[Minghui Net] ¡Saludos gran benevolente Shifu! ¡Saludos practicantes!

Antes de obtener el Fa en 2008, estaba buscando la soledad en la religión. No obstante no podía encontrar el sentido de ello y no creía verdaderamente en la existencia de dioses debido a la influencia del ateísmo. De la propaganda perversa, había escuchado de Falun Gong. En ese entonces, no conocía a ningún practicante, ni había tenido la oportunidad de leer La Gran Época.

Para poder mejorar mi salud, busqué qigong en el 2007. Mientras buscaba en Internet, me topé con Zhuan Falun y encontré explicaciones detalladas sobre la salud y el bienestar. Recién cuando leí la lección séptima me di cuenta que estaba leyendo un libro de Falun Dafa.

Me surgió un pensamiento: “Oh, voy a entrar en lo demoníaco (zuoho rumo)”. Por miedo, cerré la página de la computadora de inmediato. Después de obtener realmente el Fa me di cuenta de que eso fue interferencia demoníaca. Al final pensé, no tengo nada que perder. Así que me pasé todo el día leyendo Zhuan Falun. Abrió mi mente y contestó todas mis preguntas sobre el universo y deidades. Mi primera reacción fue: “¡Qué perverso es el partido comunista chino! Casi pierdo la oportunidad de cultivar Fo Fa debido a sus mentiras”.

Obteniendo el Fa y eliminando apegos

Al obtener el Fa, mi vida entró en un nuevo capítulo. Leí todos los libros de Shifu y todos sus artículos como si fuera una persona con mucha sed. Un mundo milagroso se reveló ante mí. Durante el proceso de apertura del tianmu fui testigo de la belleza de Dafa. Aprendí los cinco ejercicios del sitio web de Dafa.

Antes de practicar, podía sentarme con las piernas doblemente cruzadas, pero después de obtener el Fa, perdí la habilidad. Era incluso extremadamente doloroso hacer el loto simple. Durante una semana, me dolían todos los músculos de mi cuerpo. Se sentía como si tuviera fiebre o un resfrío. Sabía que Shifu estaba eliminando el yeli.

El ir al médico o tomar medicamentos, nunca me vino a la mente. Yo solía ser una persona débil desde que era pequeña y no quería ir a los hospitales que me generaban temor.

La primera prueba vino de mi familia. Solía ir a la iglesia con mi marido todas las semanas. Después de comenzar a practicar Falun Dafa, dejé de ir. Mi familia no lo entendía. Yo estaba determinada pero no era amable con los demás. Solo pensaba en mí: “Quiero cultivarme”, “Quiero practicar sin vacilar”. No prestaba atención a los sentimientos de los demás. Al principio, mi esposo estaba decepcionado. Luego vio cómo mi salud mejoró y que con las cosas que había aprendido en Falun Dafa, lograba alentarlo cuando estaba deprimido. Gradualmente aceptó la práctica.

Cuando le dije a mi madre que estaba practicando Falun Dafa, me dijo: “Voy a romper mis lazos contigo”. Vi que ella estaba profundamente envenenada por la propaganda perversa del régimen chino. No presté atención a lo que me dijo y seguí cuidando de ella. Debido a su relación predestinada, mi madre comenzó a practicar más tarde.

Cultivándome como Dafa dizi en la Rectificación del Fa

Leyendo los artículos de Minghui y Pureinsight, me conmoví por la dedicación de los practicantes en la salvación de seres conscientes y yo también quise ayudar. El primer proyecto que tomé fue La Gran Época.

No hay muchos practicantes en mi ciudad. Aunque repartíamos el diario en la comunidad local, no teníamos noticias ni avisos locales de la comunidad china. Alentada por los practicantes, comencé a ir a eventos comunitarios, visitar negocios locales, y vender avisos.

Algunas personas en nuestra comunidad local aún mantenían pensamientos negativos hacia Dafa. El líder de una comunidad incluso rechazó nuestra solicitud de entrevista. Yo soy una persona introvertida y no me gusta socializar con la gente. Pero no podía darme por vencida con los seres conscientes de mi área.

Con la ayuda de los practicantes, aprendí a usar la cámara y editar noticias de la comunidad local. Con nuestro continuo esfuerzo aclarando la verdad, los chinos locales vieron que los practicantes son personas virtuosas y cambiaron su visión. Comenzaron a invitarnos a cubrir sus eventos.

Sin embargo, vender avisos no era fácil. Me gusta quedarme en casa. Pero cuando hay que vender avisos, hay que salir, recorrer las calles y visitar negocios. Cada vez que tenía que salir, tenía que enviar pensamientos rectos y arrastrarme de mi casa.

También me sentía avergonzada, teniendo que venderle a la gente. Algunos practicantes tuvieron la idea de hacer una columna de comida, escribir artículos para los restaurantes como una forma de promover La Gran Época a ellos. La estrategia funcionaba para mí, ya que era buena para sacar fotos, escribir artículos y probar buena comida. 

Los practicantes conseguían las entrevistas y yo iba a ver a los dueños de los restaurantes. Era una manera de interactuar con los negocios locales.

Para poder sacar buenas fotos para los artículos, me entrené y compré un equipo profesional. Presté mucha atención a cada detalle, mostrando los platos en su mejor manera. Los dueños estaban impresionados con nuestro profesionalismo. Con el trabajo en equipo de los editores y diseñadores, nuestros artículos de comida se publicaban, aumentaban la popularidad del perio

ódico y atraían más clientes a los restaurantes. Con la guía y cuidado de Shifu, firmamos nuestro primer contrato con un restaurante.

Trabajar para La Gran Época es también un proceso de eliminar mis apegos. Poco después de comenzar a trabajar en el proyecto, la pantalla de mi computadora dejó de funcionar. Me quejé y pensé en comprar una nueva. De repente me di cuenta de que esto podía ser una pista de Shifu.

Cuando estaba en la escuela siempre tenía buenas notas y quería sobresalir, generando así inconscientemente el apego a ostentar. Por ejemplo, ostentaba mi habilidad cuando sacaba fotos y cuando escribía usaba palabras elegantes innecesariamente. A través de la cultivación, me di cuenta de que tenía que poner primero a los clientes y lectores. Solo cuando pienso desde su perspectiva, puedo crear un buen trabajo y tocar los corazones de la gente. Cuando identifiqué mi mentalidad de ostentación, la pantalla comenzó a funcionar nuevamente.

Mi círculo social es pequeño. La gente es buena conmigo, y hay pocas posibilidades de que entre en conflictos. No obstante para conseguir nuevos clientes, me topé con todo tipo de personas y tuve que enfrentar muchas pruebas. Por ejemplo, programé una cita con un cliente, pero cuando llegué me dijo que no tenía tiempo. Tuve que volver varias veces para tener la reunión. A veces los clientes están muy satisfechos con nuestros artículos, pero siguen poniendo excusas para no publicar con nosotros. A veces nuestros clientes firman los contratos pero no pagan el aviso a tiempo.

El dueño de un restaurante de China continental al principio no se atrevía a recibirnos, debido a la fuerte influencia de la propaganda del partido comunista. Les aclaré la verdad pacientemente a la recepcionista y al personal. Gradualmente hice amistad con la madre del dueño. Cuando estaba enferma, le envié revistas de salud y artículos sobre cómo las personas se recuperaron al practicar Falun Dafa. También les envié nuestros periódicos con artículos de otros restaurantes.

Eventualmente se animaron a tener una entrevista con La Gran Época. El artículo publicado quedó muy lindo con las fotos. Enmarqué el artículo con un logo de La Gran Época y se los regalé. Con alegría lo colgaron en el restaurante, rompiendo con el miedo al partido comunista. Ahora publican con nosotros y el lugar se ha convertido en un punto de distribución del diario.

También tenemos avisos de automotrices. La comunidad china local es pequeña, así que los vendedores de autos usualmente no ponen avisos en diarios chinos. Pero decidimos intentar igual. Un practicante me acompañó y fuimos a visitar concesionarias. Primero hicimos llamados telefónicos para programar entrevistas, solo para darnos cuenta de que era difícil dar con el gerente. Por eso fuimos directamente a los locales. No obstante, los gerentes usualmente no dan entrevistas a vendedores. Simplemente nos daban una tarjeta y nos pedían que llamemos para arreglar una entrevista. Esto nos desanimó y no sabíamos qué hacer para superarlo.

Una mañana me levanté muy temprano. Después de estudiar el Fa, revisé mi agenda y encontré un número al cual nunca había llamado. Era una automotriz lejos de dónde yo vivía. Marqué el número y pregunté por el gerente. El hombre dijo: “Él habla”.

Me sorprendí. Le presenté brevemente La Gran Época y el mercado local chino, pidiéndole una entrevista. Dijo: “Tengo algo de tiempo ahora, ¿puede venir en este momento?”. Inmediatamente dije sí. Luego encontré que era uno de las concesionarias más grandes con la historia más larga de nuestra área. El gerente también era el dueño.

En la reunión me dijo que normalmente no se reúne con la gente de ventas. Fue porque llamé tan temprano que la recepcionista no estaba y contestó él para ver quién era la persona que llamaba tan temprano. Estaba a punto de irse a jugar al golf y solo tenía 10 minutos.

Le presenté La Gran Época en dos minutos y le pregunté sobre su compañía. Comenzó a hablar de la historia de su compañía por más de media hora. Me pregunté: “¿Va usted a publicar en el periódico o no?” Estuve todo ese tiempo enviando pensamientos rectos.

Cuando finalmente llegamos al punto de los avisos, elogió nuestro diario un poco, y dijo repentinamente: “A nuestros vendedores no les gustan los clientes chinos o indios. Siempre están regateando. Apenas podemos hacer dinero con ellos. A pesar de ello me gustaría publicar con ustedes, ¿tienes algo para convencerme?”

Pensé por un momento y dije: “Los chinos son realmente ahorrativos. No es fácil hacer negocios con ellos. Pero se manejan con efectivo”. Se rio y firmó contrato por un año.

En este aspecto sigo muy verde aún. Muy a menudo no sé qué decir. Después de esta experiencia, me di cuenta de que no se trata de cómo hablas, si no de cuán bien escuchas y resuelves el problema. Para un cultivador, siempre que mantengamos el estudio del Fa y un corazón puro, Shifu nos dará sabiduría y oportunidades.

Otro proyecto en el que participé fue Shen Yun. La primera vez que vi Shen Yun fue en una ciudad a tres horas de la mía. Compré las mejores entradas en el centro al medio. Desde el momento en que se levanta la cortina, no paré de derramar lágrimas. La escena despertó mis memorias y mi deseo de regresar a casa. Elevé mi entendimiento de cultivación a un nuevo nivel. Estaba ansiosa de que Shen Yun fuera a mi ciudad para invitar a la gente.

No hay muchos practicantes en nuestra ciudad. Tenemos un ambiente relativamente simple. Pronto llegamos a un acuerdo sobre cómo promover Shen Yun. El proceso de nuestra cooperación también es un proceso de cultivación y eliminación de apegos.

Soy perfeccionista, estricta conmigo misma y a veces con otros también. Soy puntual y me enfada cuando otros llegan tarde. Un practicante que vendía entradas conmigo siempre llegaba tarde, a veces más de una hora. Yo estaba muy decepcionada y pensaba: “¿Eres una practicante veterana en serio? ¿Cómo te cultivaste?”.

Con esta noción, vi sus fallas en todos lados: inglés muy pobre, vestimenta inadecuada y discurso poco claro. No era consciente de que mi propio sentido de complacencia estaba creciendo.

Gradualmente me di cuenta que ella tenía una manera muy única de vender entradas, y lo estaba haciendo con su mente en la salvación de seres conscientes. Sus palabras realmente tocaban el corazón de la gente. Muchas personas compraban entradas en base a su recomendación.

De esta experiencia aprendí humildad. Llegué a un entendimiento más amplio de la tolerancia. Cada uno de nosotros tenemos fortalezas y debilidades. Es clave que complementemos nuestras fallas, sacar lo mejor de las fortalezas del otro, y trabajar como un cuerpo en la Rectificación del Fa. Cuando me di cuenta de mis apegos y los rectifiqué, la practicante dejó de llegar tarde.

Shen Yun fue a una ciudad cerca de la mía. Allí había aún menos practicantes. Incluso el coordinador era de otra ciudad. En ese tiempo yo estaba entre uno y otro trabajo, así que decidí ir allí a ayudar. Los practicantes que venían de otras ciudades para ayudar alquilaron un lugar para quedarse juntos. Antes de esto, nunca había vivido con tantas personas.

Cuando era niña, mis padres me cuidaron muy bien. Mi esposo y mis parientes políticos también eran indulgentes conmigo. Por eso formé algunos hábitos peculiares. Duermo livianamente, no soporto los ronquidos, viento u olores. Durante la primera noche, me quedé despierta toda la noche debido a los ronquidos, el sonido de pasos, puertas abriéndose, gente hablando, y el olor a pollo.

El día siguiente era fin de semana. Más practicantes vinieron a ayudar. Incluso después de medianoche, había gente entrando y saliendo. Estaba a punto de colapsar. Fui al living y vi unos practicantes hablando allí. Con casi lágrimas en mis ojos, les dije: “No puedo dormir. ¿Qué debería hacer?”. Me miraron sorprendidos y respondieron ligeramente: “Si no puedes, entonces, no duermas”.

Un practicante me dijo que cuando estaba perseguida en una prisión en China, el guardia la esposó y la forzó a quedarse parada con una luz fuerte sobre sus ojos para evitar que se durmiera. Pero ella no le prestó atención y podía dormir cuando tenía sueño. Me di cuenta de que Shifu quería que me librara de mi apego a la comodidad y de la noción de tener que tener un buen sueño. Habiendo dejado el apego, dejé de molestarme y comencé a estudiar el Fa.

Firmas legales, clínicas y centros de salud fueron los objetivos de promoción para Shen Yun. Muchos ciudadanos de nuestra ciudad están bien económicamente como para pagar una entrada de Shen Yun. El coordinador del evento en los centros de salud estaba dispuesto a trabajar con nosotros. Así que llevamos un TV grande allí para vender entradas.

No tenía que decir mucho. El video promocional de Shen Yun era tan cautivante que las personas simplemente lo veían una y otra vez, maravillados como niños y haciendo preguntas. Algunos les pedían a sus hijos que fueran con ellos. Algunos compraban entradas y persuadían a sus amigos para que vayan juntos. Algunos me ofrecían comida para agradecerme porque pensaban que nosotros éramos como ángeles por informarles sobre un show tan hermoso. Yo me sentía muy feliz por ellos.

Vivir con practicantes resultó ser muy útil para mí cultivación. Estudiar el Fa, hacer los ejercicios, y enviar pensamientos rectos juntos, me ayudaron a librarme de muchos apegos. El coordinador me encontró un lugar más tranquilo para dormir. Todos los practicantes allí estaban en silencio. Un practicante incluso dormía en el ropero, para evitar que sus ronquidos me molestaran. Los practicantes también me recogían y me llevaban al centro con el TV para vender entradas.

Cuando comencé a practicar, estaba llena de curiosidad y búsqueda de conocimiento. Cuando leía los libros de Dafa, decía “Guau, así es como es”. Después de leer los libros muchas veces, sentí que no podía iluminarme a nada más. Por ejemplo, al leer lo del trilobite en Zhuan Falun, siempre quise saber más, pero no conseguía nada más.

Un día mientras leía el Fa en voz alta, de repente me di cuenta de que los principios del Fa no se me revelarían si usaba mi pensamiento humano. Por el contrario, solo sucede cuando no estoy buscando nada, sino simplemente enfocada en estudiar el Fa, porque es cuando mi mente está en un estado puro. Y claro, la cultivación se trata de purificarnos a nosotros mismos.

En mi camino de cultivación, no hay grandes pruebas o tribulaciones impresionantes. Durante el proceso de escribir este artículo, me vi sobrepasada de gratitud. Estoy tan agradecida con Shifu, quien benevolentemente nos salva de este mundo venenoso. Estoy tan agradecida por el apoyo de mi familia. Somos tan afortunados de ser Dafa dizi del periodo de la Rectificación del Fa.

Lo que he hecho está lejos de ser suficiente. He logrado hacer algunos avances en el trabajo de La Gran Época, y los practicantes me han dado gran honor y aliento. Sin embargo, dejé de vender avisos. La razón en la superficie es que no tenemos suficientes chinos en nuestra comunidad y la circulación y los clientes son limitados.

Mirando hacia dentro, vi mis problemas. Siempre me pareció que mi carácter no encajaba con una persona de ventas. Nunca me gustó tratar con la gente. Luego me di cuenta de que mi personalidad fue arreglada por las viejas fuerzas.

Antes de comenzar mi cultivación, me interesaba la adivinación de la fortuna, y estudiar la lectura del rostro, de las manos, la fecha de nacimiento, y su relación con el destino de uno. Veo que la vida de uno está destinada hasta cierto alcance por la personalidad de uno. Rara vez puede la gente ser su propio jefe. Como cultivadores de Dafa, nuestra vida es arreglada por Shifu. No hay nada accidental.

Sea que sigamos los arreglos de Shifu o seamos manipulados por las viejas fuerzas es un asunto crítico en nuestro camino hacia la divinidad. Entiendo que hay una diferencia entre iluminarse a un principio y realmente asimilarse a ese principio. Solo cuando estudiamos el Fa y establecemos una base sólida para la cultivación, podemos transformarnos de humanos a divinos. Cuando nos alineamos constantemente con el Fa y nos examinamos en base a los principios del Fa, seremos capaces de enfrentar las pruebas con tranquilidad.

Cuánto más me cultivo, más humilde me siento con la profundidad de los principios del Fa. A veces me iluminaba a cosas para las cuales no encontraba palabras para expresarlo. Como practicantes, nuestra vida es simple y bella. Siempre que sigamos las instrucciones de Shifu, cualquier problema será resuelto. Es nuestro apego que nos previene de hacerlo bien.

Estoy muy agradecida por esta oportunidad de compartir mi experiencia. Mi deseo sincero de que cada practicante tenga éxito en la cultivación.

¡Gracias Shifu, gracias a los practicantes!

(Presentado en el Fahui de Falun Dafa en Nueva York 2014)