(Minghui.org)

Nota del editor: Tanto en la cultura occidental como en la china el principio de la retribución de yeli, es decir, finalmente tener que rendir cuenta por las propias acciones, es ampliamente aceptado. En otras palabras, las buenas acciones serán recompensadas con el bien, mientras que las malas acciones serán debidamente castigadas. Este artículo sirve como un recordatorio, para aquellos que cometen fechorías, de que el concepto que dice que el "mal engendra el mal" tiene carácter perdurable y raíces profundas en el curso de la historia.

El emperador Tang Wuzong de la dinastía Tang (814-846 d. C) fue tristemente célebre por su hostilidad contra el budismo.

En la mayor campaña en la historia de China para erradicar al budismo, destruyó los templos budistas y obligó a los monjes y monjas budistas a volver al mundo secular. Estatuas de Buda fueron fundidas en monedas o herramientas agrícolas. A nadie se le permitió conservar una estatua de Buda en la casa -si se encontraba una, la familia sería castigada. Además, el emperador emitió edictos para difamar al budismo.

Según los registros históricos, durante el quinto año de su reinado "más de 4.600 templos y monasterios fueron derribados, 260 mil monjes y monjas budistas fueron obligados a renunciar a sus creencias, y más de 40 mil refugios y ermitas fueron destruidos".

Sólo un año después del comienzo de la gran persecución contra el budismo, el joven emperador murió a la edad de 33 años. Tenía cinco hijos, pero ninguno fue elegido para sucederle. En cambio, fue su tío Li Chen quien se convertiría en el siguiente emperador, como Wuzong había ido perdiendo el apoyo de sus cortesanos como resultado de su persecución al budismo, nadie alzó la voz.

Como nuevo emperador de la dinastía Tang, Li Chen proclamó una amnistía general y revivió el budismo en China. Fue muy elogiado por los historiadores.