(Minghui.org) Durante el verano de 1978, yo tenía 14 años. Fue entonces cuando desarrollé una infección que me dejó con un corazón reumático. La enfermedad me dejó con un latido de corazón acelerado y con dificultad para respirar.

Cuando el estado empeoraba, me tenían que hospitalizar.

Durante el invierno de 1979 tuve otra enfermedad y quedé completamente paralizada. Pude caminar después de unos tratamientos extensivos pero aún no podía subir unas escaleras.

Cuando tenía 19 años pensé en suicidarme. Mi madre me paró diciéndome que había estado cuidándome durante tantos años con la esperanza de que algún día estaría bien. Conmovida por sus palabras, decidí vivir.

Más síntomas y enfermedades aparecieron después, y me deprimí, especialmente cuando diferentes médicos eran descuidados conmigo y esto me generaba más problemas físicos.

Cuando llegué a los 30, tenía un montón de regímenes de drogas intravenosas, que me las aplicaban cada dos o tres días.

Con los gastos médicos, me convertí en una gran carga financiera para mis padres.

Falun Dafa contestó mis preguntas

Mi madre era quien me cuidaba, y con los años, el estrés y esfuerzo terminaron deteriorando su salud. Tenía un montón de síntomas y la medicación no le hacía efecto.

Entonces consiguió una copia de Falun Gong, el libro introductorio de Falun Dafa, y decidió cultivarse en Dafa. Recobró su salud y le ahorró al empleador más de 10.000 yuanes anuales de gastos médicos.

En enero de 1999, mi vida también dio un vuelco cuando decidí practicar Falun Dafa. Leí todo Zhuan Falun, el libro principal de Dafa, en un día y medio. Las explicaciones del libro contestaban todas mis preguntas y misterios.

Cuando leía, me sentía muy cómoda, así que decidí practicarlo.

Sin embargo, unos días después, cambié de parecer y decidí no cultivarme. Justo cuando estaba teniendo ese pensamiento en mi mente, un espíritu blanco apareció y me dijo que se iría si yo renunciaba a la cultivación en Dafa.

Luego recordé lo que había leído en Zhuan Falun. Decía que había una sustancia blanca, llamada de, que abarca la virtud y el mérito.

“Por favor, no te vayas. De seguro me cultivaré, incluso si encuentro muchas dificultades”, dije esto y lo repetí varias veces. Desde ese momento en adelante, comencé a practicar Falun Dafa.

Experiencia extraordinaria

Después de expresar mi deseo de cultivar en Dafa, tuve una experiencia asombrosa. Mientras leía Zhuan Falun, vi un objeto dorado diminuto saliendo del lado izquierdo de mi cabeza. Como la turbina de una máquina este objeto rotaba rápidamente y con gran fuerza. Mientras se movía alrededor, unas sustancias azules grisáceas se desvanecían sobre mi cabeza. Tuve una sensación de comodidad y mi habitación parecía más brillante y fresca.

Le conté a mi hermana lo que vi. “Tal vez lo que viste fue un Falun. Quizás tu ambiente fue limpiado”, dijo ella. “Eso es algo bueno, ¡tienes que continuar cultivándote diligentemente!”.

Mi madre y yo tomamos un taxi para ir al sitio de práctica en enero de 1999, porque no podía caminar largas distancias. Mientras hacía la meditación, sentí que algo entraba en mi abdomen inferior. Después de sentarme por 20 minutos, tuve una sensación placentera, una corriente caliente que se movía por mis piernas. Después del ejercicio, tenía la suficiente fuerza para ir caminando hasta casa sola.

Sobrepasando una tribulación de vida o muerte

Las enseñanzas de Falun Dafa me decían que tenía que convertirme en una buena persona, así que comencé a evaluar todo según los requisitos del Fa.

Después de 12 años, no tengo más síntomas de enfermedad.

Sin embargo, de repente experimenté palpitaciones severas del corazón y la duda me atacó: “¿Debería tomar medicamentos? Antes si las tomaba tarde, terminaba en el hospital”. De repente recordé la experiencia de un practicante anciano, y me di cuenta de que esto era una prueba. Todo era solo para determinar si yo creía en el Fa.

Recordé cuán miserable era mi vida antes de la cultivación. Luego sentí que verdaderamente creía en Dafa. “No necesito tomar medicamentos, porque estos son solo síntomas”. Instantáneamente, mi corazón dejó de palpitar, y sentí latidos fuertes en mi pecho. Había pasado la prueba.

Desde entonces, comencé a hacer las tareas domésticas, manejé la casa, y cuidé de mis ancianos padres y suegros.

A los 43 años de edad, di a luz a una niña. Y sigo teniendo una salud perfecta hasta el día de hoy.

Cumplí mi deseo –que era ser independiente y cuidar de otros en vez de ser cuidada.

Los que me conocen con frecuencia dicen: “¡Pareces una persona completamente diferente!”.

Es verdad: “¡Los practicantes de Falun Dafa somos realmente las personas más afortunadas en el mundo!”.