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Siendo testigo de las maravillas de Falun Dafa

Cuando me enteré que una prisionera que estuvo involucrada en secuestro y venta de personas informaba a menudo a los guardias sobre mi, no la odié, sino me compadecí de ella. Le aconsejé que ya no haga este tipo de cosas inmorales, pero ignoró mi consejo y siguió informando sobre mí. Le dije que, si quería evitar crear más yeli por ignorancia, debería mantenerse callada. En los siguientes días, no podía hablar sino sólo asentía o negaba con la cabeza para contestar cualquier pregunta. Le aconsejé nuevamente que ya no informe a los guardias sobre míi y esta vez asintió, aceptó mi consejo y pudo hablar de nuevo.

Un guardia dijo: "¡Falun Gong es maravilloso! Todos los practicantes de Falun Gong que conozco son buenos y honestos. Por favor, enséñame a hacer los ejercicios". A éste guardia le enseñé a recitar algunos poemas de Hong Yin.

Cuando me detuvieron y me enviaron a un centro de detención por segunda vez, conocí una prisionera llamada Xiao Xue (alias), que sabía que los practicantes de Falun Gong son buenas personas, pero no creía en los milagros que había escuchado acerca de Falun Gong. Era época de invierno y ella tenía mucho frío, aunque usaba dos edredones. Después de que pasamos unos días juntas, se preguntó por qué tenía calor. Le expliqué que yo era practicante, tenía energía y ella se beneficiaba de estar cerca de mí. A partir de aquel momento, ella fue capaz de ver Dafa en una luz positiva y así le pude enseñar a recitar algunos poemas de Hong Yin. Xiao Xue no podía conciliar el sueño porque le molestaba un tumor que tenía en la espalda. La animé a recitar sinceramente "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". Poco a poco se sintió mejor y, finalmente, el tumor desapareció por completo. Ella gritó: "¡Falun Gong es increíble! El tumor desapareció sin tomar un solo medicamento!". Otros prisioneros dijeron que ella se benefició mucho por estar conmigo.

Un día, me preguntó: "¿Por qué no quieres ponerte el uniforme del centro de detención?". Le contesté: "¡Falun Gong es inocente! ¡No soy una prisionera!". Entendió lo que dije y se quitó su uniforme, también. Además, por su condición médica, su solicitud de ser puesta en libertad fue aprobada muy pronto. Incluso los guardias se sorprendieron, ya que éste era el primer caso aprobado en aquella cárcel. 

Falun Gong es bueno y su Maestro es realmente grandioso

Por negarme a participar en los trabajos forzados, algunas prisioneras me maldecían todo el tiempo. Yo no las odiaba, sino más bien les aclaraba la verdad sobre Falun Dafa y les explicaba por qué me negaba a cumplir con las demandas.

Un día, una de ellas resultó herida cuando un pin se le atoró en el pulgar. Le dije algunas palabras de consuelo y, después de esto, ya no me maldijo más y fue amable conmigo.

Una compañera de celda que antes formaba parte del submundo del crimen, dormía en la litera de abajo. Para subir a mi litera de arriba, tenía que usar un taburete, pero a ella no le gustaba que el taburete se coloque muy cerca de su litera, por lo que a veces lo tiraba a un lado. Le dije sonriendo: "¡Lo siento mucho! La próxima vez lo voy a poner en otro lugar". Las otras compañeras de celda me preguntaron sorprendidas: "¿Por qué la tratas tan amablemente? ¿Cómo puedes tener tanto autodominio?". Poco a poco, esta compañera de celda cambió su actitud hacia mí y se disculpó por su mala educación.

En la víspera del Año Nuevo, una nueva compañera de celda estuvo vomitando, agitando a las demás prisioneras que comenzaron a maldecirla. Me levanté y le ayudé lavando sus sábanas, el edredón y la ropa. A la mañana siguiente, algunas compañeras de celda me preguntaron: "¿Por qué eres tan amable?". Les contesté: "Mi maestro me enseña a ser amable". Una prisionera conocida con el alias de Xiao Juan dijo: "!Tu Maestro es grandioso!".

Desde esa noche, a Xiao Juan le gustaba estar siempre conmigo y decía: "Por favor, dime si necesitas ayuda". Cuando le preguntaron por qué me trataba tan amablemente, ella respondió: "Me conmovió su bondad". Cada día me pedía que le diga más sobre Falun Gong. Le escribí de memoria Lunyu y, una noche, susurró: "Por favor, enséñame a hacer los ejercicios". Me dijo que tenía miedo de ser castigada si los guardias de la prisión se daban cuenta. Además, escribió un informe y me citó como un ejemplo de buena persona en el centro de detención. 

Monitores personales renuncian al PCCh y a sus organizaciones

Unos meses antes de que fuera puesta en libertad, dos monitores personales con grados avanzados recibieron la tarea de "transformarme". Anteriormente, ellas habían estado en contacto con otros practicantes y sabían que Falun Gong era bueno. Yo sabía que una de ellas había trabajado en economía y le dije mi opinión acerca de la situación económica actual en China, ya que había trabajado para una agencia de estadísticas. Muchos datos eran exagerados y eran sólo estimaciones presentadas por algunos dirigentes. Los dos monitores personales trataron de obligarme a ver vídeos de lavado de cerebro. Les compartí mi entendimiento sobre la cultura tradicional, porque ellas tenían muy pocos conocimientos. Unos meses más tarde, cambiaron de parecer completamente y acordaron renunciar al partido comunista chino (PCCh) y a sus organizaciones afiliadas.

En una ocasión, una mujer policía a quién le esclarecía la verdad a menudo, me preguntó: "¿En qué cree usted exactamente?". Le contesté: "En la verdad y la conciencia". Luego preguntó: "¿Cuánto cuesta una conciencia?". En respuesta, le pregunté retóricamente: "¿La conciencia es algo que se puede comprar"? Ella se quedó muda de asombro.

Espero que cada vez más personas escucharan a su conciencia, aprenderán la verdad y salvarán su futuro. 

Por favor señalen cualquier cosa inapropiada. 

 

Versión en inglés: http://en.minghui.org/html/articles/2013/6/18/140549.html