(Minghui.org) “Nosotros también somos refugiados. Los sirios son refugiados de guerra y nosotros del esmog”, dijo un miembro de un grupo de turistas de Beijing a un practicante de Falun Gong en un sitio turístico suizo. “Deseo poder emigrar a aquí”.

Una enorme cantidad de esmog golpeó a China en diciembre, y una severa contaminación del aire condujo a muchos chinos fuera del país. El turismo en Europa ha sido una vía de escape.

Los practicantes de Falun Gong dieron una cálida bienvenida a grupos de “refugiados del esmog”, y les ofrecieron comodidad a través de esperanza.

“No es fácil inmigrar, pero hay otras medidas que pueden tomar para ayudarse”, le dijo un practicante al grupo, y ellos fueron todo oídos.

“El gobierno de la ciudad de Beijing anunció la primera alerta roja del esmog. Como un ex beijinés, ciertamente de siento mal por esto, aunque vivo en Suiza”, agregó.

“No regresen a China “, gritó un turista. “¡No es un lugar para humanos”.

“La mitad de China está cubierta por esmog, y la situación está empeorando. ¿De quién es la culpa?”, preguntó el practicante.

“Demasiados autos y fábricas”, le respondieron.

“Pero también hay muchos autos y fábricas en Europa, como han visto en este viaje”, les dijo.

Otro turista comentó: “Nuestro gobierno no cuida el medio ambiente. Hay leyes, pero nadie las cumple. Su aplicación la compran empresarios y funcionarios corruptos. El PCCh solo cuida de sus propios intereses”.

“Sí, esa es la clave”, acotó el practicante: “La contaminación, alimentos insalubres, y muchos otros problemas en China son causados por el PCCh”.

La mayoría de los turistas asintieron con sus cabezas.

"Además, el partido ha cometido crímenes aún peores", continuó diciendo. “Persigue a Falun Gong y arresta a las buenas personas que siguen los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. En prisiones y centros de detención, los practicantes son severamente torturados, y sustraen sus órganos por dinero”.

“Este en un crimen contra la humanidad”, dijo un visitante que había escuchado sobre la sustracción de órganos autorizada por el estado.

El practicante dijo: “Cuando la moralidad alcanza un punto tan bajo, el cielo traerá desastres. El esmog en China es un reflejo de esto”.

“¿Qué podemos hacer?", preguntaron.

“La mejor forma en la que pueden ayudar es renunciando al partido y a sus organizaciones afiliadas; ese está condenado a colapsar en un futuro cercano. Estoy seguro que ustedes no quieren irse con ese. Si están de acuerdo en renunciar, puedo ayudarlos a publicar su anuncio”.

“¡Sí, renunciamos!". Todos en este grupo de Beijing estaban felices por tener la oportunidad de renunciar el partido. “Gracias, Falun Gong, cuídate”.

Otro día en el lugar turístico, una mujer china trató de evitar a este practicante.

Él le dijo: “¿Por qué me evitas?”. Estoy parado aquí con este clima tan frío solo para contarles a las personas chinas cómo evitar el desastre. ¿No has experimentado el esmog en China?”.

La mujer estaba un poco avergonzada, y se detuvo. “Para ser honesta contigo, antes de este viaje a Europa, pensé que estaba viviendo una buena vida en China. Tengo un auto y un departamento. Pero ahora veo que mi vida es incomparable con la de las personas de aquí. Mira su aire, puedes inspirar profundamente sin preocuparte. Mira sus ríos, puedes ver el fondo. Las montañas todavía lucen como montañas y los ríos como ríos. ¡Increíble!

Y continuó: “Este es un verdadero lugar para que vivan los humanos. Mira a China, se ve muy desesperanzada. Aunque no soy de Beijing, mi ciudad natal está también muy contaminada. No te atrevas a respirar profundamente”.

El practicante le contó que el PCCh es la raíz de todos estos problemas.

“Bien dicho. Es verdad. Puedo decir que tú sinceramente quieres ayudarme. ¿Qué puedo hacer?”, preguntó.

“Hay un camino para ayudarte a ti misma”, le respondió.

“¿Cuál es?”.

“¿Has oído hablar sobre el movimiento de renunciar al partido?” le preguntó.

Respondió que sí, pero desaprobándolo.

“Deberías considerarlo seriamente”, le dijo.

Continuaron hablando por un largo tiempo, y el practicante le contó la siniestra historia del PCCh.

Finalmente, la mujer convencida, decidió renunciar para tomar una postura contra los crímenes de ese.

Le agradeció y sacó una pequeña bolsa de dátiles y nueces de su bolso. “Esto es de mi ciudad natal”, dijo. “Eres un patriota, mostrando tanto cuidado por tus compañeros chinos. Por favor, acepta este regalo”.

El practicante lo aceptó, le dio a cambio una barra de chocolate suizo.