, sufría de todo tipo de enfermedades. Necesitaba tomar pastillas todos los días o el dolor era insoportable.

Mi hija era joven en esa época, y mi esposo casi ni estaba en casa. Mi vida estaba llena de dificultades innombrables.

Comencé a practicar Falun Dafa en la primavera de 1999. Sin estar consciente de ello, todas mis enfermedades desaparecieron. La alegría de tener buena salud fue increíble.

Mi esposo e hija están agradecidos con Falun Dafa y agradecen al Maestro de Dafa por traernos bendiciones. Apoyan mi práctica de cultivación.

Quisiera escribir sobre cómo cambié la relación con mi suegra.

Mi esposo tiene muchos hermanos. Fue su madre quien propuso a mis padres que su hijo mayor se casase conmigo.

Yo me negaba, pero acepté el arreglo para que mi madre no se enojase conmigo.

El hombre con quien me casaría estaba sirviendo en el ejército en aquella época. Tres años luego de haber acordado el matrimonio arreglado, él fue subiendo de rango.

Su madre, inexplicablemente, de repente decidió no proceder con el matrimonio entre él y yo. Eso generó un escándalo en el pueblo.

Mi madre sufría de mala salud. Su enojo ante el cambio de decisión de mi suegra hizo que su salud empeore. Así que tuve que ir a trabajar, cuidar de mi madre, y al mismo tiempo, intentar estar en paz con mi futura suegra.

Cuando mi futuro esposo vino de visita a mi casa y fue testigo de la discordia entre las dos familias, él accedió a romper relación conmigo para no molestar a su madre.

Siempre fui una persona que valora el honor y la integridad. Me negué a acceder en romper la relación.

Mi madre se enojó tanto que me dijo: “Si te comportas como si no tuvieses cerebro e insistes en mudarte a su casa, entonces vete. Ya no eres mi hija”.

Mi prometido y yo nos llevábamos muy bien y realmente teníamos sentimientos profundo el uno para el otro, así que decidimos avanzar y casarnos en donde él tenía su base.

Invité a su madre a venir conmigo, pero ella me dijo definitivamente: “No iré. Si tu vas, tu matrimonio será un fracaso”.

Ciertamente, ella le envió un telegrama a mi familia que reiteraba que la familia de mi esposo no reconocería el matrimonio.

Luego de estar oficialmente casada, mi suegra le puso un candado a su casa y se negó a dejarme ingresar a mi nuevo hogar.

Cuando mi madre se enteró se volvió loca y me dijo que yo era una vergüenza para ella.

Este trastorno hizo que pierda mi primer bebé.

Nuestros vecinos y amigos se molestaron mucho ante la situación y me tuvieron lástima. Se apenaban que una persona tan buena como yo tuviera que enfrentarse a tal injusticia. Me sugirieron que siga con mi vida y que viva mi vida bien, porque pronto las cosas cambiarían para mejor. Podría haberme vengado de mi suegra cuando se puso vieja e inútil.

Cuando di a luz a mi hija y tuve que seguir la tradición de ser confinada por un mes, finalmente se me permitió ir a vivir el hogar de la familia de mi esposo.

Pero mi suegra siguió generándome problemas. No había nada que pudiese hacer para complacerla.

Me aseguré de cuidar de todos los asuntos domésticos para que mi esposo pudiese llegar a casa y encontrar un ambiente tranquilo, y de complacer a su madre, aunque en mi corazón yo no estaba en paz.

Desde que comencé a practicar Falun Gong comprendí que casarme con mi marido se debió a una relación no solucionada de una vida pasada, y que las contradicciones que viví con mi suegra eran tan solo una forma para poder solucionar deudas de vidas pasadas. Todo fue por la necesidad de pagar deudas.

El Maestro dice en Zhuan Falun:

Durante la cultivación-refinamiento, específicamente cuando estás lidiando con conflictos o cuando otros te tratan mal, pueden existir dos clases de situaciones: una es que posiblemente tú hayas maltratado a esa persona en tu vida anterior; sin embargo, tu corazón está muy desequilibrado: “¿Cómo me trata así?”. Pues, ¿cómo trataste tú así a esa persona anteriormente? Dices que en aquel entonces no sabías y que en esta vida no importan los asuntos de ese otro tiempo de vida; eso no va de ninguna manera”.

Pensé: “No puedo odiarla. Es una buena madre. Lo que hizo fue por amor a su hijo. Simplemente no supo hacerlo bien. Al haberme convertido en su nuera, debo cuidarla bien. Su vida no debe haber sido fácil. Tuvo que cuidar de toda su familia estos años…”.

Abandonando el resentimiento

Abandoné mi resentimiento. Me concentré en proveerle de la mejor comida fresca, y le compré ropa nueva.

Los vecinos me dijeron: “Tu suegra siempre te halaga y dice que eres tan buena que siente vergüenza de ella misma”.

Le respondí: “El pasado ya ha pasado. Somos una familia. No fue nada. En aquel entonces yo era joven y sin experiencia y no siempre hice las cosas correctamente, así que inadvertidamente generé algunas discordias entre nosotras”.

La naturaleza de mi mente y corazón mejoró, mi estado mental se estabilizó, y ahora mi suegra es como una persona diferente. Habla todo conmigo y me pide opinión y consejo.

Siempre dice: “Mi nuera mayor (yo) es una persona honesta y recta. Es justa y altruista y no toma ventaja de nadie”.

Bajo el cuidado de mi suegra, nunca entré en disputas con sus hijas o sus otras nueras. Y entonces, durante vacaciones y días festivos, los 20 miembros de la familia se juntan en perfecta armonía.

Todos los vecinos dicen: “Todos ustedes se llevan tan bien. Es todo gracias a ti, como esposa del hijo mayor, por haberte comportado tan bien y generar tan buena influencia”.

Este año, mi suegra se enfermó, la llevé a mi casa a que se quede por un tiempo. Me hice completamente responsable de limpiarla, bañarla, lavar su ropa y sábanas, y alimentarla. Todos los días le hice compañía y la llevé a caminar por el vecindario para mirar y tomar aire fresco.

Mi suegra le decía a cada persona con la que se encontraba: “Mi nuera me cuida y me trata mejor que cualquiera de mis hijas”.

Sé que toda nuestra paz y armonía viene del Maestro que me ha ayudado a cambiarme, y por seguir diligentemente todos los requisitos para un Dafa dizi.