(Minghui.org) Continúa de la parte 1

La practicante de este artículo tiene una mente pura, y en la primera parte relató cómo logró cambiar el ambiente en un campo de trabajo forzado. Trató a todos a su alrededor, sean guardias o presos, con compasión y bondad.

Aunque hubieron ocasiones en las que Dafa fue difamado, superó cada situación con pensamientos y acciones rectas, y convirtió malas situaciones en buenas.

Maniobra inteligente para desactivar DVDs contra Dafa

Las prisioneras decidieron reproducir DVDs contra Dafa para desviar la atención de la desaparición de los 45 libros anti Dafa (como se describió en la Parte 1).

Una nueva practicante ingresó al campo. Ella gritaba “Falun Dafa es bueno” todo el tiempo y no cooperaba con los guardias o prisioneras que la perseguían. Era una gran molestia para la líder del equipo. Prometí hablar con ella y pedirle que dejase de gritar durante los momentos de descanso.

La líder del equipo no creía que yo verdaderamente vaya a hablar con ella, y pidió que una prisionera me acompañase. Le dije a la prisionera que iría sola a la sala, de otro modo ella estaría escéptica. En ese momento, la practicante estaba esposada a un radiador.

Abrí el armario, rayé cada uno de los DVDs que maldecían a Dafa con un clavo, cerré el armario, y salí de la celda. La practicante se conmovió y lloró.

“Hablé con ella”, le dije a la prisionera que me acompañó. “Va a dejar de gritar, así que todos podrán tener un buen descanso”.

Ninguno de los DVDs funcionaba. Creyeron que el reproductor de DVD estaba obsoleto y jamás creyeron que el problema estaría en los DVDs.

Detener las malas acciones de las prisioneras

Otro grupo de practicantes fue detenido. Una era directora de un colegio, tenía unos 60 años. Cuando la líder del equipo y las prisioneras no fueron capaces de “transformarla”, buscaron otras formas de perseguirla.

Mientras las prisioneras estaban en el patio haciendo ejercicios matinales, la líder del equipo detuvo a esta practicante. Tres prisioneras, que habían intentado transformarla, la empujaron a una sala y la golpearon brutalmente.

Yo estaba con diarrea, entonces me quedé adentro esta vez. Escuché el ruido y corrí a la sala. Pateé la puerta para abrirla y les grité para que se detengan. Me ignoraron, entonces levanté unas perchas de ropa cerca de la puerta y las golpeé contra la mesa, provocando un fuerte ruido. Se detuvieron. Rompí una escoba en dos pedazos, tomé uno de los pedazos y corrí hacia ellas. Salieron corriendo con las manos en sus cabezas.

La líder del equipo y las tres prisioneras ingresaron a la sala luego de un rato y exigió saber por qué las había golpeado.

“¿Yo las golpeé?”, dije. “No, ellas golpearon a esta mujer de más de 60 años. Si algo le ocurriese, ¿quién se hará responsable? Si muere, todas ustedes enfrentarán la prisión. Yo simplemente las amenacé y ellas corrieron, pero no las golpeé”.

La líder del equipo tuvo que amonestarlas y elogiarme a mí.

“Líder del equipo”, le dije en tono de broma: “le he hecho un gran favor. No es suficiente que simplemente me elogie. Debe recompensarme bajando mi sentencia”.

Redujo mi sentencia dos días, y aumentó la sentencia de cada una de las otras prisioneras dos días por haber golpeado a la practicante.

Miedo eliminado con la cultivación; plan para difamar a Dafa se cae a pedazos

El departamento provincial organizó un grupo de personas que renunciaron y se pusieron contra Dafa para que vayan a prisiones y campos de trabajo esclavo a difamar a Dafa, alabar al PCCh, y “transformar” a otros practicantes.

Un día me llamaron a la oficina de la guardia. Me entregó un manuscrito. “Hay una escoria entre ustedes los practicantes”, dijo. “Creo que es una traidora; no como aquellos que pretenden haber abandonado la práctica. ¿Puedes por favor leer esto y ver si lo que dice es verdad?

Ojeé las páginas y le dije que esta practicante debe haber sido intimidada a decir mentiras para que le reduzcan la sentencia. Sin embargo, al mismo tiempo yo sabía que tenía que destruir el manuscrito. No quería que nadie, incluyendo a los guardias, cometiese un crimen contra Dafa.

El manuscrito estaba en un armario dentro de la oficina de la guardia. Le pedí a Shifu ayuda para poder destruirlo. Envié pensamientos rectos y la prisionera de turno en la oficina fue al baño. Esto me permitió entrar y buscar el manuscrito, al irme cerré la puerta.

Había gente en la sala donde estaba el baño durante toda la tarde, y no pude ingresar para destruir el manuscrito allí. Así que antes de la reunión de la tarde, me lo pegué en la pantorrilla.

Cuando los guardias no pudieron encontrar el escrito, palparon a todos. Me asusté un poco pero seguí enviando pensamientos rectos para superar mi miedo.

Cuando me palparon, me temblaban las piernas de miedo. Pero recordé lo que dijo Shifu: “… sólo teniendo el corazón sin conmover serán ustedes capaces de manejar todas las situaciones”. (“Eliminen sus últimos apegos”, Escrituras esenciales para mayor avance II).

Me calmé. La guardia me palpó cuidadosamente pero no tocó mi pantorrilla. Luego chequearon todas las celdas, pero no pudieron encontrarlo.

Me preguntaron si yo estaba involucrada en la desaparición del manuscrito. Les dije que tenía a alguien que me monitoreaba a todo momento, y que deberían preguntarle a ellas. Estas prisioneras sabían la verdad sobre Dafa. Sabían que me llevaba bien con los guardias. No me monitoreaban; en cambio, me protegían.

La líder del equipo le dijo a algunas prisioneras que me palpasen nuevamente. “Si lo encuentran”, me dijeron las prisioneras: “dijo mi líder que la tortura será tan severa que podría llevar a la muerte”.

Esto tuvo el resultado totalmente opuesto conmigo. Mi miedo se detuvo apenas escuché eso, y me puse lúcida. ¿A qué le debería temer con Shifu y Dafa junto a mí?

Me palparon de pies a cabeza, pero aun así no tocaron la parte trasera de mi pantorrilla.

La prisionera a la que se le había dado la orden de vigilar la oficina no se atrevió a mencionar el hecho de que tuvo que ir al baño. No dijo que me había visto. Yo le había aclarado la verdad, y sabía que había sido yo, pero se mantuvo en silencio. Le di varios huevos hervidos más tarde, algo muy raro en esa prisión.

Una líder de equipo sugirió que la persona debería simplemente dar el discurso sin el manuscrito. Esa persona era necia y no sabía qué decir sin un escrito.

La reunión se llevó adelante como estaba pactado pero no se mencionó nada en contra de Dafa. De hecho terminó rápidamente. El plan para difamar a Dafa se hizo pedazos, y nadie pudo descifrar cómo había desaparecido el manuscrito.

Tomé un riesgo, pero sin la protección de Shifu, no podría haber salido adelante para destruir el manuscrito. Mi propósito fue detener la difamación a Dafa, y no pensé en lo que podría ocurrirme a mí.

De a ratos tuve miedo, pero pude superar mi miedo cuando verdaderamente tuve fe en Shifu y en Dafa. En el proceso, eliminé mi miedo con la cultivación y finalmente ya no tuve más miedo.

Viví las maravillas de la libertad sin apegos.

(Continuará)