[Minghui Net] Soy una joven discípula de Dafa y empecé a practicar Falun Gong en el invierno de 2011. En aquel momento tenía 13 años. Después de ver un DVD con la actuación de Shen Yun, me quedé profundamente conmovida y decidí cultivarme.

Los conceptos de Verdad-Benevolencia-Tolerancia se habían grabado profundamente en mi mente, y comencé a tratar bien a todo el mundo que me rodea. Poco después de que empecé la práctica, el chico más travieso y más desobediente de mi clase comenzó a discutir todo lo que yo decía. Después de empezar a tratarlo con compasión y a ayudarlo con sus tareas, se volvió una persona mucho más tranquila y ya no interfirió con mis estudios.

El mayor reto que he encontrado fue decidir si unirme o no a la liga de la juventud (una de las organizaciones del partido comunista chino). Por un lado, ya sabía que el PCCh era malvado y feo; por otro lado, mi profesora nos hablaba sobre las malas consecuencias de no unirse a la liga. Por lo tanto, tenía miedo de no hacerlo. Posteriormente estudié el Fa con una mente tranquila y el sentimiento de miedo se desvaneció. Sorprendentemente, cuando le di a mi profesora el papel explicando que no iba a unirme a la liga, ella aceptó inmediatamente.

Viendo el DVD de Shen Yun Performing Arts y obteniendo el Fa

Mi madre solía sufrir de todo tipo de enfermedades antes de que practicara Falun Gong. Después de que comenzó la menopausia, tenía mal carácter y siempre se enojaba conmigo. Un día del verano de 2011, mi madre trajo a casa una copia de Zhuan Falun y dijo que era de una compañera de su trabajo. Me gustaba leer libros, así que leí también Zhuan Falun. Empecé a leer por curiosidad. Después de que terminé de leer el primer párrafo, ya estaba impresionada. Mi madre me dijo que era Falun Gong y que quería cultivarse.

Mi mente estaba luchando: por un lado, sentía que el libro tenía sentido pero, por otro lado, los textos de nuestros libros escolares se oponían a Dafa y decían cosas negativas al respecto. No supe qué hacer pero, desde ese día, mi madre comenzó formalmente a practicar Falun Gong y luego mi abuela también empezó a cultivarse. Mi madre tomó prestadas cintas con las lecciones y varias copias de las conferencias de Shifu.

Leí Zhuan Falun y vi el DVD, y mi madre insistió en que también practicara. En aquel momento pensaba que la cultivación era para adultos y que no tenía nada que ver conmigo. Además, sentía que hacer los ejercicios era muy cansado y era una persona muy tímida que tenía miedo de hacer los movimientos de los ejercicios. Así que lo pensé durante seis meses antes de que decidiera practicar.

Un día en el invierno de 2011, mi madre trajo a casa un DVD de Shen Yun. Junto con mi madre y mi abuela nos sentamos al frente de la computadora para ver el espectáculo. Mientras miraba, estaba rodeada por un sentimiento cálido, espléndido. Sólo un pensamiento se quedó en mi mente: yo también me cultivaría, como mi madre y mi abuela.

Por lo tanto, comencé a cultivarme con el apoyo de mi padre. Después de que comenzaron a practicar, mis malhumoradas madre y abuela se volvieron personas amables. Tiraron todas sus medicinas. Desde entonces, nuestra familia se llenó de armonía.

Con Verdad-Benevolencia-Tolerancia en mi mente, trato amablemente a todos los que me rodean

Decidí cultivarme y comencé a estudiar el Fa y hacer los ejercicios con mi madre y mi abuela. Las vacaciones de invierno terminaron pronto y otra vez empezó la escuela. Me llevaba bien con mis compañeros de clase. Al mediodía, en la escuela nos daban frutas. Esperaba hasta que los demás estudiantes se apresuraban a tomar la fruta y yo era la última en tomarla. A veces, ya no alcanzaba fruta, pero eso no me molestaba.

Después  de asistir a la escuela por un período de tiempo, la profesora transfirió a mi equipo al estudiante más travieso de mi clase. Yo era el líder del equipo y ese estudiante travieso siempre me causaba problemas. Durante las clases, hacía ruido para molestarme y distraerme. También se comportaba como mi enemigo después de las clases. Traté de hablar con él, pero no sirvió de nada.

Un mes más tarde, ya no podría soportar a ese chico, así que le pedí a la profesora que me cambie de lugar. La profesora se negó, aunque ella tampoco podía manejar la situación. Me sentí mal. Era una niña tranquila y sumisa. Creía que la profesora había pensado que, entre todos los líderes de equipo, de mí se podía tomar ventaja lo más fácil y, por lo tanto, transfirió a esa persona pesada a mi equipo.

Me sentí mal durante ese período de tiempo. Cuando mi madre se enteró, me dijo: "Shifu te está probando. Cuando te encuentras con estas situaciones, ¿no deberías de acordarte que eres una practicante? ¿Actuaste según el principio de Tolerancia?".

Pensé en lo que nos enseño Shifu:

“Difícil de soportar, se puede soportar; difícil de hacer, se puede hacer”. (Lección Novena, Zhuan Falun)

Sentí que un peso había sido quitado de mi corazón. Me sentí mucho más ligera.

Después de eso, ya no le pedí a mi profesora que me cambiara de lugar. Grabé las palabras Verdad-Benevolencia-Tolerancia profundamente en mi mente y recordé que era una practicante en todo momento. Poco a poco, ese niño se volvió más tranquilo y, aunque todavía jugaba mucho con otros compañeros después de las clases, ya no me molestaba. A veces, sentía simpatía por él. Comencé a ayudarle con sus tareas y les pedí a los otros compañeros que eliminen sus malas opiniones sobre él.

Teniendo pensamientos rectos en lugar de nociones humanas

Había comenzado el segundo grado en la secundaria y pronto la profesora de mi salón anunció que el primer grupo de estudiantes se uniría a la liga de la juventud. Se iban a unir dos alumnos de cada clase y los estudiantes con buenas calificaciones serían tomados en consideración con prioridad. Yo sabía la verdad desde hacía mucho tiempo y me había dado cuenta de cuan feo era el PCCh. Quería quedarme lo más lejos posible, ¿cómo iba a unirme?

Sin embargo, era uno de los dos mejores estudiantes en mi clase. Por lo tanto, el supervisor y yo íbamos a ser invitados a ser miembros.

Me enfrentaba a otro problema: tenía que escribir un ensayo, explicando por qué no me uniría a la liga. ¿Cómo debería explicárselo a mi profesora? Era una persona dura, que utilizaba palabras muy desagradables. Me imaginé muchas veces cómo reaccionaría.

En esos días, me sentí nerviosa. La profesora seguía comentando en nuestra clase que si alguien se negaba a unirse a la liga y al PCCh, enfrentaría consecuencias y, como resultado, no sería capaz de encontrar una posición en la sociedad. Mientras tanto, yo recitaba en mi mente el poema de Shifu:

“Cultiven Dafa firmemente sin que se conmueva el corazón

Elevar el nivel de uno es fundamental

Al enfrentarse con tribulaciones, la naturaleza verdadera de uno se revela

Completen la cultivación, volviéndose un fo, dao o dios

(“Verdadera naturaleza revelada”, Escrituras esenciales para mayor avance II)

Sabía que era una prueba para mí, pero un fuerte temor bloqueaba mi cualidad de iluminación. Incluso pensé que podría unirme a la liga y renunciar más adelante.

Cuando llegó el fin de semana, pasé mucho tiempo escuchando las grabaciones de las lecciones de Shifu y leyendo Zhuan Falun con una mente tranquila. Poco a poco, sentí que no había nada que temer.

Esa noche, pensé que debería terminar ese asunto. Recité el Fa de Shifu:

“Si tienes miedo, te capturan
Al rectificar los pensamientos, los perversos se derrumban”
(“Por qué temer”, Hong Yin II)

Mientras estaba recitando el Fa de Shifu, le escribí a mi profesora y le expliqué que nadie de nuestra familia se uniría a este tipo de grupos políticos.

Al día siguiente, le di el papel a mi profesora sin ningún temor. Sorprendentemente, dijo inmediatamente que estaba de acuerdo y me preguntó por qué no se lo había dicho antes.

Entendí que este incidente fue muy fácil de resolver, tal como dijo Shifu:

“Es difícil que el Cielo y la Tierra obstruyan el camino de la Rectificación del Fa

Son solo los corazones humanos de los dizi que lo bloquean”

(“Molestia”, Hong Yin III)

 

Lo anterior es mi propia experiencia y si hay algo incorrecto, por favor háganmelo saber. Heshi al misericordioso y gran Shifu. ¡Gracias a Shifu y gracias a los compañeros practicantes!