(Minghui.org) El 25 de abril de 1999, diez mil practicantes de Falun Gong llevaron a cabo una manifestación pacífica en Beijing para pedirle al gobierno que refirme sus derechos de practicar y para que libere a los practicantes que fueron arrestados violentamente cerca de Tianjin. Este evento constituye la única resistencia no violenta a gran escala al régimen autoritario del partido comunista chino desde que tomó el poder en 1949.

El coraje moral de las demostraciones continúa destacándose al cabo de 16 años.

En China vivimos en una era de degradación moral y valores caóticos. La razón fundamental de este fenómeno es debido al control violento del PCCh y las continuas olas de mentiras y propaganda. Muchos chinos han desarrollado síntomas del Síndrome de Stockholm, en donde los rehenes expresan simpatía y tienen sentimientos positivos hacia sus captores. Este pensamiento irracional también surge del miedo a perder los intereses personales; por más que la gente de China esté totalmente consiente de la historia de violencia y mentiras del partido.

Para justificar la persecución e inculcar el miedo a gran escala y el odio hacia Falun Gong, el PCCh montó para escena una autoinmolación en la Plaza Tiananmen en 2001, emitiendo repetidamente por TV los macabros videos de los medios estatales.

Sin embargo, a lo largo de los dieciséis años de mentiras, calumnias y difamación, los practicantes de Falun Gong han perseverado en su creencia en Verdad-Benevolencia-Tolerancia y han sostenido una resistencia no violenta a la inhumana persecución del partido. Es realmente un tesoro espiritual de nuestra era.

Los funcionarios del PCCh involucrados en la persecución en los últimos 16 años han demostrado una crueldad, codicia, e inmoralidad inimaginables. El mas notable entre ellos ha sido Zhou Yongkang, el ex líder del comité de asuntos legales y políticos del PCCh, y Li Dongsheng, ex cabecilla de la oficina 610 y director de la estación televisiva del PCCh.

Enfrentados al miedo de ser arrestados, golpeados y encarcelados en cualquier momento, los practicantes salen incansablemente a contarle a la gente acerca de Falun Gong y la persecución. Quieren transmitirle la gracia de la práctica a todas las personas, incluyendo a la policía y funcionarios públicos que los persiguen.

Desde la publicación de Los Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista, los practicantes han estado generando conciencia constantemente entre los chinos acerca de la importancia de renunciar al PCCh y a sus organizaciones afiliadas. Hasta ahora, más de 200 millones de chinos han renunciado a su membresía al partido.

Los practicantes de Falun Gong no tienen interés en el poder político. Las renuncias del partido son una forma pacífica en la que China puede convertirse en una mejor sociedad; sin el PCCh.

El futuro de China depende de la conciencia de la gente y de los altos valores morales; tal y como se vieron expuestos por los practicantes de Falun Gong en la demostración del 25 de abril.