(Minghui.org) Tuve cáncer de mama cuando tenía 50 años y me extirparon el pecho derecho y un tercio del izquierdo. El doctor no recomendó quimioterapia ni radiación. Evaluó que no soportaría los tratamientos y sugirió que me vaya a casa.

Me dieron Zhuan Falun, el libro principal de Falun Dafa, cuando fui a casa de mi hijo en 1996. Lo leí de principio a fin esa misma noche. Mis lágrimas no paraban de caer mientras leía.

Aunque no podía levantar el brazo derecho por la operación que extirpó mi pecho derecho, cuando terminé de leer Zhuan Falun, dos mañanas después pude levantarlo. Me sentía liviana, como si no fuera mi cuerpo.

Sentí que Dafa era maravilloso y quería asistir al grupo de lectura de Dafa. Mi hijo me ayudó a encontrar uno y aunque no quedaba cerca de mi casa, me sumé a ese grupo.

Mi esposo fue testigo de los cambios en mí y también quiso aprender la práctica. Entonces formamos un grupo de lectura de Dafa en nuestro hogar y más de 10 personas asistían.

Los dos estábamos bastante enfermos. Yo tenía cáncer de mama y mi esposo estaba diagnosticado con cirrosis en el hígado, enfisema y hepatitis. Pensábamos “La práctica es tan buena, debemos practicarla toda la vida”. Luego de empezar a practicar Dafa, regresamos a un buen estado de salud. No fue fácil y sufrimos un poco, pero nada puede desanimarnos y desde entonces, nunca hemos dejado de contar a la gente sobre Falun Dafa.

Ayudando a la gente a entender la bondad de Falun Dafa a pesar de la persecución

 Aunque el partido comunista chino (PCCh) prohibió Falun Dafa el 20 de julio de 1999, seguimos siendo diligentes y nunca dejamos de contarle a la gente los hechos sobre Falun Dafa

Una vez tomamos un autobús. Hablé con dos personas que trabajaban en una prisión. Les dije: “También hay gente buena en prisión. Deben tratar bien a los practicantes, serán castigados si persiguen a los practicantes de Falun Dafa. ¿Han escuchado sobre la renuncia al PCCh y sus organizaciones afiliadas? Puedo ayudarlos a renunciar, y pueden usar seudónimos”. Dijeron que querían renunciar con sus nombres verdaderos.

Quiero hablar con todos los que conozco sobre Dafa. Una persona dijo: “Ya me has contado seis veces”. Le dije: “Lo siento, no quiero perderte”.