(Minghui.org) La persecución a Falun Gong en China continuó en 2015. Después de que el régimen desmanteló el sistema de trabajo forzado (también conocido como “reeducación mediante el trabajo”) en 2013, ha aumentado el número de practicantes condenados a prisión en compensación.

Resumen

En base a los informes publicados por Minghui.org, 878 practicantes de Falun Gong fueron arrestados en China en 2015. De ellos, 252 eran hombres, 536 mujeres, y se desconoce el género de los 90 restantes. Estos practicantes provienen de 29 provincias y ciudades a nivel provincial.

878 practicantes de Falun Gong sentenciados en 2015. No hay información de origen de 27 casos.

Entre estos practicantes sentenciados, se desconoce la edad de 356. El rango etario va desde Bian Xiaohui con 23 años, hasta Wang Jiaguo con 81 años. A continuación la distribución por edades:

Practicantes sentenciados en 2015 por edades.

La duración de la sentencia varía desde 4 meses a 12 años, con un promedio de tres años once meses.

Duración de las condenas a los practicantes en 2015.

El proceso completo consiste de varios pasos: arresto, interrogatorio (a menudo con tortura), requisas en domicilios, juicios, sentencias, apelaciones, y encarcelamiento. A continuación, un resumen de cómo los practicantes son detenidos y torturados por su creencia, de los abusos cometidos por el sistema judicial, el sufrimiento de los practicantes en las prisiones, y cómo podemos terminar con esta brutalidad.

Parte I: Reprimidos por su creencia

A pesar de sus contribuciones a la sociedad en sus varias ocupaciones en los círculos académicos, leyes, ingeniería, negocios, aplicación de la ley, entre otras, estos practicantes fueron detenidos por su creencia en los principios de Falun Gong: “Verdad-Benevolencia-Tolerancia”.

Un ejemplo es Xiong Huifeng, 77 años, ex vicedirector del Instituto 835 en el ministerio de industria aeroespacial. Como miembro del consejo de la sociedad de astronáutica china, jugó un papel fundamental en el campo aeroespacial en China. Además, comenzó a dar apoyo financiero en 1995 para ayudar a jóvenes a terminar sus estudios.

A pesar de esto, Xiong fue sentenciado a siete años y medio en prisión por la corte de Nankai en Tianjin en diciembre de 2015. Su apelación no ha sido aceptada por una corte superior aún.

Zhu Yujun, funcionario de la fiscalía en la ciudad de Jilin, provincia de Jilin, fue condenado a cinco años y encarcelado en diciembre.

Cui Huifang de 52 años -mujer-, trabajó en el campo de trabajo forzado de Jiamusi hasta que se jubiló en 2015. Después de trabajar como oficial por muchos años, Cui aprendió Falun Gong por su interacción con practicantes detenidas. La curiosidad la llevó a leer los libros de Falun Gong, que mejoraron su salud mental y física.

Cui fue arrestada luego, retenida en el centro de detención de Jiamusi, y condenada a dos años en prisión.

Cui Huifang, ex oficial de policía, aprendió Falun Gong al interactuar con practicantes que estaban detenidas en el campo de trabajo donde ella trabajaba.

Cui Huifang, detenida en el centro de detención Jiamusi.

Causas de arresto y detención

Cuando los practicantes hablan con otras personas sobre la persecución o sobre Falun Gong en general, a menudo son arrestados y detenidos.

Estos arrestos violan los artículos 35 y 36 de la Constitución china. El artículo 35 de la propia Constitución china afirma que los ciudadanos "disfrutan de la libertad de expresión, de prensa, de asamblea, de asociación, de procesión y de manifestación". El artículo 36 de la misma manera declara que los ciudadanos "disfrutan de la libertad de creencia religiosa", y que, "Ningún órgano del estado, organización pública o individuo puede forzar a los ciudadanos a creer, o no creer, en cualquier religión; ni puede discriminar a ciudadanos que creen, o no creen, en cualquier religión".

Otra razón por la que muchos practicantes fueron arrestados en los últimos meses es que han presentado sus querellas penales contra Jiang Zemin, el ex líder del partido comunista chino que lanzó la persecución a Falun Gong en julio de 1999. Casi 200.000 querellas penales han sido presentadas ante la corte suprema y la fiscalía suprema desde mayo de 2015.

Estas querellas penales están avaladas por el artículo 41 de la Constitución china: “Los ciudadanos tienen el derecho de acusar o quejarse a los organismos relevantes, o exponer, las violaciones de la ley o abandono del deber por cualquier organismo del estado o funcionario”.

No obstante, un gran número de practicantes fueron arrestados como represalia por haber presentado cargos contra Jiang. En la ciudad de Chaoyang, provincia de Liaoning, más de 30 fueron detenidos por esta razón. Cao Qicai, residente de Harbin, provincia de Heilongjiang, fue arrestado en julio y sentenciado en un juicio secreto a cuatro años en prisión.

Tortura en detención

La policía rutinariamente tortura a los practicantes durante el interrogatorio para obtener información detallada o para obligarlos a delatar a otros practicantes.

Un método de tortura común es el de la “silla de hierro”, a la que fueron sometidos Deng Lijuan y Chen Xiuyun, dos practicantes que fueron arrestados el 4 de agosto por repartir volantes sobre Falun Gong y la persecución. Los oficiales de la ciudad de Dunhua los sometieron a privación del sueño y los ataron a la “silla de hierro”. Cuando cerraban los ojos, los oficiales vertían agua fría sobre ellos, abofeteaban sus rostros, y tiraban fuerte de su cabello.

La “silla de hierro” es un elemento de tortura que se utiliza a menudo con los practicantes detenidos.

Otro método, usado por la policía de Zibo, provincia de Shandong, contra el practicante Dai Dongwu, consiste en cubrir la cabeza de la víctima con un balde de metal pesado y golpear el balde repetidamente con tubos de metal. En consecuencia, Dai sufrió pérdida de audición. Los oficiales también lo golpearon en el rostro y otras partes del cuerpo, le negaron el uso de sanitarios, y lo alimentaron por la fuerza con agua sucia.

Ilustración de la tortura: cubrir la cabeza de la víctima con un balde de metal y golpearlo con un tubo de metal para generar un ruido insoportable.

Parte II: Sistema judicial manipulado como herramienta en la campaña del partido

En la mayoría de los juicios a los practicantes, los veredictos están predeterminados por la oficina 610 o su organismo supervisor, el comité de asuntos legales y políticos (PLAC por sus siglas en inglés). Creado por el liderazgo central del partido comunista en 1999, la oficina 610 tiene alcance en todos los niveles del gobierno y tiene la tarea de erradicar a Falun Gong.

Cuando Wang Aihua y cinco otros practicantes fueron juzgados el 28 de abril por la corte de Youyang en la ciudad de Chongqing, sus abogados descubrieron que la causa no había sido presentada ante la fiscalía. Esa noche, la oficina 610 envió una “carta complementaria”. Los abogados defensores se enfurecieron y preguntaron: “¿Qué es exactamente la oficina 610? ¿Tiene autoridad legal para aceptar la causa y procesar a cualquiera, y triunfar por sobre el proceso legal establecido?”.

En otro ejemplo, el practicante Wu Hongwei fue juzgado por la corte de Yuancheng en la provincia de Guangdong el 27 de noviembre. Zhang Zanning, un reconocido abogado y profesor de la Universidad del Sudeste, lo defendió y argumentó, “La “oficina 610” creada por el ex dictador chino para perpetrar la persecución a Falun Gong es una organización ilegal que invalida el sistema judicial chino. La “oficina 610” carece de base legal y debió haber sido disuelta hace tiempo”.

Juicios secretos

A menudo las leyes son ignoradas u omitidas en las causas relacionadas con Falun Gong, los juicios se realizan en secreto en los centros de detención en lugar de hacerse en la corte, y sin notificar a abogados ni familiares. Los veredictos tampoco se anuncian a sus familiares.

Cuando Li Kai de la ciudad de Qinhuangdao de la provincia de Hebei tuvo una audiencia el 7 de septiembre, y un juicio el 21 de septiembre, el juez a cargo Liu Yong no notificó a sus familiares. Después de que su familia se enteró sobre la sentencia a tres años y medio y solicitó al juez Liu que anulara el juicio, Liu les dijo: “No era necesario informarles”.

Che Pingping, instructor del Instituto de Educación Física de Jilin, fue arrestado en octubre de 2013. Su familia y dos abogados contactaron al juez Li Zhongcheng muchas veces para una reunión, pero siempre fue denegada. Al final, Li se reunió con ellos el 9 de noviembre de 2015 y les dijo: “El caso está cerrado. Son cuatro años en prisión”.

La corte juzgó a Che Pingping sin notificar a sus abogados ni familiares.

Violencia en la corte

En los casos donde los abogados y familiares estuvieron presente, a menudo los oficiales los amenazaron o incluso arrestaron.

Tres practicantes de Falun Gong, Li Dongxu, Gao Jingqun y Yu Ming, fueron juzgados por la corte de Shenhe de la provincia de Liaoning el 22 de abril de 2015. Después de que un practicante fuera físicamente reprimido, los oficiales sacaron de la audiencia a dos abogados y estrangularon a uno hasta que quedó inconsciente.

Cuando el abogado recobró la consciencia, un agente judicial gritó: “¡Lo que te hicimos se llama aplicación de la ley!”.

Cuando Mo Weiqiu estaba siendo juzgada en la corte de Ninghe en Tianjin el 2 de diciembre, su esposo Li Guangyuan la defendió. Cuando el juicio de 30 minutos concluyó, Li fue arrestado de inmediato.

Del mismo modo, cuando Li Yaping era juzgado por la corte de Jin’an de la provincia de Fujian el 8 de septiembre, los oficiales arreglaron observadores, e impidieron a los familiares de Li asistir al juicio, arrestaron a varios practicantes presentes, incluyendo a Dong Shilin, de 88 años. Li fue condenado a cuatro años y medio en prisión.

Abogados amenazados, apelaciones encubiertas

Fuera de la sala de la corte, los oficiales también bloquearon y acosaron a los abogados de los practicantes de varias formas. Por ejemplo, como los abogados de otras ciudades a menudo solicitan que los practicantes sean declarados “inocente”, los funcionarios desaconsejan a los defensores hacerlo y los obligan a contratar a abogados locales.

Después de que el practicante Xu Yongfan del condado de Qinglong en la provincia de Hebei fue arrestado en noviembre de 2014, sus familiares contrataron a un abogado en derechos humanos que acordó declararlo “inocente”. La oficina 610 de Qinglong y otros oficiales demandaron que se lo reemplace con un abogado local designado, prometiendo una sentencia más corta o libertad condicional a cambio.

Cuando la familia de Xu estuvo de acuerdo, los oficiales y el abogado designado no siguieron el acuerdo. Xu fue condenado a siete años en prisión.

Incluso cuando los practicantes apelan sus sentencias, sus causas son ignoradas, o se realiza un segundo juicio a la ligera. Después de que Yang y otros ocho practicantes fueron juzgados el 8 de diciembre, el juez a cargo repetidamente interrumpió a los defensores y no les permitió leer sus declaraciones. Las audiencias de apelación para estos ocho practicantes duró sólo una hora, y todos los veredictos originales fueron respaldados.

Parte III: La pesadilla continúa

Después de que los practicantes son enviados a las cárceles, al comienzo están temporalmente con los recién llegados, donde los guardias intentan forzarlos a renunciar a su creencia. Luego, son divididos en otras divisiones para trabajo forzado. Para los practicantes que se mantienen firmes, los guardias asignan internos para monitorearlos a toda hora.

Los funcionarios de la prisión a menudo encubren dichos abusos. Luego de que los practicantes son liberados, muchos revelan el maltrato sufrido a Minghui.org. Por ejemplo, Meng Xianguang, Chen Xiu, y otros practicantes sufrieron descargas con picanas eléctricas durante tres días a partir del 20 de noviembre. Sus cuerpos estaban cubiertos de heridas y moretones, y no podían caminar ni cuidarse solos.

Ilustración de la tortura: descargas con picanas eléctricas.

Detención y torturas repetidas

En enero, Wang Jianfu y otros dos practicantes del distrito de Pinggu en Beijing fueron arrestados por repartir calendarios con información sobre Falun Gong y la persecución. Wang fue condenado a siete años y medio, mientras que los otros dos fueron sentenciados a dos años cada uno.

Por hablar sobre Falun Gong, Wang fue condenado a ocho años en prisión en 2002 y liberado luego en 2009. Los otros dos practicantes ya habían sido anteriormente retenidos en campos de trabajo y prisiones por practicar Falun Gong.

Zhang Hongru, programador de software, fue arrestado en 2002 y liberado en 2011 pero fue nuevamente arrestado en julio y juzgado en noviembre.

Desarrollador de software, Zhang Hongru.

El dolor de las familias

Las familias de los practicantes detenidos también sufrieron tremendamente.

Cuando Lu Yunfei y otros cinco practicantes fueron juzgados en la ciudad de Lanzhou, provincia de Gansu en octubre, sus familiares lloraban al verlos. Muchos  no los habían visto hacía más de un año porque les negaban las visitas.  

Li Ying, maestra de escuela primaria del distrito de Binhai de Tianjin, fue detenida por más de seis meses antes de su juicio el 5 de noviembre. Durante ese tiempo, su padre de 80 años murió por la presión y el miedo. Su hija quedó sin atención.

Parte IV: Terminando con esta atrocidad

El encarcelamiento es sólo una de las muchas formas de maltrato que enfrentan los practicantes en China. La lista también incluye trabajo forzado, lavado de cerebro, inyecciones forzadas con drogas psiquiátricas, entre otros.

Aunque los campos de trabajo forzado han sido cerrados, la larga persecución de 16 años a Falun Gong aún continúa. No obstante, más y más personas saben sobre la persecución y están apoyando a los practicantes.

Huifang Cui, la oficial jubilada del campo de trabajo, fue condenada por practicar Falun Gong, muchos residentes locales firmaron peticiones pidiendo por su liberación.

Firmas en muestra de apoyo a Cui Huifang.

En Tianjin y Cangzhou, provincia de Hebei, unas 5.000 personas firmaron con sus nombres en apoyo a nueve practicantes que habían sido detenidos desde agosto de 2014.

El movimiento para procesar a Jiang Zemin y más de 200.000 querellas presentadas en su contra en China han recibido el apoyo de ciudadanos de otros países. Solamente en Corea del Sur, 380.000 personas han firmado peticiones pidiendo que Jiang sea enjuiciado por iniciar y dirigir la persecución.