(Minghui.org) Mi nombre es Milena y nací en Croacia.

Un comienzo difícil

Mi padre dejó a mi madre justo después de que nací. Dos años más tarde, mi madre se fue a vivir a otra ciudad y me dejó con mi abuela. Desafortunadamente, ella me maltrataba a menudo, y yo vagaba sin rumbo y dormía en el campo.

Un vecino informó al Departamento de Asuntos de la Juventud acerca de mi situación y finalmente encontraron a mi padre. Él me llevó a vivir con su nueva familia, donde me golpeaban y me gritaban. Estaba ansiosa por encontrar a mi madre.

Después de graduarme de la escuela secundaria y recibir una capacitación especializada en comercio, me fui a Alemania. Me casé a los 18 años y tuve dos hijos en cuatro años. Ese matrimonio duró 14 años.

Tristeza y fracasos

Mi ex esposo se llevó a nuestros hijos a Serbia. Nos divorciamos allí y el tribunal le dio a él la custodia de los hijos debido a su mejor situación financiera.

Mis hijos no se atrevían a venir a verme por temor a su padre. Me deprimí por perder a mis hijos y empecé a tener problemas psicológicos. Tardé cuatro años en obtener el derecho a verlos, y solo lo podía hacer en secreto.

Varios años más tarde, mi hijo tuvo leucemia y murió después de dos años de miseria. Después de eso me sentí vacía. La vida era totalmente sin sentido para mí.

Aunque me volví a casar, decidí separarme y empezar una vida propia. Trabajaba diligentemente, pero apenas podía subsistir. Finalmente establecí mi propio negocio, pero aún así no estaba feliz.

Siempre tuve un fuerte sentimiento de que estaba buscando algo, pero no tenía ni idea de lo que era. Tomé una clase de psicología, pero no resolvió mis problemas.

Después me diagnosticaron con un trastorno espinal. Fui a ver a varios médicos, pero nadie me pudo curar. Alguien sugirió la cirugía, pero me negué a hacerla y pensé que debería haber una mejor solución.

Encontrando Falun Gong

Seguí buscando hasta que, un día, le llamé a una amiga y le pregunté si sabía de alguna escuela que enseñaba a la gente a hacer meditación. Ella me ayudó a investigar en Internet y luego me dio los datos de contacto de un hombre que me enseñó Falun Gong (disciplina también llamada Falun Dafa).

Él me recomendó que lea el libro Vía de la Gran Perfección. Mi vida y mi actitud cambiaron totalmente después de haber leído ese libro.

También he leído Zhuan Falun, el texto principal de Falun Gong. Me cautivó desde la primera línea. Corrí a casa después del trabajo, sin siquiera haber comido, para continuar leyendo el libro. Encontré las respuestas a todas mis preguntas acerca de la vida y quedé fascinada por sus principios.

Antes de eso, había estado confundida acerca de muchas cosas: ¿Para qué vivía? ¿Por qué me habían pasado tantas cosas malas? ¿Cómo se relacionaban conmigo? Después de leer el libro, entendí que los seres humanos acumulan yeli durante sus reencarnaciones y que, en esta vida, tenemos que pagar todas las deudas que debemos de vidas anteriores.

Mi vida cambió para mejor

Experimenté cambios impresionantes: traté con la gente de manera inteligente, mantuve la mente clara y ya no tuve miedo. Mi trastorno espinal desapareció sin ningún tipo de tratamiento. La relación con mi marido mejoró. Dijo que me había convertido en una persona totalmente diferente. Después, ¡él empezó a leer Zhuan Falun!

Durante años le había tenido aversión a la propietaria del inmueble en donde vivo y a menudo pensaba en mudarme de allí. Después de aprender los principios de tolerancia y compasión, la traté de forma diferente. Ella lo notó y me preguntó por qué estaba aprendiendo Falun Dafa. Le expliqué los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia y estuvo totalmente de acuerdo con ellos.

Al hacer negocios, dejé de competir con otros. Pude mantener la calma incluso cuando unos clientes de repente cancelaron sus citas. Shifu dijo:

“Entonces, nosotros, los cultivadores, aun menos debemos comportarnos de este modo; nosotros hablamos de seguir el curso natural: si algo te pertenece, no lo perderás, y si algo no es tuyo, no vendrá por más que luches”. (Lección Séptima, Zhuan Falun)

Cuando seguí los principios de Falun Dafa, llamaron nuevos clientes para pedir citas y los clientes antiguos regresaron.

Nunca me imaginé que podría ser tan feliz.