(Minghui.org) El 18 de noviembre, el Sr. Zhang Zhishui se cayó de un edificio de 5 pisos y murió intentando escapar de la policía en la ciudad de Qinhuangdao. Los detalles de las circunstancias se desconocen al momento.

Residente de la ciudad de Cangzhou, Hebei, de 42 años de edad, hacía solo dos años que fue liberado después de pasar 11 años en prisión por practicar Falun Gong, una disciplina de la Escuela Buda que es perseguida por el régimen comunista chino desde 1999.

Durante su término en prisión fue torturado severamente por negarse a renunciar a su fe en Falun Gong. En junio de este año, presentó una querella contra Jiang Zemin, haciéndolo responsable por los 11 años que pasó en prisión, y los 3 años anteriores en un campo de trabajo forzado.

En agosto, su querella fue enviada de regreso al departamento de policía, que pronto salió a cazarlo. Los oficiales también amenazaron a su familia para que lo entregara.

Después de unos meses de buscarlo, el 18 de noviembre, lo encontraron visitando un amigo en la ciudad de Qinhuangdao (a unos 400 km de su hogar). Lo siguieron hasta allí, y el Sr. Zhang se cayó y murió tratando de evitar ser arrestado nuevamente.

La persecución previa

El Sr. Zhang recibió tres años de trabajo forzado poco después que la persecución comenzara en 1999. Mientras estaba detenido en el campo de trabajo forzado de Baoding, fue sometido a la tortura “cama de la muerte”.

Estiraron sus brazos y piernas y los ataron a las cuatro esquinas de una cama; solo su cabeza y cuerpo quedaron apoyados en una tabla de madera. Cada parte de su cuerpo fue atada con sogas de nylon para que no se pudiera mover. Le pusieron una fuerte luz sobre los ojos, mientras unos parlantes sonaban a todo volumen. Una persona venía a cada rato para golpear la cama y evitar que se durmiera.

No mucho después de su liberación del campo de trabajo fue arrestado de nuevo en el invierno de 2002. Fue sentenciado ilegalmente a 1 año de prisión en Shijiazhuang. En sus intentos de forzarlo a renunciar a su fe, los guardias de la prisión instigaron a otros reclusos a golpearlo. Lo golpearon severamente y casi lo matan ahogándolo.

Después de un periodo prolongado de tortura física y de no dejarlo dormir, el Sr. Zhang colapsó mentalmente. Se cortó en varias partes del cuerpo con vidrio y lo llevaron de emergencia al hospital. El incidente le dejó varias cicatrices.

Después de ser liberado del hospital realizó una huelga de hambre durante un mes para protestar por el abuso. Los guardias lo alimentaron a la fuerza con un engrudo de carne, lo que le generó mucha sed y dolor de estómago. Un médico de la prisión le dijo en privado que los guardias agregaron una cantidad excesiva de sal a la mezcla.

Una noche, un guardia intentó forzarlo a escribir una declaración de arrepentimiento pisando sus cadenas y yendo para atrás y delante, con la intención de cortarle la carne.

Ya sin poder soportar el dolor usó los filos de sus esposas para golpearse la cabeza. Las heridas de esos golpes lo hicieron sangrar profusamente, no obstante no le dieron atención médica. Los guardias simplemente lo esposaron con las manos detrás de la espalda por tres días seguidos.

Cuando eventualmente regresó a su casa en 2013, había perdido todo su pelo. No tenía lugar para vivir porque su casa en la aldea se había caído por la falta de mantenimiento. Iba de un lado a otro, solo para perder su vida dos años después huyendo de la policía.

Antecedentes

En 1999, Jiang Zemin, como jefe del partido comunista chino, ignoró a otros miembros permanentes del comité del politburó y lanzó la violenta represión a Falun Gong.

La persecución ha llevado a la muerte a muchos practicantes de Falun Gong en los últimos 16 años. Muchos más han sido torturados por su creencia e incluso asesinados por sus órganos. Jiang Zemin es directamente responsable por el comienzo y continuidad de la brutal persecución.

Bajo su dirección personal, el partido comunista chino estableció un órgano extralegal de seguridad, la “oficina 610”, el 10 de junio de 1999. La organización ignora las fuerzas policiales y el sistema judicial al llevar adelante las directivas sobre Falun Gong: arruinar su reputación, cortar sus recursos financieros, y destruirlos físicamente.

La ley china permite a los ciudadanos ser demandantes en causas penales, y muchos practicantes están ahora ejerciendo ese derecho presentando demandas penales contra el ex dictador.