(Minghui.org)

Alquilé una habitación unos años atrás. Conocía a unos pocos compañeros practicantes y organizamos el estudio grupal del Fa. Todos tenían entre 60 y 70 años. Algunos sólo tenían educación primaria, y otros no tuvieron educación y ni siquiera podían escribir sus nombres.

Cuando estudiábamos juntos el Fa, me costaba entender algunos de sus acentos tan marcados. Tenía que elevar mi voz porque dos tenían pobre audición. Sabía que era un milagro que pudiesen estudiar el Fa, y que eso se debía a que el Fa abrió su sabiduría; no podrían estudiar el Fa de otro modo.

Teníamos que leer lentamente porque no podían leer rápido. Al comienzo, decidí ayudarlos a estudiar bien el Fa. Los corregía cuando pronunciaban mal las palabras. Pero con el tiempo perdí mi paciencia. En especial cuando estaba atareado, me sentía muy impaciente. Me sentía incómodo cuando se equivocaban en la pronunciación. Luego, empecé a sentirme somnoliento y quería irme de allí.

Un día, tenía que comprar suministros necesarios para hacer materiales para aclarar la verdad. Podría haber ido por la tarde, pero decidí ir a la casa de otro practicante y estudiar el Fa con otros practicantes jóvenes porque leían más rápido. Luego, compraría los suministros necesarios.

En lugar de leer el Fa con los practicantes mayores, me fui de casa con un corazón muy egoísta. No obstante, cuando llegué al otro lugar, el practicante que intentaba visitar no se encontraba en su casa. Al final, todo se demoró y era muy tarde cuando regresé a mi casa.

Me sentí culpable, pero aún pensaba en dejar a los practicantes mayores. Un día, de nuevo tuve un fuerte deseo de evitar nuestro grupo de estudio del Fa. Apenas surgió ese pensamiento, la palabra “tolerancia” vino a mi mente. Me di cuenta de que era Shifu que me estaba dando una pista. Comencé a llorar y me sentí avergonzado.

Ya han pasado siete años y nuestro estudio grupal del Fa casi termina en varias ocasiones. Atravesamos cada prueba gracias a las bendiciones y ayuda de Shifu. Todos los practicantes en nuestro grupo hemos mejorado mucho. Participamos en muchos proyectos, como imprimir materiales, escribir cartas para aclarar la verdad, rescatar a compañeros practicantes, y exponer la persecución.

Con el paso del tiempo, cambié el pensamiento de que estaba “ayudando” a estos practicantes. Me di cuenta que mi cultivación estaba arreglada junto a la de ellos para que juntos podamos salvar a la gente.

También cambié mi modo de estudiar el Fa. Solía leer el Fa muy rápido y no me enfocaba realmente en lo que estaba leyendo. También aprendí a poner primero a los demás. Descargaba los archivos MP3 de Minghui para compartir con los practicantes que no podían leer.

Mientras mejoraba, me sentía rodeado de energía positiva, y, al estudiar el Fa, podía entender muchos principios que Shifu enseñó.

Gracias Shifu, por arreglar este ambiente de cultivación para nosotros.