(Minghui.org)

Continúa de Parte 1

2-Viaje con el Maestro a la ciudad de Jinzhou

Dispersando nubes de lluvia

Comenzó a lloviznar cuando alcanzamos la carretera a Jinzhou. Le dije al Maestro que estaba lloviendo y Él preguntó:“¿No es bueno que llueva en primavera?”. Le dije que la lluvia es buena, pero es difícil manejar en ella. El Maestro sonrió y dijo: “Abril es una estación lluviosa, vamos a mantener la lluvia detrás nuestro entonces”.

Luego de esa corta conversación, me di cuenta que las nubes eran aún más pesadas y parecía que el cielo y la tierra estaban cubiertos con una oscura y gruesa manta. En ese momento, el Maestro comenzó a girar sus manos, y supe que estaba girando la Rueda del Fa.

Pronto la manta negra fue rasgada, y grandes áreas de nubes oscuras comenzaron a dispersarse. Luego en un abrir y cerrar de ojos, la lluvia se detuvo. Podía ver el cielo azul, a pesar que las nubes que estaban detrás eran todavía oscuras y sombrías. Fue increíble.

El conductor, que podía ver cosas en otras dimensiones, le preguntó al Maestro quiénes eran aquellas deidades que ocasionalmente aparecían a los costados de la ruta. Nos contó que eran dioses de diferentes regiones. Había muchos de ellos porque estaban en el nivel más bajo de los seres divinos. Una gran montaña normalmente tiene un gran dios mientras que una más chica tiene uno más pequeño, y cada uno está a cargo de su área. Aparecieron aquel día para saludar al Maestro. Luego agregó que dos dragones nos habían estado escoltando todo el camino desde la ciudad de Dalian.

Paramos en una pequeña cafetería para desayunar. Comenzó a llover nuevamente, pero el Maestro se paró al lado de la ventana e hizo girar la Rueda del Fa otra vez. La lluvia paró en menos de diez segundos.

El Maestro conoce los caminos

Cuando el conductor fue a preguntar por el camino a nuestro destino, vi al Maestro dibujando un mapa en el aire, y luego dijo: “Sigue derecho, dobla a la derecha, luego deberían ser unos treinta metros por esa carretera”.

Cuando regresó nos dijo que necesitábamos simplemente seguir derecho. Al escuchar aquello, comencé a dudar si el Maestro tenía razón. Cuando llegamos a la intersección, le dijo que doblara a la derecha. A unos treinta metros, encontramos el edificio de la Asociación de Qigong de Jinzhou al final del camino.

Ponerse en contacto a través de medios extraordinarios

Le pregunté al Maestro di debía llamar al practicante que había llegado antes que nosotros para contarle de nuestro arribo, Él solo me ignoró. Después vi a la practicante corriendo hacia nuestro auto. Ella le dijo: “Vi su partida de Dalian, pero pararon alrededor de las 10 a.m.”. Le conté que a esa hora nos detuvimos a desayunar.

“Bien. Luego vi que estaban cerca, por lo que le dije a los otros practicantes que el Maestro está aquí. Estaban estacionando cuando salí”, dijo.

Finalmente entendí que el Maestro había estado en contacto con esta compañera practicante vía algún medio extraordinario. Sorprendido, dije: “No me extraña que el Maestro me haya ignorado. Usted ha estado en contacto con Él desde el principio”.

Dragones y seres divinos

El Maestro vino a Jinzhoua a dar el ciclo de conferencias de nueve días. Cuando no había clases, íbamos a la Montaña Bijia, un famoso destino turístico en la ciudad de Jinzhou. El Maestro y una practicante veterana miraron el pozo cerca de la entrada principal por largo tiempo. Me uní a ellos, pero no vi nada. El Maestro le dijo a la practicante que me enseñara cómo ver qué hay dentro del pozo. El Maestro nos dijo: “El camino que conduce al pozo es un dragón dormido. El pozo es su ojo”.

Después de decir eso, caminó delante nuestro. La practicante veterana me dijo: “Mira, el dragón bebé viste de rosa, está estacionando sobre las ropas del Maestro y jugando ahora con Él”.

Entonces ella me dijo que mirara alrededor para ver que muchos seres divinos parados al borde del océano mostraban su respeto al Maestro, pero un gran Falun los bloqueó para que no estuvieran tan cerca de Él.

Me sentí mal porque mi tercer ojo estuviera cerrado. Solo pude ver que el océano estaba muy calmo y claro. Sentí que no era un buen estudiante ya que no podía ver nada.

Tomando un trasbordador porque la carretera estaba destruida

Le agradecía a la practicante veterana por enseñarme y me disculpé por no ser capaz de ver nada. Después que dije eso, de repente vi que la Montaña Bijia estaba iluminada y rodeada por un anillo luminoso.

El Maestro me dijo: “Este sendero originalmente fue hecho para las personas que cruzan el océano. Pero ahora la gente solo puede cruzar el océano en barco. Los humanos han destruido el camino”.

Tuvimos que tomar un trasbordador para llegar al pie de la montaña. Cuando lo abordamos, el calmo océano de repente se desniveló y grandes olas lo sacudieron.

El conductor dijo: “Maestro, usted párese en el medio y yo al costado porque puedo nadar”. Sin embargo, se mantuvo saludando hacia el agua. La practicante veterana me dijo que muchos están afuera, lo cual no tenía mucho sentido para mí.

Confundido, miré al Maestro que dijo: “Ella quiere decir que muchos seres vivientes han aparecido para verme. Están agitando sus manos y danzando, es por eso que las olas son tan grandes”.

El conductor entonces me dijo que el trasbordador no estaba viajando sobre el agua. Vio que el agua de repente se partió al medio. Grandes olas, tan altas como paredes, empujando hacia los costados, y en realidad nuestro bote se estaba moviendo en lo más alto del camino.

Ningún lugar limpio en la sociedad moderna

Cuando llegamos a la cima de la montaña, fuimos dentro del templo. Vi muchas estatuas de Buda. La practicante veterana dijo al Maestro: “Al igual que empuja una pared, a todos se los empujó afuera”.

No tenía idea sobre qué estaba hablando, me veía perdido. Para aclarar, el Maestro dijo: “¿Estás confundido? Ella está diciendo que mi Fashen limpió este lugar. Donde voy, mi Fashen limpiará ese lugar. En la sociedad moderna, ningún lugar está limpio”.

Sorprendente parecido de la estatua del Rey Dragón

Vimos una estatua del Rey Dragón.

“Esta estatua luce como el real Rey Dragón. El artista debe haber tenido una extraordinaria experiencia. Una estatua como esta es rara en la sociedad moderna”, dijo el Maestro.

“Por desgracia los seres humanos siempre usan pensamientos humanos para entender a los Dioses. Entonces ponen un manto rojo sobre el Rey Dragón y creen que se ve mejor. De hecho el Rey Dragón tiene su propio atuendo. Las ropas humanas son oscuras porque están llenas de varios apegos humanos, los que se ven sucios y desagradables a los ojos de los dioses”.

Cuando el Maestro dio su clase al día siguiente, un alcohólico de repente se abrió paso dentro de la sala de conferencias y gritó.

Más tarde el Maestro me explicó qué había pasado esa noche: “Un monje intentó interferir con mi enseñanza. Debía estar loco”. La practicante veterana agregó: “El Maestro agitó su mano, y el sonido del trueno lo espantó”.

Dos días antes que retornáramos a Dalian, me sentí triste sabiendo que pronto dejaría al Maestro. Él me dijo que estudie bien el Fa y me cultive diligentemente para alcanzar la consumación”.

(Continuará)