(Minghui.org) 

El sentimentalismo plantea desafíos para los cultivadores y puede manifestarse de diferentes formas. Algunas de estas formas pueden ser fácilmente pasadas por alto por los cultivadores si nuestras mentes no están en estado de alerta. En este artículo se habla de tres aspectos del sentimentalismo: el cuidado de los familiares, el extrañar a los familiares fallecidos, y el poder reflexionar sobre la influencia de las emociones.

Las familias pueden ser una trampa

Tener varias generaciones viviendo bajo un mismo techo se considera una bendición en la sociedad común. Como cultivadores, tratamos a nuestros familiares amablemente, pero si nos dedicamos a cuidar de nuestras familias sin hacer nada más, esto es irse a los extremos.

Algunos compañeros practicantes ancianos hacen todo lo posible para atender a sus hijos y nietos. Se agotan cocinando para su familia, cuidan de los bebés durante el día y los ponen a dormir por la noche. Al hacer esto, se agotan y están demasiado cansados para estudiar el Fa, y por supuesto, para aclarar la verdad.

El padre de una compañera practicante enviudó. Ella sentía una gran compasión hacia su padre. Como resultado, le cocinaba las tres comidas y se quedaba en casa de su padre en la noche para cuidarlo. Ella sufría de insomnio, sin embargo, se hacía cargo de su padre meticulosamente. Como resultado, constantemente estaba cansada.

Sorprendentemente, su padre a menudo la atormentaba. Esta practicante finalmente se dio cuenta de que estaba demasiado apegada a su amor por su padre. Entonces le dijo: "Estoy muy ocupada y he tratado de hacerlo lo mejor posible. Si todavía estás infeliz, voy a tener que venir a verte con menos frecuencia".

Su padre cambió por completo después de la conversación. Desde ese entonces, ha sido muy amable con ella y comprensivo acerca de su situación. Él ya no necesita que lo cuide todos los días. Como resultado, tiene más tiempo para hacer lo que los practicantes tienen que hacer.

Los cultivadores necesitan medir el tiempo que dedican a sus familiares. Es apropiado destinarles una cantidad correcta de atención. Los cultivadores deben tratar todos los aspectos de la vida como parte de la cultivación; nos tenemos que preocupar sinceramente por los miembros de nuestra familia y hay que equilibrar bien las relaciones familiares. Sin embargo, tenemos que saber que la cultivación va en primer lugar.

Los cultivadores enfrentan desafíos diarios para discernir cuáles son los arreglos que vienen de las viejas fuerzas y cuáles vienen de Shifu. Tenemos que tomar decisiones a cada paso del camino. Shifu ha arreglado para que seamos discípulos que le ayuden a rectificar el Fa, no para que estemos consumidos por las relaciones familiares.

Manejando la pérdida de un familiar de manera racional

De acuerdo con las normas de la gente común, extrañar a los familiares fallecidos es un reflejo de amor y lealtad. Sin embargo, en la cultivación, esto es causado por la interferencia que proviene de la emoción.

Escuché la siguiente historia: Una madre estaba muy triste por la muerte de su hijo de siete años de edad. Siempre que pensaba en el niño, visitaba su tumba y lloraba sobre ésta. Poco después de que el niño falleció quedó embarazada de nuevo. Por desgracia, el segundo hijo también murió a los siete años. Extrañaba profundamente a sus dos hijos y a menudo lloraba sobre sus tumbas.

Ella tuvo un tercer hijo, pero él también murió a los siete años de edad. Cuando estaba al borde del colapso, conoció a un taoísta. El taoísta le dijo: "Los tres hijos que tuviste eran el mismo niño. Regresó a causarte tribulaciones ya que no conseguiste superar su muerte".

Shifu nos contó una historia similar acerca de un cultivador y un ciervo. Un cultivador practicaba solo. Una vez rescató a un ciervo y pasó mucho tiempo cuidándolo. Poco a poco aflojó en su cultivación y no pudo sacarse al ciervo de su mente después de que este murió.

Al final de su vida no pensó en su práctica; sólo pensó en el ciervo. Como resultado, reencarnó en un ciervo. Él aprendió esta lección por las malas: sus años de cultivación fueron en vano.

Cada cultivador tiene que enfrentar el asunto de la vida y la muerte. Algunos practicantes pueden abandonar el apego a su propia vida y muerte, pero no pueden dejar el apego a la muerte de sus familiares. Se olvidan de que ellos en esta vida son seres independientes que tienen su propio destino. Si su tiempo ha terminado, ellos tienen que partir. Entonces la relación predestinada en esta vida habrá terminado.

Como cultivadores, nosotros nos encargamos de nuestros familiares cuando tienen algún malestar o están  enfermos. Sin embargo, no hay que quedarse atrapado en un bache ni echarlos de menos si mueren.

¿Qué son las emociones?

Para mí, las emociones son el uso de nuestros propios estándares para evaluar todas las cosas. Uno está dispuesto a perder la vida por algo o alguien que a uno le gusta. Sin embargo, en cuanto a las cosas que no nos gustan, las podemos llegar a odiar mucho. En otras palabras, los estándares de las emociones son las nociones postnatales de uno. No son la característica del universo.

El uso de las emociones como estándares es en sí mismo hacer algo malo. Los cultivadores no deben utilizar en absoluto los estándares emocionales para evaluar los asuntos ni deben basar sus vidas en el sentimentalismo. De hecho, hacer énfasis en las emociones es lo mismo que hacer hincapié en las nociones humanas y aferrarse a las cosas humanas.

Las emociones pueden conducir a un cultivador a manejar las relaciones familiares incorrectamente. En la sociedad común, debemos respetar y cuidar bien de nuestros padres e hijos. Sin embargo, si ponemos a las emociones por encima del Fa, entonces es peligroso.

Un cultivador debe basarse en la cultivación. Un buen cultivador pondrá como prioridad hacer las tres cosas como lo más importante y equilibrará así su vida familiar. Él tiene la sabiduría, la capacidad y los medios para hacer frente a las cosas, porque todo viene del estudio del Fa. El poder del Fa y la cultivación sólida pueden ayudar a quitar el sentimentalismo.

Shifu nos ha dicho que sólo mediante el abandono del sentimentalismo tendremos compasión. La compasión es desinteresada, incondicional y no persigue nada. Por el contrario, las emociones son fácilmente afectadas.

Debemos saber que nuestros familiares son aquellos que tienen una relación predestinada con nosotros. No podemos malcriarlos ni debemos arruinar nuestro futuro por ellos. Si eso sucediera, tampoco estaríamos haciendoles ningún bien.

En el momento de alcanzar la perfección, cuando miremos en retrospectiva nuestra vida familiar, ¿No será como una película? Si tenemos en claro que todo en la sociedad humana es una ilusión y que nada realmente nos pertenece, entonces no tendrá influencia sobre nosotros.