(Minghui.org) En mayo de 1999, vi a un grupo de personas meditando en el jardín de una plaza. Me acerqué porque tuve curiosidad. Un hombre vino hacia mí y me dijo: “Estamos practicando Falun Gong. Esta práctica es muy buena. No sólo mejora la salud sino también eleva el estándar moral. De esta manera, se puede ser una mejor persona”.

Me alegré al escucharlo y me di cuenta de que yo también quería ser una buena persona. Comencé a practicar Falun Gong inmediatamente. Desde entonces, he practicado los ejercicios junto con otros practicantes todas las mañanas y he estudiado el Fa todas las tardes.

Poco después de que empecé a practicar, el acné que tenía en la cara desapareció. Un día, mi colega Liu me dijo: “Guau, ya no tienes acné en la cara. Tu piel se ha vuelto muy limpia y bonita. ¿Qué píldoras secretas tomas?”.

Le contesté: “Estoy practicando Falun Gong. Llevo menos de un mes practicando y no sólo desapareció mi acné, sino también las verrugas que me hicieron sufrir tantos años y, además, las manchas cafés de mi cuerpo”. Ella se alegró al escuchar esto y me animó a seguir practicando.

Cultivándome en medio de la sociedad

Shifu nos enseña a ser mejores personas en base a los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, entonces me esfuerzo por mejorar mi moral.

Trabajaba en el Departamento de Limpieza de un hotel. Antes de empezar la práctica, a menudo me llevaba a casa muchos cepillos de dientes. Mis compañeros hacían lo mismo y además decían que era un desperdicio no hacerlo. Sin embargo, después de aprender Dafa, regresé estos productos al hotel.

Teníamos muchos huéspedes cada día y algunos olvidaban en las habitaciones del hotel sus relojes, billeteras, teléfonos celulares, collares etc. Cuando encontraba algo, siempre avisaba a los empleados del hotel y, cuando los invitados todavía se encontraban en el hotel, les regresaba los artículos personalmente. Si los huéspedes ya se habían ido, entregaba esos artículos a mi supervisor.

En abril de 1999, un mes antes de empezar a practicar Falun Gong, estaba barriendo debajo de los gabinetes de un baño. Encontré un anillo de oro, un anillo de plata y un arete de oro. Me los llevé a casa sin preocupación y se los di a mis padres. Después de aprender Falun Gong, entendí los principios de “perder y ganar” y entregué las joyas a mi jefe.

También iba a trabajar temprano y salía tarde. Era muy responsable en mi trabajo y, al final de 1999, fui elegida como "Empleada destacada”.

Avanzando continuamente en la cultivación

El 20 de julio de 1999, el régimen de Jiang comenzó a perseguir a Falun Gong en todo el país. Mi jefe me dijo: "Falun Gong está prohibido ahora, y debes escribir un documento de garantía para declarar que renuncias a Falun Gong. Lloré y le recordé cómo había mejorado completamente como persona, cómo incluso fui a devolver los artículos que había tomado del hotel, y cómo le había regresado las joyas. Vi que los ojos del gerente se llenaron de lágrimas. No dijo ni una palabra y se marchó.

Desde entonces, pude estudiar el Fa abiertamente en mi lugar de trabajo y también al terminar de trabajar. A veces, el gerente veía que estaba leyendo, pero no decía nada y se iba al otro lado. Incluso durante los días más agitados, cuando la persecución era muy severa, mi ambiente era relativamente relajado. Cuando los policías llegaron al hotel por mí, los colegas de la recepción les dijeron que no estaba. Me estaban protegiendo en silencio. Sin embargo, después de que fui a Beijing a apelar por el derecho a practicar Falun Gong libremente, en marzo de 2000, fui despedida.

Un compañero practicante me ayudó a conseguir un empleo en una fábrica, en el verano de 2000. Pero, cuando fue detenido otro practicante, éste le dio mi nombre a la policía. La policía llegó a la fábrica y me llevó para interrogarme. Después, saquearon mi hogar. Fui detenida durante 10 días, aunque no encontraron ninguna evidencia.

Mi hermano me recogió del centro de detención y me llevó a la fábrica para recibir mi pago, pero el director de la fábrica no me quiso dejar ir. Le dijo a mi hermano: “Su hermana trabaja muy duro. Hizo un mejor trabajo que los jóvenes. Déjela seguir trabajando aquí”.

Me quedé a trabajar allí un mes más. Sin embargo, el dueño estaba cada vez bajo más presión y, pronto, la policía le dijo que tenía que despedirme. El director me llamó a su oficina y me dijo que, aunque quería que me quedara, no tenía más remedio que despedirme. Le agradecí por su tiempo, le recordé la bondad de Falun Gong y me fui.

Manteniéndome firme

En 2005, mientras trabajaba en un centro comercial vendiendo DVDs, un oficial de policía vino a buscarme y me presionó a escribir una declaración de garantía que ya no iría a Beijing para apelar por Falun Gong. Primero fue con mi jefe y con el director. Puesto que había ayudado a otros voluntariamente, a mis colegas les gustaba trabajar conmigo y mis jefes también me apreciaban.

Cuando el oficial me encontró y quiso que firmara la declaración, le dije: “No la firmaré. No he incumplido ninguna ley. Según la ley, tenemos libertad de creencia. ¿Por qué firmaría esto?”. Reconoció que todos mis superiores dijeron que era una buena persona. Le respondí: “Mi Maestro nos enseña a ser mejores personas, así que somos buenos donde quiera que estemos” y se fue. Al final del año, fui elegida como "Empleada destacada" y recibí certificados y premios.

Una vez en 2010, después del trabajo, me encontré a una vecina. Me preguntó: “¿Aún vives con él? Pensé que te habías ido hace mucho tiempo". Sabía lo que quería decir. Mi esposo había perdido varios trabajos debido a la persecución, y su estado mental no era muy bueno. He apoyado financieramente sola a mi familia durante muchos años. Mi suegra también nos ha ayudado un poco, sin embargo, nuestra familia no tiene una vida fácil.

Le dije: “Él es una muy buena persona y trata bien a su familia. Estuvo bajo mucha presión por la persecución, y fue despedido de su cargo de funcionario. Perdió tres trabajos consecutivamente debido a la persecución, así que no puedo abandonarlo porque ahora no puede trabajar.

Nuestro Maestro nos enseña a ser buenos con todos, y también con los miembros de nuestra familia. Falun Gong es una práctica de alto nivel de la Escuela Fo. Nos enseña a ser buenas personas y nos ayuda a mejorar tanto física como mentalmente. No es como se ha dicho en la tele”.

Sus ojos se humedecieron y me dijo que yo era una buena persona. Desde entonces, ya no me discrimina como lo había hecho anteriormente. Ahora se preocupa por mí y ya no es hostil hacia Falun Gong.

¡Falun Gong es una práctica real de cultivación de alta virtud! Escribí este artículo con la esperanza de que las personas que han sido engañadas por las mentiras del partido comunista puedan conocer la verdad sobre Falun Gong y así tener un buen futuro.