(Minghui.org) Soy un practicante de Falun Gong de 61 años del nordeste de China. Adonde sea que vaya le cuento a la gente sobre los beneficios de Falun Gong.

Otro practicante y yo estábamos hablando sobre Falun Gong con la gente en una estación de autobuses a principios de junio de 2013, y entregando el software para evadir la censura de Internet en China. Una mujer a la que le ofrecí el software se negó a aceptarlo y nos denunció a los guardias de seguridad. Nos arrestaron.

Esto fue totalmente inesperado. Miré en mi interior para buscar mis fallas. Sabía que tenía que negar los arreglos de las viejas fuerzas. El policía que me arrestó estaba esperando saber sobre Dafa y yo no puedo dejarlo cometer crímenes contra Dafa.

Envié pensamientos rectos para eliminar los elementos perversos que manipulaban a la policía en otras dimensiones: “Su consciencia tiene que estar limpia. Si trata bien a los practicantes, será beneficiado. Nunca peque contra Dafa. Tiene que tomar la decisión correcta para usted y su familia”.

Llegaron más policías. Pensé: “Ustedes están aquí por una razón. Tengo que contarles la verdad sobre Dafa”.

Un policía dijo un montón de cosas malas sobre Falun Gong. Lo ignoré y respondí: “Por favor, no me moleste. No quiero que me persiga, esto solo le hará daño a usted. Le digo esto por su propio bien. ¿Tiene idea sobre cómo tratan a la gente en las prisiones y campos de trabajo solo por practicar Falun Gong?”.

Les dije cómo los practicantes son torturados y muchos de los que llevan a cabo las torturas, reciben su retribución. “Finalmente cosechará lo que siembra, y nunca tendrá éxito en ‘transformarme’. Jamás renunciaré a Falun Gong”.

Ellos necesitaban saber qué es lo que tenía, así que les dije: “Lo que tengo conmigo es un software para evadir la censura de Internet, no es una bomba. ¿Por qué se alarman tanto? ¿Por qué aislar a la gente del mundo exterior?”. Uno me preguntó cómo se usaba el software, y los demás se acercaron para escuchar.

A pesar de que demandé que nos liberaran, nos llevaron al hospital para hacernos una revisión. El oficial nos dijo que nos liberaría si estábamos enfermos. Resultó que ambos estábamos enfermos.

El oficial que nos preguntó cómo usar el software se ofreció llevarnos a casa y me dio 200 yuanes. Cuando le pregunté su nombre, me dijo: “Mi nombre es Ser Humano”.

Usé el dinero para comprar más DVD vírgenes y hacer copias de Shen Yun. Estoy seguro que él recibirá sus bendiciones por lo que hizo.