Todas las estatuas de Fo hechas escombros en un instante 

Me consideraba budista, aunque nunca comprendí lo que significaba realmente la cultivación. Luego, en 1995, mi madre me dio el libro Zhuan Falun y me dijo que ese libro podía salvar seres conscientes. También me dijo que siempre y cuando estudie Dafa, Shifu me ayudará, y que ninguna religión puede salvar seres conscientes, solo Shifu. 

Acepté amablemente el libro y comencé a leerlo inmediatamente. El día que terminé de leerlo, mi cuerpo comenzó a purificarse. Al practicar los ejercicios, sentí de repente como si mi cuerpo hubiera desaparecido, y mi mente se pusiera en blanco. No era consciente de nada, pero al despertar de ese estado, sentí que todas mis enfermedades habían desaparecido. El misericordioso Shifu eliminó todas mis enfermedades rápidamente. 

Cada vez que salía, andaba en bicicleta. Sin embargo, perdí mi bicicleta dos veces, dos días seguidos. Dos bicicletas perdidas. Me preguntaba si era Shifu tratando de decirme que no utilizara la bicicleta como medio de transporte. Así, empecé a caminar todos los días. Podía caminar tan rápido que sentía que podía volar. Mi cuerpo se sentía tan liviano como una pluma. Sentía la rueda del Fa girando por todo mi cuerpo. Un día, al practicar el segundo ejercicio, vi claramente un Tai-ji (yin yang) en mi abdomen inferior (este es parte de la rueda del Fa), ajustando mi cuerpo. También vi que la habitación estaba llena de ruedas del Fa girando alrededor. 

Me decidí a cultivar diligentemente Falun Gong. Mandé todos mis libros budistas a un templo. Esa noche, tuve un sueño en el cual tomaba un avión para viajar a un lugar distante. El avión estaba lleno de estatuas de Fo, incluyendo Bodhisattva Avalokitesvara, Sakyamuni, y estatuas de otros dioses. En un instante, todas las estatuas explotaron y se volvieron escombros. Fue exactamente como dijo Shifu: 

“Los cuatro elementos se han erosionado,
el viejo Fa se está desintegrando”
(“El Fa rectifica todo” de Hong Yin Vol. II) 

Los Fashen de Shifu por todas partes 

Un practicante me dio una entrada en 1996 para ver el video de las lecciones de Shifu en Jinan. Apenas ingresé al auditorio, vi una luz blanca, como una columna, volando dentro de mi tianmu, entre mis ojos. Luego de terminar de ver la Lección del Fa, salí del auditorio, y vi los Fashen del Maestro en todas partes. Vi la imagen de Shifu en la pared y en el techo, vi capas de Fashen detrás de la imagen de Shifu. También vi la escalera al cielo, y vi el mundo debajo como un lugar sucio y peligroso. 

Cultivando mi xinxing durante tribulaciones 

Solía ser empleada en la cafetería de una papelera. Trabajaba en el sector de alimentos hechos con trigo que cocinaba para los trabajadores. La administradora era la señora Cheng. Su esposo era el vice director de la fábrica. Tenía mucho poder en la cafetería, y por eso mismo todos le tenían miedo. Antes de empezar mi cultivación, teníamos una buena relación y ella disfrutaba charlar conmigo. 

En el momento en que empezaba a sentirme bien en el estándar de mi cultivación, mi cuerpo empezó a sentirse bien, y ella empezó a gritarme sin motivo. Estuve a punto de responder, pero de repente mi garganta enmudeció y no pude decir una palabra. Recordé lo que dijo Shifu, 

“Siendo una persona que refina gong, hay que llegar a no devolver el golpe ni los insultos...” (Lección cuarta, Zhuan Falun) 

Me di cuenta que no debía ser como ella, debía ser tolerante. Entonces empecé a recitar los artículos del Maestro en Escrituras esenciales para mayor avance, “¿Qué es Ren?” y “Verdadera cultivación”.

Esperaba que ella me regañara menos al recitar el Fa, pero por el contrario, su actitud se volvió mucho peor. La señora Chen comenzó a atosigarme todo el tiempo.

Me pedía que hiciera cosas que no eran parte de mi trabajo, y no permitía que otros ni siquiera me ayudaran. Me daba todo el trabajo sucio y pesado. Encontré extraño que durante ese tiempo hubiera mucha más gente que venía a almorzar, incluyendo trabajadores de otras fábricas. Tenía muchos platos para juntar y lavar. Estaba muy ocupada haciendo muchas cosas. 

Algunos de los trabajadores sabían que yo estaba muy atareada, e intentaban ayudar llevando sus platos sucios al lavabo directamente. Cuando ella veía esto, los detenía. Tampoco permitía que hablaran conmigo.

Ella arrojaba desechos de manzanas en la comida que estaba preparando y me culpaba por eso. Cuando terminaba el día laboral, cerraba la puerta y no me dejaba salir. Si intentaba esquivarla, me gritaba y me tomaba del cabello, y me golpeaba. Nunca me quejé ni tampoco devolví el golpe. 

No me gustaban los gusanos y les tenía miedo. Entonces, ella agarraba unos grandes gusanos de un árbol y los ponía en el lugar donde preparaba la comida, para asustarme. También tenía miedo de matar pollos. Así que ella dejaba cerca los pollos medio muertos, para asustarme. 

En esta papelera, los trabajadores acostumbraban a llevarse papel a sus casas. La señora Cheng también me dijo que podía robar el papel de la fábrica, pero yo me rehusé. Ella me castigó, haciéndome cargar madera en una carretilla bajo el sol, que no era parte de mi trabajo. Además, empezó a engañarme en la cantidad de comida necesaria, así que debía apresurarme a preparar más durante el tiempo del almuerzo. Mi carga de trabajo diaria aumentó en un cincuenta por ciento. Cuando la fábrica distribuía productos, ella no me daba nada, o me daba los de más baja calidad. 

Esto continuó por alrededor de un año, y me torturaba constantemente. Gradualmente, comencé a eliminar mis apegos a la injusticia y el resentimiento. Ya no sentía que la señora Cheng era odiosa. Solo tenía compasión hacia ella. Un día me agarró del cabello para golpearme sin razón aparente. Al día siguiente cuando llegó al trabajo, pisó un vidrio roto. Su pie tenía una gran herida y sangraba mucho. No pudo trabajar ese día. Muchos comentaban que ella se lo merecía pero yo no me alegré por ello. En lugar de eso, pensé dentro de mí: “Realmente debería agradecerle señora Cheng”. 

Cuando estos pensamientos sinceros crecieron en mi corazón, la actitud de la señora Cheng hacia mi cambió por completo. Ya no me gritó más, ni me hizo pasar malos momentos. Un día, luego de llegar al trabajo, ella me extendió la mano y dijo, “Tu eres una persona realmente buena. ¿Por qué te he tratado tan mal? No sé qué me sucedía, lo siento mucho”. Ella lloró, y yo también lloré. Unos días después, fue transferida a otro lugar. 

Una llave para abrir todas las puertas 

Con frecuencia la gente dice que una llave puede abrir sólo una cerradura.

Luego de que la señora Cheng fue transferida, mi cultivación se volvió armoniosa nuevamente y sentía cómo mis capacidades crecían rápidamente. Todos los días era la primera en llegar al trabajo. Un día llegué al trabajo más temprano de lo usual. El custodio del depósito no había llegado aún, y necesitaba el arroz del depósito para comenzar a cocinar. Probé mi llave en la puerta y funcionó. Usé la misma llave para abrir todas las puertas también, y funcionó todas las veces. El depósito de la cafetería tenía de todo, pero sólo tomé lo que necesitaba para hacer mi trabajo. 

Todo tiene energía 

Después de un tiempo, podía ver imágenes de flores en las paredes, que se veían muy reales. Ya no eran figuras en 2D, sino flores verdaderas en 3D. Eran cada vez más hermosas. La gente común no podía ver lo que yo veía. También podía ver en una imagen que había agua fluyendo, árboles generando aire fresco, y gente conversando. 

También, cuando alguien dibujaba algo, veía que el dibujo se movía. Los diferentes dibujos de la gente tenían diferentes colores. Algunos eran oscuros, debido a que esas personas tenían mucho ye. Cuando los practicantes dibujaban, algunos dibujos tenían una luz brillante, y otros una luz extremadamente brillante. 

Shifu dijo:

“No importa si tu escritura es buena o mala, ¡éstas llevarán gong!” (Lección sexta, Zhuan Falun

“La cualidad de iluminación de algunas personas simplemente no se eleva; algunos marcan al azar palabras o frases de este libro mío. Aquellos de nosotros que tienen el tianmu abierto pueden ver que este libro brilla con ‘cinco luces y diez colores’ y es de oro resplandeciente, y que cada símbolo es la imagen de mis Fashen. Si yo dijera mentiras, estaría engañándolos a todos; una marca tuya luce como una borrosidad negra, ¿cómo te atreves a hacerlo así a la ligera? ” (Lección novena, Zhuan Falun

Cada una de las palabras de Shifu es el Fa, y son absolutamente verdaderas. 

Los árboles me agradecieron 

Había un par de grandes árboles al frente de la casa de mi padre. El gobierno pagaba 20 yuanes si un árbol era cortado. Al escuchar esto, fui a hablar con mi padre, para evitar que esto sucediera. Mi padre me escuchó y no hizo cortar los árboles. Al verlos la siguiente vez, esos árboles me saludaron y sonrieron. Luego, el partido comunista chino destruyó mucho el medio ambiente y terminó cortando esos árboles, sin razón alguna.

 Versión en inglés: http://en.minghui.org/html/articles/2013/7/3/140807.html