[Minghui Net] Un día, hacia finales del 2009, iba de regreso a casa luego de compartir experiencias en una reunión con compañeros practicantes. Los pies empezaron a dolerme, causando que rengueara hasta mi casa. El dolor desapareció pronto, pero regresó unos días después. No le presté demasiada atención, porque solo duraba poco tiempo cada vez, aparecía esporádicamente, y no afectaba mi trabajo en Dafa. Para el 2012, empecé a sentir dolor en diferentes lugares de las piernas y pies. El dolor era cada vez mas fuerte y frecuente; a veces no podía dormir por la noche y transpiraba abundantemente.

Intenté tratar este dolor de diversas formas, como enviar pensamientos rectos, buscar una solución benevolente, buscar problemas de xinxing, pero nada parecía funcionar.

Una nueva lección de Shifu conmovió mi corazón.

Shifu dijo:

Pues, piensen todos un poco, ¿estás tú cultivándote “como al principio”?” (“Enseñanza del Fa en Gran Nueva York 2013").

No tenía una respuesta a esta pregunta. ¿Estaba cultivándome como al principio? Sentí muchas emociones al recordar aquellos días en los que me cultivaba como al comienzo. Hacia finales de 1995 a 1999, antes de que la persecución comenzara, mantenía un estado de cultivación estable. Practicaba los ejercicios en grupo cada mañana en el sitio de práctica, y asistía al estudio grupal del Fa luego del trabajo. Mi corazón estaba colmado de una felicidad indescriptible. Aunque estaba ocupado en el trabajo, cargado con tareas del hogar y sólo lograba dormir cuatro horas por noche, estaba lleno de energía y mi cuerpo se sentía liviano y relajado. Tuve una gran caries en una muela de juicio y me la extrajeron. Sentía un dolor atroz donde estaba la muela. El dolor duró mueve meses, pero mi corazón nunca se movió. Estaba completamente decidido a eliminar yeli, purificar mi cuerpo y regresar a casa con Shifu. ¿Porqué ya no tenía ese sentimiento?

Cuando los practicantes de todo el mundo empezaron a hacer los ejercicios juntos a una hora fija, lo hacía muy bien. Incluso agregué otra sesión de práctica por la noche. Durante el movimiento “Mono de oro dividiendo su cuerpo”, sentía mi cuerpo expandiéndose a una distancia infinita; durante el movimiento “Luohan con la montaña sobre sus espaldas”, sentía grandes montañas derrumbarse detrás de mí. Al “abrazar la rueda” sentía el enorme universo rotando entre mis brazos. Realmente disfrutaba hacer los ejercicios en ese momento, pero poco después, mi hija vino a casa por un feriado. Tenía que terminar algo de trabajo por las noches, así que dejé la práctica verpertina de ejercicios. Cuando me quedaba despierto hasta tarde por la noche, me costaba despertarme temprano por las mañanas, y gradualmente empecé a dejar de practicar por las mañanas también. No me sentí cómodo, pero incluso encontraba excusas y le decía a Shifu: “No es que no quiera hacer los ejercicios, ¡realmente no tengo tiempo! Tengo muchas cosas por terminar. Sé que tengo que elevar mi xinxing constantemente. Dejaré que el Fa me cultive”. Empecé a aflojar y no me preocupé por no hacer los ejercicios. Las viejas fuerzas tuvieron entonces una oportunidad para interferir conmigo, e intensificaron su interferencia mediante una persecución física.

Empecé a practicar Falun Gong porque estaba enfermo. Recuerdo cómo Shifu limpió mi cuerpo en ese entonces. Sentía una cálida corriente por todo mi cuerpo, y las hernias de disco lumbar que me habían dejado en cama por meses, se fueron de un día para otro. En medio año, experimenté el proceso de la “colocación del paso prodigioso” y la “apertura de la circulación celestial” que Shifu menciona en Zhuan Falun. Mi piel se volvió suave como la de un niño. Muchas personas de mi entorno empezaron a practicar Falun Gong al ver estos cambios.

No obstante, por esto desarrollé apegos, y prestaba excesiva atención en mostrarle a la gente los efectos positivos de la práctica. Me preocupaba que si desarrollaba problemas físicos, socavaría a Dafa e interferiría con la salvación de seres conscientes.

Las viejas fuerzas empezaron a interferir conmigo de varias maneras debido a estos apegos, para evitar que validara el Fa. Anteriormente, estudiaba cinco lecciones de Zhuan Falun cada día. Una noche, me sentí muy bien al enviar pensamientos rectos e inmediatamente entré en un estado de tranquilidad al sentarme en meditación. Sentí que la energía me envolvía y seguí enviando pensamientos rectos durante cuarenta minutos, mientras que las malas sustancias se disolvían una tras otra. Cuando terminé, estaba a punto de descruzar mis piernas, y cuatro seres divinos aparecieron. Uno dijo seriamente: “Haz terminado lo que estabas haciendo. Puedes irte ahora”. Les pregunté: “¿Quienes son? ¡Mi Shifu no me ha dicho que me vaya!”. Él dijo de nuevo: “Haz acumulado suficiente virtud poderosa. Ya puedes irte”. Le respondí: “No, no me importa mi poderosa virtud. Sólo quiero terminar lo que mi Shifu me pidió que haga”. Luego empecé a sentir que la sangre se subía a mi cabeza y mi corazón empezó a latir con fuerza; también mi cuerpo empezó a temblar. Se reían de mí, como diciendo, “Debes irte aún si no quieres”. Me dí cuenta que querían que muera súbitamente de un ataque cardíaco. Empecé a respirar con dificultad, pero logré levantar mi mano con mucho esfuerzo, los señalé y dije: “No importa lo que digan, sólo escucho a mi Shifu. Quieren que muera, socavar el Fa. ¡Eso es imposible! ¡Los eliminaré!”. Después, desaparecieron. Me levanté, pero mis piernas estaban débiles, mi corazón aún latía con fuerza y sentía pesada la cabeza. Puse mis pensamientos en preparar material para la clarificación de la verdad para que otros lo buscaran al día siguiente. Una hora después, todo volvió a la normalidad.

En otra ocasión, asistí a un Fahui local. Estaba a unos cien metros de la casa del practicante donde sería la conferencia, cuando de repente, mi cabeza comenzó a hincharse y mi corazón latía rápidamente. Escuché una voz en mi cabeza: “¡Morirás en la conferencia! ¡Cuán feliz y en paz estarás al morir en los brazos de tus compañeros practicantes!”. No podía ver nada, pero sentía que había algo al lado mío. Le dije: “¿Estás haciendo cosas malas nuevamente, pero no tendrás éxito!”. Seguí repitiendo los versos para enviar pensamientos rectos, negando completamente los arreglos de las viejas fuerzas y disolviéndolos. Seguí mi camino a la casa del practicante. Al llegar a la puerta, el latido del corazón se normalizó.

Las viejas fuerzas son realmente perversas. Entre 2006 y 2009, interfirieron conmigo de nuevo. Las rodillas me dolían y se hincharon. No podía agacharme en el cuarto ejercicio y apenas lograba subir escaleras. De repente cedieron cuando estaba en el medio de la calle, haciéndome vulnerable a un accidente automovilístico. Todos sus intentos fallaron, gracias a la protección de Shifu. Las viejas fuerzas dijeron insidiosamente: “Las personas verán tus piernas en estas condiciones: ¿no te preocupa socavar el Fa? Ve y escóndete donde nadie te vea, y no causes influencias negativas entre tus compañeros practicantes. Desaparece en silencio de este mundo”. Soporté enormes dolores durante ese tiempo, pero seguí enviando pensamientos rectos. Negué las viejas fuerzas una y otra vez, y un día el dolor desapareció de repente.

Pasé la prueba de la vida y la muerte, pero las viejas fuerzas aún lograban tomar ventajas de mis brechas. Recientemente, he pasado mucho tiempo trabajando en mi escritorio, y aumenté de peso engrosando mi abdomen y cintura. Pensé: “Esto es feo. ¡Mejor que pierda peso!”. Perdí peso, pero solo en mi rostro. Mientras se me afinaba la cara, me salieron bolsas debajo de los ojos, y también arrugas. Mis mejillas perdieron elasticidad y mi tez se veía marchita. No quería salir ni ver a nadie. Pensaba que si no estaba en buen estado, no podría validar el Fa. Estaba deprimido y me veía consumido. Por el apego a la aperiencia, ni siquiera me avisaron de la excursión anual para jubilados. Acepté mi problema y pensé que no debería perder esta oportunidad para clarificar los hechos sobre Falun Gong. Rectifiqué mi estado mental, y fui contento a la excursión con mis antiguos colegas. La clarificación de la verdad fue bastante buena ese día.

Todos los miedos son apegos humanos

Me diagnosticaron cáncer de colon antes de practicar Falun Gong. Estaba completamente desesperado en ese momento. Sin embargo, experimenté una recuperación milagrosa luego de ver los videos de las lecciones del Fa de Shifu. Me arrestaron y detuvieron varias veces al comienzo de la persecución, y mi condición física se deterioró. Al regresar a casa, encontraba sangre en mis heces de vez en cuando, a veces mucha sangre y me sentía débil. Luego me iluminé a la razón histórica de esta condición. Durante el periódo de revolución 1911 (la revolución que derrocó a la dinastía Qing y estableció la República de China), era líder del pelotón en el ejército revolucionario. Una vez, vi a dos soldados jóvenes intentando escapar del campo de batalla. Temblaban de miedo al trepar a la trinchera. Les clavé bayonetas en sus glúteos, justo en sus cavidades abdominales. Ellos gritaron de dolor y yo lloré de risa. Reconocí las deudas que contraje y las vidas que dañé. Soporté el dolor para pagar mis deudas; al mismo tiempo, intenté buscar una solución benevolente. Acepté pasivamente este acuerdo, y estuve en este estado ¡por seis años!.

Al aceptar este acuerdo, estaba de hecho siguiendo los principios del viejo universo en lugar de seguir los principios de la rectificación del Fa de Shifu. Estaba caminando el camino arreglado por las viejas fuerzas y aceptando las supuestas pruebas en lugar de negarlas por completo. Ahora me doy cuente que las viejas fuerzas habían arreglado las supuestas pruebas sistemáticamente con meticulosos detalles, incluyendo dónde y cuándo se creó el yeli, qué yeli en particular sería cometido, qué vidas serían dañadas, y qué pruebas amargas atravesaríamos durante el período de rectificación del Fa de Shifu antes de reconocer nuestra consumación. Me di cuenta que había fallado al avanzar en mi entendimiento sobre este tema y en consecuencia estaba siendo manipulado por las viejas fuerzas. Di batalla, tropecé y caí y sufrí múltiples daños en el camino. Aún así, acepté con predisposición los arreglos de las viejas fuerzas en relación con temas específicos.

Tengo un sistema nervioso periférico super sensible, y soy mucho mas sensible que otros a cosas que suceden a mi alrededor y cómo reacciono a ellas. Un compañero practicante estaba sufriendo una enfermedad pulmonar por tortura. Lo fui a visitar al hospital, y mis pulmones se sentían incómodos con el dolor desgarrador, y empecé a toser como él. Otra practicante desarrolló cancer de mamas por el estrés de la persecución. Fui a su casa a enviar pensamientos rectos con ella. Un fluido empezó a filtrarse por mi piel en el lado izquierdo de mi torso también. Un compañero practicante mayor sufrió una hemorragia cerebral, así que fui rápido a verlo. Cuando llegué, empecé a sentir presión del lado izquierdo de la cabeza, mis labios y lengua se pusieron rígidos, y mi mano y pierna derecha se entumecieron. Cada vez que tenía esas reacciones, las negaba firmemente y eliminaba los síntomas. Sin embargo, también me volví un poco temeroso, ya que estas cosas sucedían con mayor frecuencia. Le pedí a Shifu que sellara mi cuerpo para que esas cosas malas no me afectaran, y al mismo tiempo, intenté no acercarme a dichas situaciones.

Siempre sentí que no tenía suficiente resistencia por la constitución normal de mi cuerpo, y como resultado, reconocí las pruebas de resistencia arregladas por las viejas fuerzas. Al no poder superar el dolor en las piernas y pies por más de tres años de estudio del Fa, hacer ejercicios, enviar pensamientos rectos y buscar una solución benevolente, pensaba que era mi deber padecerlas. Con esta mentalidad, el dolor regresaba. Últimamente, he sufrido dolor todos los días y cada vez dura más tiempo y es más severo. Al comienzo, pensaba que el dolor no era una amenaza porque no afectaba mi trabajo de Dafa, y solo lo aguantaba. Luego, se volvió tan intenso que ya no podía salir. También me preocupaba que mi condición afectara la imagen de los Dafa dizi, y me encerré en mi casa.

En consecuencia, caí en la trampa que me pusieron las viejas fuerzas y entré en un círculo vicioso. Me sentía profundamente deprimido cuando el dolor se hizo insoportable y era muy difícil elevar el ánimo. Aunque aún me las arreglaba para hacer lo que debía, no estaba tan firme como antes en mi creencia en Shifu y en Dafa, e incluso esperaba que la rectificación del Fa de Shifu terminara pronto para no tener que sufrir más en este mundo humano. Empecé a perder el impulso de ser diligente en la cultivación y comencé a pensar como una persona común. En mis dieciocho años de cultivación, ya había quitado la noción de “enfermedad” hacía mucho tiempo, pero ahora le pedía a mi hija que me revisara para ver cual era mi problema, pero no lograba darme un diagnóstico preciso. Recurrí a maneras de tratar el dolor que no eran las de un practicante, como evitar comer algo que irritara el sistema nervioso, dejar de beber café, cumplir con un horario regular todos los días para estar tan relajado como fuera posible. De hecho no había nada malo en hacer esto en la superficie, pero las usé como medio para resolver mis problemas. No tomaba medicación alguna, pero había fallado al comprender apropiadamente la situación.

Desarrollé más apegos humanos. Algunos practicantes mayores murieron por el yeli de enfermedad. Sabía que algunos no lograron soltar sus apegos emocionales para con sus hijos o su familia. Pensé que nunca sería así. No obstante, recientemente, al sentir mucho dolor, también esperaba que mi hija estuviera cerca. Sentía que era algo bueno que me apoye con pensamientos rectos y que leyera el Fa conmigo. Sin embargo, dentro mío, estaba el deseo de comodidad, atención y comprensión, esperando que estos disminuyan mi dolor y sufrimiento. Las viejas fuerzas también seguían enviando mensajes, esperando que muriera. Además, experimenté escenas de mi muerte. Aunque seguía negando sus arreglos y creía firmemente que llegaría a la consumación, no podía evitar preocuparme por mi hija, pensando que se quedaría triste y sola, y que sería más difícil para ella si yo no estuviera cerca. Ahora me doy cuanta cuán apegado estaba a los hijos y la familia. Ignoraba el hecho de que Shifu está cuidando de cada dizi, y en lugar de eso, pensaba cuán importante era para mí estar cerca de mi hija. Noté que cuando algunos practicantes mayores no estaban bien físicamente, empezaban a arreglar sus funerales, incluyendo la distribución de sus bienes. Me di cuenta clara y conscientemente, que si no soltamos el apego emocional a la familia y a los hijos, lo que pasa a continuación es que seguimos de acuerdo con los arreglos de las viejas fuerzas.

Reflexionando sobre el proceso mental al lidiar con temas físicos y de salud, me doy cuenta que he reconocido demasiado los arreglos de las viejas fuerzas. Encontré toda clase de excusas para no cambiar mi situación, como razones históricas, antecedentes familiares de enfermedad, experiencias de vidas pasadas, factores externos irresistibles, etc. Al reconocerlos, soporté las “pruebas” físicas inescrupulosas que me impusieron las viejas fuerzas.

¿Cuál es el entendimiento correcto de estos temas? Si es la eliminación de yeli, debemos enfrentarlos; si son interferencias, debemos limpiarlas. Luego de estudiar la última lección del Fa de Shifu, comprendo que lo que me ha pasado no tiene que ver solamente con una condición física personal, sino que tiene que ver con negar las viejas fuerzas, eliminar la malvada persecución y limpiar todas las sustancias degeneradas. Tiene que ver con seguir a Shifu en la rectificación del Fa, con rectificar al menos nuestro pequeño universo y salvar a los seres conscientes allí, para poder cumplir con el estándar de la rectificación del Fa.

¿Cómo podemos cumplir con los requisitos que Shifu nos pide? Debemos soltar todos los apegos de nuestros cuerpos carnales, incluyendo nuestro origen histórico, características innatas, conceptos adquiridos en diversos momentos, diferencias con otros, perspectivas y sentimientos personales, nociones alrededor de nuestro cuerpo humano, reacciones físicas, búsquedas internas, etc. Debemos deshacernos de todas estas, incluyendo aquellas de las que no somos conscientes, pero que ya se han formado en diferentes niveles. Para convertirnos genuinamente en seres divinos, además del estándar de xinxing, también debemos despegarnos del apego primordial a nuestros cuerpos carnales en el mundo humano.

Lo anterior es algo de mi entendimiento en mi nivel. Por favor, señalen cualquier cosa inapropiada amablemente.

 

Versión en inglés: http://en.minghui.org/html/articles/2013/8/19/141614.html