(Minghui.org) "Sustracción Humana: tráfico de órganos de China", un documental de 25 minutos sobre la práctica de matar a los presos de conciencia por sus órganos en China, fue transmitido en horario estelar el 7 de abril en el programa de la SBS One "Dateline", el programa de actualidad internacional más antiguo de Australia.

El premiado documental puso de relieve con toda crudeza la práctica de matar a “pedido” que los funcionarios del partido hacen todo lo posible por encubrir y negar. Las agencias de medios australianos publicaron múltiples historias para darle seguimiento al tema, al día siguiente.

                                     

"Sustracción humana: el tráfico de órganos de China" transmitido por una red nacional de televisión pública en Australia, planteó la pregunta: "¿Qué pueden hacer los gobiernos para detener el comercio ilegal de órganos?".

El tráfico de órganos es un negocio de mil millones de dólares para el ejército y los hospitales militares del régimen comunista, según el documental. En un país sin tradición de donar órganos, más de 10.000 operaciones de trasplante han tenido lugar durante cada año de la década pasada.

"Alguien está siendo asesinado por los órganos... No hay otra manera de explicar lo que está pasando", dijo David Matas, abogado de derechos humanos de Canadá. Explicó que el número de presos condenados a muerte no se acerca a proporcionar suficientes órganos de manera que explique el enorme número de trasplantes, y que los presos de conciencia compensan este déficit, siendo los practicantes de Falun Gong los blancos principales.

El Sr. Matas y el veterano diplomático canadiense David Kilgour, pasaron años reuniendo las pruebas, y concluyeron que existe un negocio de sustracción de órganos llevado a cabo por el Estado en China.

Su primer libro, Cosecha Sangrienta, publicado en 2009, presenta 53 piezas de evidencia reunida durante su investigación. En “Órganos del Estado: Abuso de Trasplantes en China”, publicado en julio de 2012, editaron sobre el tema artículos de siete médicos.

                                       

En las cercanías del Parlamento de Ottawa, Canadá, los practicantes de Falun Gong mediante una escenificación llaman la atención sobre el crimen de matar por los órganos.

El documental se emitió el 7 de abril, e incluyó relatos de los testigos, un paciente que viajó a China por un riñón, y los médicos.

Leon Lee, productor y director del documental, escuchó por primera vez sobre el escándalo de la sustracción de órganos en 2006. Él lo encontró difícil de creer hasta que estudió la evidencia y se dio cuenta de que era verdad, surgiéndole entonces la idea de hacer un documental sobre ello.

"Estoy contento de ver la respuesta de los espectadores en Australia", dijo Lee, refiriéndose a los tweets publicados por los miembros del público. "Conociendo acerca de estas atrocidades, algo que creo no tiene precedentes en la historia humana, la gente va a hablar con sus amigos y familiares y hará esfuerzos para detenerlas".

No fue solo el Sr. Lee quien al principio dudó acerca de las historias sobre la sustracción de forzada órganos. Peter Westmore, presidente del Consejo Cívico Nacional, una organización política comunitaria de Australia, dijo que a pesar de su incredulidad inicial de que el régimen chino podría extirpar órganos de presos de conciencia (en su mayoría practicantes de Falun Gong), él fue uno de los tantos que con los años se convenció de la existencia del crimen.

Como recordó el Sr. Westmore, si la acusación de la sustracción de órganos era cierta, entonces, "Tenía que haber una industria de trasplante grande en China". Con su curiosidad avivada comenzó a hacer un poco de investigación por su cuenta.

Su propia investigación en Internet lo condujo a una información consistente: "¡Había sitios web en inglés que apuntaban a los angloparlantes y de otras nacionalidades, anunciando trasplantes en los hospitales de China! ¡Afirman que los trasplantes se harían inmediatamente, y que si algo salía mal con el trasplante, luego se les ofrecería otro en un plazo de dos semanas!".

"Sydney Morning Herald", TV Canal 9, News.Com.Au y Daily Mail, fueron algunos de los medios de comunicación que se hicieron eco de la noticia al día siguiente.