(Minghui.org) Recientemente noté, hablando con otras personas sobre Falun Gong, que el ambiente ha cambiado. Muchos están de acuerdo en contarles a otras personas sobre la práctica.

DVD de Shen Yun: “Es un regalo de los dioses”

En abril de este año fui a una playa, a distribuir algunos DVDs de Shen Yun que me habían quedado.

Cuando pasé por un supermercado, vi a un grupo de personas que estaban plantando árboles. Les dije: “Este es el mejor espectáculo del mundo. Sus presentaciones muestran la compasión y la belleza más puras”. Antes de que pudiera decir más, un hombre vino corriendo y me pidió varias copias. Dijo que todas sus hermanas querían ver el espectáculo: “Todas las personas que creen en dioses y budas desean ver esto”.

Tan pronto como las otras personas lo oyeron, también pidieron un DVD. El mismo hombre les dijo: “Vayan a casa y mírenlo, es un regalo de los dioses”.

Anciana: “Solo los predestinados pueden conseguirlo”

Un día me encontraba en un gran mercado al aire libre. Dudaba en distribuir DVDs de Shen Yun en el lugar porque otros practicantes ya lo habían hecho hacía un par de meses, así que pensaba que a lo mejor sería un desperdicio de tiempo. Pero también pensé que siempre hay nuevas personas en el mercado, así que decidí repartirlos de todas formas.

Mientras lo hacía e introducía a la gente sobre el espectáculo, una anciana me preguntó si tenía algo que ver con Falun Gong. Le respondí que sí, y añadí que trataba sobre los 5.000 años de la cultura china. La mujer puso sus dos manos juntas como si rezara y me agradeció. Dijo que estaba buscando el DVD desde hacía mucho tiempo, y estaba muy contenta de por fin haberlo encontrado.

Entonces introduje Shen Yun a otra persona, y la misma anciana intervino diciendo: “¡Solo las personas predestinadas pueden conseguirlo!”. Con esto, la otra persona aceptó el DVD sin dudarlo.

Me conmovió que la señora se quedara conmigo y me ayudara a promover Shen Yun

Un hombre dijo: “Falun Gong es bueno, ¿Sabía?”

Un día corrí hacia un hombre de mediana edad. Lo saludé y le entregué un DVD de Shen Yun. De inmediato me preguntó si tenía algo que ver con Falun Gong.

Le dije: “Sí, le gustará verlo. Los trabajos literarios y artísticos genuinamente buenos no tienen ninguna distinción de clases o países”.

Él tomó el DVD y dijo sinceramente: “Déjeme decirle: Falun Gong es bueno. ¿Sabía?”.

Le sonreí cálidamente.