[Minghui Net] Nota del editor: Durante los últimos 15 años en que Falun Gong ha sido perseguido en China, practicar esta meditación pacífica ha resultado en arrestos, detenciones, saqueos de hogares, y torturas extremas. Este artículo describe como una practicante transitó con éxito su camino manteniendo su fe recta a pesar de este tipo de obstáculos, y cómo paulatinamente superó miedos espantosos de persecución. 

Soy una mujer de 60 años de edad que ha labrado la tierra toda su vida. A lo largo de mi cultivación he aprendido a escuchar al Maestro para hacer bien lo que se supone que debo hacer como discípula de Dafa.

Quisiera compartir aquí algunas de mis experiencias con la esperanza de ayudar a más practicantes a encontrar el coraje para dar un paso al frente y hablar con mas personas acerca de la verdad sobre Falun Gong y la persecución del malvado partido comunista chino (PCCh). Esta es nuestra misión y debemos llevarla a cabo.

Un cáncer curado por medio de la práctica

Me diagnosticaron cáncer en septiembre de 1996. Para esa fecha el cáncer ya se había expandido hasta el hígado, corazón, mamas y útero. Viajé a muchos lugares para ver a especialistas, incluido el Hospital Militar 301 en Beijing y el Hospital Zhengzhou en la provincia de Henan. Ninguno pudo ayudarme. Decepcionada, exhausta y con un terrible dolor a menudo me recostaba en la cama esperando mi destino final.

Mientras caminaba cerca del río Songhua una mañana de julio de 1997, vi a un grupo de personas meditando a la vera del río, con una bandera grande y atractiva cerca. Por curiosidad, me acerqué y le pregunté a una de las personas si practicar esto curaría mi cáncer.

Me sorprendió la respuesta, que fue que esta práctica no es para curar enfermedades. Me sentí mal y estaba por retirarme, pero en ese instante una anciana que había escuchado la conversación se acercó y comenzó a conversar conmigo. Me explicó que, aunque el fin de esta práctica no era el de curar las enfermedades, uno podía de hecho mejorar su salud al hacer los ejercicios y elevar su xinxing, o carácter moral.

A mi familia no le gustó mi decisión de practicar Falun Gong, pero no podían hacer nada al respecto porque yo estaba muy determinada. Aprendí los ejercios en el sitio de práctica e hice los cuatro ejercicios esa noche. También compré una copia de Exponiendo el Fa en Sídney y comencé a leer.

En el pasado estaba tan débil que ni siquiera podía encender el tubo de gas. Luego de solo tres días de practicar los ejercicios me volví mucho mas fuerte y rápidamente pude subir las escaleras hasta el sexto piso sin parar. Cuando obtuve una copia de Zhuan Falun lo aprecié tanto y estudié el Fa todos los días. Todas mis enfermedades desaparecieron en poco tiempo.

Habiéndome beneficiado por practicar Falun Gong quise compartirlo inmediatamente con otras personas. Por lo menos doscientas personas comenzaron a practicar cuando les recomendé Falun Gong. Viajé a muchos lugares para presentar la práctica a la gente y aveces solo comía algo muy pequeño de paso para ahorrar tiempo.

Mejorar el xinxing

Cuando comencé a practicar aprendí que era muy importante mejorar el xinxing, entonces le presté mucha atención a eso. Al comienzo mi esposo solía interferirme, especialmente cuando le enseñaba los ejercicios a practicantes nuevos. Me seguía hasta el sitio de práctica y de regreso hasta nuestro barrio, quejándose e insultándome.

Yo entendía que yo era una practicante, entonces ignoraba su mal comportamiento y lo trataba bien. Poco a poco comenzó a ver los cambios positivos en mí y empezó también a practicar. Hacía tiempo que se le había diagnosticado espondilosis cervical y solía desmayarse. La enfermedad se resolvió rápidamente cuando comenzó a practicar Falun Gong.

Una anciana inquilina de mi propiedad probaba constantemente mi xinxing. Una vez no pudo encontrar las botellas de vidrio que había recogido y se quejó con mi esposo, acusándome de vender esas botellas a una planta de reciclaje. Yo sabía que ella estaba equivocada, por supuesto, pero no me molesté, ni tampoco me acerqué a ella para explicar la situación. Al día siguiente ella se acerco a mí para disculparse, diciendo que su nieto había escondido las botellas debajo de su cama.

Ella también tenía muy mala memoria. Una vez le dio ropa vieja a su cuñada y se olvidó. Luego me acusó de haberla robado y me insultó muy feamente. Me mantuve muy calma y le dije: “Por favor no se preocupe. Intente recordar en dónde puedan estar o pregunte alrededor. Yo soy una practicante de Falun Gong y no haría algo semejante. Cualquier persona que haga algo malo debe pagarlo con de (virtud)”.

En otra oportunidad, la nuera de la inquilina se me acercó y me acusó de hablar mal de ella. Le expliqué: “Como practicante de Falun Gong yo no haría algo semejante. Mi Maestro ha dicho que ‘siendo alguien que refina gong, debes, ante todo, ser capaz de no devolver el golpe al ser golpeado, ni devolver la injuria al ser injuriado, tienes que ejercer Ren’ (Zhuan Falun). ¿Cómo podría hacer eso?”. Con compasión, resolví el problema.

Hasta su nieto de cinco años me culpó cuando no pudo encontrar sus juguetes. Mi inquilina sospechaba que yo se los había dado a mi sobrino. Cuando vine a ayudarlos con la mudanza todos los juguetes aparecieron debajo de su cama; no supo cómo disculparse.

Mientras pasaba cada prueba de xinxing, tanto mi mente como mi cuerpo mejoraban radicalmente. Antes solía tener un cutis pálido y cetrino y estaba demasiado delgada. Luego de practicar por un tiempo alcancé un peso normal y mi tez se puso rosácea. Estaba felíz con estos cambios.  

Distribuir información y oponerme a la persecución

Cuando el partido comunista comenzó a perseguir a Falun Gong el 20 de julio de 1999, inmediatamente fui a la ciudad de Changchun en la provincia de Jilin a apelar. La policía local me arrestó y me llevó a casa. Cuando un policía se frustró intentando convencerme de dejar de practicar, reclutó a otros para persuadirme a que abandone Falun Gong.

Les compartí mis experiencia y les dije: “Falun Gong no es una teoría común. Confíen en mí y piensen en mis experiencias y en las de otros practicantes”. No supieron qué decir y se retiraron.

Un día en el año 2000 llevamos a cabo una conferencia de intercambio de experiencias en la casa de un practicante. Unos 73 practicantes vinieron y la policía nos arrestó a todos en la conferencia. Recitamos el Fa juntos y compartimos nuestros entendimientos en el centro de detención.

Cuando me liberaron utilicé mas oportunidades para contarle a otros la verdad sobre Falun Gong. En una oportunidad visité un taller de algodón y hablé con el dueño acerca de Falun Gong. Se sumaron más y más personas a nuestra conversación, y era la hora del almuerzo cuando finalmente dejamos de hablar.

Un día de verano fui a comprar sandía, no tenía suficiente cambio y le debía veinte centavos. Regresé a casa a buscar el cambio y retorné al puesto del vendedor. Se conmovió y dijo que muy poca gente es tan honesta hoy en día. Le conté que yo era practicante de Falun Gong y que no sacaría ventaja de otros.

La gente que nos rodeaba se sorprendió con mis palabras: “Falun Gong está siendo perseguido. ¿Cómo te atreves a decir que eres practicante?”. Les hablé sobre Sakyamuni, Jesús, y por qué Falun Gon era recto. Se interesaron mucho. Mucha gente se sentó a escuchar. La conversación continuó durante una hora y media.

También viví una experiencia potencialmente peligrosa en un autobús mientras viajaba a otra ciudad. El autobús iba totalmente repleto y no quedaban asientos vacíos, pero subió una anciana que lucía muy enferma, le di mi asiento y conversé con ella. Cuando me dijo que tenía muchas enfermedades le recomendé Falun Gong y le conté de cómo mi cáncer terminal se curó con la práctica. Se asustó y no quiso escuchar.

En ese preciso instante, un hombre de mediana edad se paró detrás de mí y dijo: “¿Quién está hablando de Falun Gong? Yo estoy a cargo de esto y arrestaré a quienquiera que esté practicándolo”. Me di la vuelta y le dije lentamente: “Jovencito, ¿sabes por qué es tan grave la sequía de primavera?”.

 “No, no lo sé”, respondió.

“Hay motivos detrás de este extraño clima”. Comencé a explicarles que en la historia china tradicional, cuando alguien era acusado erróneamente o asesinado, luego vendría un clima extraño para alertar a la gente de las injusticias. Ahora, decenas de millones de practicantes de Falun Gong han sido perseguidos brutalmente por más de 10 años, que hasta la madre naturaleza quiere advertirnos de ello por medio de un clima inusual.

Estaba muy interesado y escuchó con atención hasta el momento en que me bajé del autobús. En el momento en que me bajaba le dijo a otros pasajeros: “Parece que Falun Gong es bueno. Hay tantas personas en el autobús, pero nadie mas que ella se ofreció a dar su asiento a un enfermo”. Luego me saludó con la mano por la ventana mientras el autobús se alejaba.

Viajé a Beijing en noviembre del 2000 para apelar por Falun Gong. La policía me arrestó y golpeó, y me forzó a decirles mi nombre y dirección. Luego me enviaron a la oficina de enlace de mi ciudad en Beijing, donde inicié una huelga de hambre durante ocho días para apelar. También ayudé a más de 30 practicantes a escapar del centro de detención.

Superando el apego al miedo

El arresto y la detención que viví en Beijing desencadenó mi apego al miedo. Después de esto, cada vez que salía a distribuir materiales informativos o cuando los patrulleros andaban cerca, me paralizaba de miedo. Hasta le pedí a mi esposo que cavase un profundo pozo y entiere nuestros libros de Falun Gong, para que la policía no los encuentre. Cuando recuperé mi racionalidad me di cuenta de que esto no era bueno, y le pedí que saque los libros del pozo. Pero en mi mente aún estaba aterrada.

Bajo la influencia del miedo me volví menos diligente y me mudé a otra ciudad, donde comencé un negocio de plántulas para tener un mejor ingreso.

Pero las cosas no salieron como esperaba, cuando estas plántulas ya estaban germinadas y listas para ser cosechadas en 2010, vino una inundación. Las aguas no solo las arruinaron; rodearon mi casa y los leños flotantes casi rompen una ventana. Sentí miedo y grité: “¡Maestro, por favor ayúdame! ¡Falun Dafa es bueno!”.

Mi nieta me escuchó y comenzó también a pedir ayuda. Milagrosamente, el flujo de agua cambió de dirección y se fue de mi casa, y estuvimos a salvo. Cuando un carpintero luego midió la línea de agua, ¡dijo que había alcanzado los dos metros y medio!

La casa de mi vecina también estuvo en peligro en esa época. Su esposo sufrió un derrame cerebral, y su nieta no podía cuidar de los dos. Yo ya le había contado la verdad sobre Falun Gong, entonces, cuando me escuchó pedir ayuda al Maestro, ella también se sumó y gritó fuertemente: “Falun Dafa es bueno. ¡Maestro, por favor ayúdanos también!”, y se desmayó.

Cuando recuperó la conciencia, vio que los tres estaban aferrados a la repisa de la ventana. Dos tercios de sus puertas estaban cubiertas de barro, pero los tres estaban a salvo. Esta vecina se sintió muy agradecida y me dijo: “Si tú no hubieses gritado ayuda, ¡yo no me hubiese acordado de hacerlo!”.

A partir de este incidente me di cuenta de que mi vida me había sido concedida por el Maestro, y que necesito utilizar todo mi tiempo para salvar seres conscientes.

Habiéndose arruinado mi negocio, nos mudamos con mi esposo a otra ciudad en septiembre de 2010. Como aún mantenía mucho miedo, la policía vino a verificar mi registro. Un día, luego del estudio del Fa grupal, los practicantes locales hablaron de ir al campo al día siguiente a distribuir materiales de clarificación de la verdad. Mi miedo resurgió una vez más, pero supe que era algo que debía superar. Entonces, les dije que también quería ir.

Al día siguiente solo llevé 10 folletos, mientras que el resto de los practicantes llevó cada uno un bolso repleto. Cuando llegamos, aún tenía mucho miedo y ni me animaba a poner el folleto en la casa que se me había asignado. Solo distribuí dos de las 10 copias que llevé.

La semana siguiente salimos nuevamente. Luego de colocar un folleto en la puerta principal de una casa, escuché la voz de alguien diciendo: “Ve a hacer el llamado telefónico inmediatamente”. Cuando terminé de colocar los folletos en un par de casas más y regresé a esa casa, esa persona aún estaba hablando en el jardín: “¿ya has hecho la llamada?”. Me dio más miedo aún, aunque esa conversación no tenía nada que ver conmigo.

Camino al siguiente pueblo me recordé que estaba haciendo la cosa más recta. Los que deberían estar aterrados son los elementos perversos, no yo. Mientras atravesaba el pueblo vi a un grupo de personas desgranando arroz, y nuevamente me puse nerviosa. Sin embargo, cuando bajé de la bicicleta mi abrigo se enganchó con el manubrio y los folletos cayeron al piso. Todos los vieron. Sorpresivamente mi mente se puso calma. Concluí con la distribución de materiales en ese pueblo y cinco personas renunciaron al partido comunista y a sus organizaciones afiliadas cuando les hablé sobre la verdad de Falun Gong.

Eliminando el miedo fundamentalmente y cumpliendo los votos

Me llevó un tiempo largo eliminar completamente el apego al miedo.

Un día, el coordiandor me preguntó: “¿Podrías ayudar con los materiales de aclaración de la verdad?”. Pensé que se refería a que yo ayude a otra persona, entonces asentí. Cuando al día siguiente ella envió los implementos necesarios a mi casa, me di cuenta de que yo tendría que trabajar sola en eso. No pude dormir bien esa noche. Al darme cuenta de que esto era algo que el Maestro quería que haga me dispuse a hacerlo. Aprendí todas las técnicas necesarias al cabo de un día y he estado haciendo los materiales desde entonces.

Otro día, en la primavera de 2011, el coordinador organizó una conferencia de intercambio de experiencias que se llevaría a cabo en mi casa, sin avisarme con anticipación. Mi miedo surgió nuevamente, pero simultáneamente recuperé algunos pensamientos rectos: “Una conferencia del Fa es lo que el Maestro quiere que tengamos, y yo debería apoyarla plenamente”. La conferencia se llevó a cabo a salvo.

A medida que los practicantes se retiraban, una de ellas me insinuó que le parecía que una vecina mía sospecharía que eramos practicantes de Falun Gong. Esta vecina me visitó más tarde esa noche y me preguntó si las visitas anteriores habían sido practicantes. No le respondí directamente y le dije que todos son bienvenidos en mi casa. Entonces me preguntó explícitamente si yo era practicante de Falun Gong, y lo negué. Luego me arrepentí y presenté una Declaración Solemne de arrepentimiento a Minghui. Al darme cuenta de que mi negación era causada por mi miedo, envié pensamientos rectos para eliminarla.

Desde entonces, he dedicado un tiempo a aclararle la verdad sobre Falun Gong a esta vecina. Luego de haber leído los materiales y ver DVDs ahora entiende la situación y me dijo: “Este mundo sería mucho mejor si todas las personas fuesen como tu”. Le ha impactado cada esfuerzo diario que hago por mantener siempre buenos modales.

A pesar de mi apego al miedo, continué aclarando la verdad sobre Falun Gong a la gente diariamente. Pero aún me daba miedo cuando llegaba el momento de regresar a casa. Mi casa era mi lugar permanente, y si la policía me seguía, ¿a dónde más podría ir?

Envié pensamientos rectos para eliminar estas nociones, y le pedí al Maestro que me ayude. El miedo se hizo mucho mas débil, y también logré hacer las tres cosas mucho mejor que antes. No tuve miedo de comprar los suministros para la producción de materiales de aclaración de la verdad para otros practicantes, o de salir a aclarar la verdad. Aunque el miedo resurgía de vez en cuando, yo podía tratarlo con pensamientos rectos y hacerlo desaparecer.

A fines de 2011, instalé una antena satelital de NTDTV en mi casa. Con miedo a que otros puedan escuchar, puse el volumen muy bajito. Mi nieta no podía entender mi actitud y dijo: “¿A qué le temes tanto? Tal vez no deberíamos haberla instalado en primer lugar”.

Debido a mi miedo, mis vecinos también vinieron a visitarme para ver si el satélite funcinaba bien. No quería que se enteren que era de la televisión NTD, y les dije que no tenía señal.

Finalmente, logré mejorarme lo suficiente como para abandonar el miedo y en cambio seguir las palabras de Shifu. De esta forma, pude oponerme a los arreglos de las viejas fuerzas y hacerlo mejor. Ahora, más de diez de mis parientes y amigos han instalado una antena de NTD. Más y más personas se han enterado de la verdad de Falun Gong de esta forma.

Cultivación del habla

Cuando compartíamos con algunos practicantes en el verano de 2012, algunos de otras áreas hablaron de salir a clarificar la verdad con el practicante A. Yo dije que trabajar con A no era seguro. Debido a estas palabras descuidadas, me enfrenté con problemas mientras distribuía los DVDs de Shen Yun al día siguiente.

Al ver un auto a punto de salir, me acerqué y le entregué un DVD al conductor, un jovencito. Le dije: “Esto refleja los 5000 años de cultura divina. Le va a encantar”. Se quedó mirando la caja y el DVD un momento, y luego dijo: “Parece que tienes una grabadora de DVD y una impresora a color, y haz hecho de estos en cantidad para distribuir. ¿Qué le parece esto? Súbase al automóvil, y vamos hasta su casa”.

No perturbé y dije calmadamente: “No, usted no hará tal cosa”.

“¿A qué se refiere?”. Preguntó mientras sacaba la identificación de su bolsillo.

“Pude ver que usted es una buena persona entonces quise presentarle algo bueno, con la esperanza de que usted y su familia sean bendecidas”, le contesté.

Miró el DVD otra vez, lo cerró, y me lo devolvió: “Está bien. No la arrestaré hoy. Pero por favor no salga a hacer esto otra vez”.

Le dije: “Gracias. Suerte con todo”, y me fui.

Cuando luego pensé acerca de esto, me di cuenta de que albergaba pensamientos negativos contra el practicante A. Debido a que no cultivé bien mi habla, las viejas fuerzas se aprovecharon de eso y tuve esta peligrosa experiencia.

Cuando compartí mi entendimiento con otra practicante, ella inmediatamente me señaló mi problema: “La practicante A lo hizo muy bien. Le contó la verdad acerca de Falun Gong a cada una de las familias del edificio. Algunos no querían escucharla y la echaban. Ella no se sintió mal por esto y les llevó buena comida cuando los visitó nuevamente. Al final, todos en el edificio renunciaron al partido y a sus organizaciones afiliadas. Le llevó mucha compasión, y lo hizo muy bien”. No le respondí, y decidí corregir este error de menospreciar a otras personas.  

Estas son mis experiencias al superar el apego al miedo. Espero que más practicantes, especialmente aquellos que aún no han dado el paso adelante, lo hagan mejor al clarificar la verdad. Siempre y cuando hagamos un buen estudio del Fa y tengamos fe en Shifu y el Fa, todo saldrá bien. Debemos hacer esto porque esta es nuestra promesa.