(Minghui.org) “La policía arrestó a mi esposo y a mí de nuevo en mayo de 2005 por imprimir materiales que exponían la persecución a Falun Gong. Para protestar por la detención ilegal, realicé una huelga de hambre. Unos tres meses después, mi cuerpo entero estaba paralizado por atrofia muscular. No podía hablar ni cuidarme sola. No obstante, los funcionarios aún me llevaron a la corte donde me sentenciaron a 8 años de prisión”.

La Sra. Zhou Meilin de la provincia de Guangdong compartió su ordalía en una manifestación el 12 de julio de 2015. Reunidos en el parque Lumpini en Bangkok, Tailandia, los practicantes tenían banderas, colocaron carteles, y le contaron a los transeúntes sobre Falun Gong.

Los practicantes realizan una manifestación para generar consciencia sobre la persecución y para apoyar las querellas criminales contra Jiang Zemin. El cartel dice: “Detengan la persecución”.

Tanto la Sra. Zhou como su esposo se beneficiaron de la práctica de Falun Gong, física y mentalmente. Después que Jiang Zemin prohibió la práctica en julio de 1999, perdieron sus trabajos por su creencia. La Sra. Zhou fue arrestada en diciembre de 1999 por apelar por Falun Gong. En el segundo centro de detención de Zhuhai, los guardias la colgaron de una cruz, con las extremidades separadas por tres días. Su trasero se llenó de úlceras, y sus brazos estaban lastimados.

Después de ser enviada al campo de trabajo forzado de Chatou en octubre de 2000, los guardias la esposaron con los brazos detrás de la espalda y la forzaron a sentarse con las piernas cruzadas por 14 horas, y más de 25 horas una vez. Al momento en que la liberaron, ambos pies estaba deformados y lastimados. Años después de eso, aún no podía caminar.

“Lo que experimenté no es más que la punta de un iceberg de la persecución a nivel nacional. Cientos de miles de practicantes en China han sufrido abusos de diferentes clases por su creencia, incluyendo la sustracción forzada de órganos, una de las peores cosas que le puede haber ocurrido a la civilización humana”. Dijo que al perseguir a Falun Gong y los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, Jiang ataca a la base moral de China y se abusa del sistema legal.

Transeúntes leyendo los carteles y pidiendo información.

Varios practicantes también hablaron en la manifestación. La Sra. Wang Shifu, médica, fue despedida por su empleador y enviada tres veces a campos de trabajo forzado, con un término total de más de cuatro años.

Con marcas y cicatrices aún visibles por la tortura y el trabajo forzado, la Sra. Wang dijo que la represión ha dañado no solo a los practicantes. “Mi madre siempre está preocupada por mí y vive con miedo. El estrés la dejó ciega de un ojo”.

La Sra. Zhang de Shenzhen en la provincia de Guangdong se casó en Hong Kong el 25 de agosto de 2011. Como tenía que ocuparse de algo en Shenzhen, regresó tarde por la noche el día de la boda. Pero cuando quiso regresar a Hong Kong al otro día, la policía le negó el permiso y anuló su vuelo.

Confundida y estresada, su flamante esposo preguntó por qué no podía obtener la documentación para regresar. Un policía le dijo: “Porque es practicante de Falun Gong, tiene que renunciar a su fe para conseguir el permiso”.

La Sra. Zhang nunca más logró volver a Hong Kong. Su esposo fue forzado a divorciarse un año después.

Según información recibida por Minghui, más de 60.000 chinos han presentado querellas criminales contra Jiang Zemin desde mayo. “Esto es porque ha cometido crímenes contra la humanidad y genocidio”, dijo la Sra. Zhou.

La vigilia de velas recordó a los 3858 practicantes de Falun Gong de los cuales se pudo confirmar murieron por la persecución.