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Comencé a practicar Falun Dafa en julio de 1997. Fui a Beijing el 16 de junio de 2000 para apelar por Falun Gong, y desplegué una pancarta que decía "Falun Dafa es bueno" en la plaza Tiananamen. La policía encubierta me agarró, me lanzó en un carro, y me llevó a la estación de policía de Beijing. Luego me transfirieron a la oficina de enlace de Beijing para el gobierno de Huizhou.

Me llevaron forzosamente al centro de detención del distrito Huicheng en la ciudad de Huizhou, provincia de Guangdong esa tarde. Me negué a seguir las órdenes del mal, y fui liberada el 30 de junio. La compañía donde trabajaba me despidió ilegalmente, y me detuvieron en el hostal de la compañía por ocho meses. Xu, Qiu, y Wu de la oficina 610, y el jefe de la división de seguridad de la compañía participaron en la persecución hacia mi.

El 9 de mayo de 2004, más de una docena de personas, incluyendo personal de la oficina 610, y Yang Zhao, y Liu Shi'an de la división de seguridad de la compañía, saquearon mi casa y me llevaron por la fuerza a la estación de policía de Yunshan. En la tarde del día siguiente (10 de mayo), me llevaron al centro de detención del distrito Huicheng, y me sentenciaron ilegalmente a un período de dos años en un campo de trabajo forzado.

En el centro de detención, negué completamente la persecución. No hacía el trabajo de esclavitud, no me reportaba a las autoridades, ni participaba en actividades. Todos los días, practicaba los ejercicios, enviaba pensamientos rectos, y explicaba los hechos sobre Falun Gong, como lo haría si no estuviera en la cárcel.

El 24 de junio, me enviaron al campo de trabajo forzado Sanshui por primera vez. En el camino, me mantuve recitando las lecciones de Shifu Li Hongzhi y enviando pensamientos rectos. Cuando el vehículo se detuvo en medio del gentío, le dije a todos: "No soy una mala persona, y no soy un criminal. Me están enviando a un campo de trabajo forzado. Están cometiendo un crimen. Por favor recuerden que 'Falun Dafa es bueno. Verdad-Compasión-Tolerancia es bueno'". Cuando llegué a la entrada del campo de trabajo forzado, me senté y envié pensamientos rectos. Me negué a seguir órdenes y le dije a los oficiales: "Jiang Zemin es un villano. Comenzó a perseguir a los practicantes de Falun Dafa por celos. Ha hecho todo tipo de maldades, y está condenado a la retribución. Seguiré el brillante camino arreglado por Shifu Li, y nunca tomaré el camino al infierno. Con la ayuda misericordiosa de Shifu, el campo de trabajo forzado se negó a admitirme. Me enviaron de vuelta al centro de detención del distrito de Huicheng esa tarde.

El 6 de agosto, la oficina 610 municipal y el centro de detenciones arreglaron enviarme al campo de trabajo forzado de Sanshui por segunda vez. Como en la primera vez, tuve fe en Shifu y en el Fa, y negué completamente los arreglos de las viejas fuerzas. Querían examinarme, y me negué. Me sujetaron contra el suelo, con cinco o seis personas pisando mi espalda, hombros, cadera, pies y piernas. Alguien sostuvo mis manos para que no me pudiera mover. Una policía llamada Huang, que me trajo de Huizhou, me amenazó con quitarme la ropa. Luché por cuatro o cinco horas. Finalmente el campo de trabajo forzado se negó a admitirme. Me enviaron de vuelta al centro de detención de Huizhou esa tarde. Luego de retornar del centro de detención, la policía Huang y otra policía me amenazaron con torturarme en el banco del tigre, con la tortura de las esposas colgantes, y con bastones eléctricos. No se movió mi corazón. Huang le mintió a otros prisioneros diciendo que herí a mi familia cocinando platos venenosos, y dijo que tenía problemas mentales. No se movió mi corazón. Simplemente seguí las enseñanzas de Shifu Li.

El 29 de agosto, la oficina 610 y el centro de detención me enviaron al campo de trabajo forzado de Sanshui por tercera vez. La oficina 610 envió a dos policías al campo de trabajo forzado a monitorearme, pero me negué a cooperar. Me arrastraron al hospital de Sanshui, ataron mis manos y pies a una cama de acero, conectaron tubos en mi nariz y tracto urinario, e injectaron drogas por un día y medio. Le pedí a Shifu Li que me ayudara y me salvara. Bajo la ayuda compasiva de Shifu, me enviaron de vuelta al centro de detención el 1 de septiembre. Mi hijo me trajo a casa al día siguiente.

El 28 de marzo de 2005, más de una docena de personas de la oficina 610 de Huizhou y de la compañía en la que solía trabajar vinieron a mi casa, para llevarme a un centro de lavado de cerebro. Mi familia y yo nos negamos a abrir la puerta. Les hablé a través de la ventana y les conté la verdad sobre Falun Gong. Les aconsejé no hacer cosas malas, y les dije que si perseguían a los practicantes de Falun Gong, se encontrarían con tribulaciones. Varios vehículos de policía rodearon mi casa por tres días y dos noches. Algunos vecinos que sabían la verdad sobre Falun Gong hablaron con la policía: "Estas señoras que practican Falun Gong son buenas personas. Es indignante que tantos vehículos de policía les tiendan esta emboscada". Con pensamientos y acciones rectas de mi familia y vecinos, y con la compasiva ayuda de Shifu Li, los vehículos finalmente se fueron.

El 29 de marzo de 2008, mi esposo, nieto, y yo fuimos a mi ciudad natal en Lianzhou. Tan pronto dejamos la casa y abordamos un bus, dos oficiales de la estación de Jiangbei nos siguieron en el bus. Tenía un bolso en una mano, y sujetaba a mi nieto con la otra. Le pregunté a los oficiales: "¿Cuál es el problema? Tengo libertad de viajar. ¡No hagan cosas malas!". Los policías se la pasaban haciendo llamadas todo el tiempo. Comencé a gritar en el bus que "¡Falun Dafa es bueno! ¡Verdad-Compasión-Tolerancia es bueno!". Cuando llegué a la estación de policía, docenas de oficiales de policía de la estación de tren, oficina de seguridad nacional, y el departamento de la policía armada, incluyendo policías encubiertos, estaban esperando para arrestarme ileglamente. Fui al cuarto de espera en el segundo piso y grité: "¡Falun Dafa es bueno! ¡Verdad-Compasión-Tolerancia es bueno!". Toda la estación estaba en silencio. Nadie dijo ni una palabra. Comencé a enviar pensamientos rectos sin pensarlo dos veces. Luego de un tiempo, más de una docena de policías de la estación de Jiangbei vinieron al segundo piso y me pasaron por al lado. Continué enviando pensamientos rectos, y no tuve miedo. No me arrestaron.

Poco después, el oficial Li de la estación de Jiangbei trajo a alguien de la oficina 610 y me dijo: "Este es mi jefe, el oficial Ma". Le respondí: "¿Y que? ¿Puede tu jefe ignorar las reglas del Cielo? ¿Tu jefe puede ignorar "Verdad-Compasión-Tolerancia"? ¿Quién les ha dado tal autoridad?". Retornaron a la entrada del cuarto de espera, y le dijeron a mi esposo que les siguiera, ya que querían hablar con él. Inmediatamente detuve a mi esposo: "¡Vuelve! ¡Ignóralo!", y luego me acerqué a ellos y les dije: "Quiero echarles una mirada de cerca a cada uno de ustedes. Quien sea que persiga a practicantes de Dafa será descubierto". Los oficiales comenzaron a huir al primer piso. Les dije en voz alta: "¡Falun Dafa es bueno! ¡Verdad-Compasión-Tolerancia es bueno! ¡Sus buenos pensamientos hacia Dafa les salvarán!".

Esperamos más de una hora antes que se fuera al tren. Sostuve la mano de mi nieto, y con mi bolso en la otra mano, bajamos las escaleras. Un oficial de policía se ofreció a cargar mi bolso y me negué. Luego que bajé las escaleras, las docenas de oficiales de policía formaron tres líneas. Abordé el tren sin ningún problema, y traje los materiales de información sobre Falun Gong a mi ciudad natal a salvo. Con Fe en Shifu y en el Fa, no hay barrera que no pueda ser atravesada.

Dos compañeros practicantes y yo fuimos a distribuir materiales de clarificación de la verdad en el 2011, y nos siguieron los agentes de la oficina 610. Nos arrestaron ilegalmente y nos llevaron a la estación de policía Shuikou. El capitán de la oficina de seguridad nacional quería grabar mi confesión. Me negué, y me dijo,: "El oficial Qiu es muy bueno. Puede fabricar documentos sin tu confesión". Qiu vino al medio día, y trajo a dos oficiales de policía que eran altos y fuertes. Luego me arrastraron a un cuarto, y trataron de forzarme a presionar mi huella pulgar en una pieza de papel blanco. Me negué a hacerlo, y apreté mis puños. Empujaron mi cabeza contra la pared, y usaron algo duro para golpear mis manos. Intentaron abrir mi puño, pero no pudieron. Los oficiales me empujaron al pasillo. Me pusieron las esposas, y dejaron las esposas a cierta altura. Luego me esposaron a los lados de una silla. No volví a sentir dolor, sabía que Shifu Li estaba aguantando el sufrimiento en mi nombre. Una vez experimenté la compasión de Shifu Li, como dice uno de sus poemas:

"Con los dizi repletos de pensamientos rectos,
el Shifu posee el poder de llevarlos al Cielo"
("Bondades entre el Shifu y los Dizi" de Hong Yin (II))


Nos enviaron al centro de detención del distrito de Huicheng esa tarde. El oficial de policía y el guardia me ordenaron seguir sus instrucciones y arreglos. Negué completamente las órdenes, y me negué a seguirlas. En el centro de detención, practicaba los ejercicios, enviaba pensamientos rectos, y le decía a la gente los hechos todos los días. Con pensamientos y acciones rectas, me negaba a cooperar.

El 2 de diciembre, me enviaron al campo de trabajo forzado de Sanshui. Fui detenida en una celda de aislamiento en el sexto piso. Intentaron forzarme a utilizar el uniforme del campo de trabajo, pero me negué. Llamaron a cuatro prisioneros adictos a las drogas para que me sujetaran, y así pudieran ponerme el uniforme. Sostuvieron mis manos y pies. Las articulaciones en mis brazos me dolían mucho, como si estuvieran dislocadas. Me quedé en el suelo, y le pedí ayuda a Shifu. Con su compasiva ayuda, el líder de escuadró Huang vino más tarde y dijo que no había problema en que no usara le uniforme del campo de trabajo forzado. Así que usé una ropa deportiva del campo de trabajo forzado. Tomé una siesta esa noche, y me levanté para meditar. Los prisioneros que me monitoreaban me dijeron que no meditara. Un oficial estaba de paso y no dijo nada, así que los prisioneros me dejaron ir. Practiqué los ejercicios y envié pensamientos rectos.

A la mañana siguiente, otro oficial tomó el turno. Me preguntó por qué se me permitía practicar los ejercicios. Los prisioneros dijeron que anoche había practicado, y que el otro guardia no me había detenido. Entonces vinieron los oficiales Chen y Huang, y llamaron a los prisioneros para una reunión. Luego de la reunión los prisioneros me dijeron que podía practicar los ejercicios, siempre que continuara practicándolos tres días sin dormir. Les pregunté si podría usar el baño y comer. Dijeron que si. Pensé que era una prueba para mi, y estuve de acuerdo. Luego de practicar sólo un día y una noche, Chen y Huang instruyeron a los otros prisioneros a que "corrigieran" mis movimientos. Cuando estaba practicando, halaban mis manos para acá y para allá. No me di cuenta que esto estaba mal, y no me opuse a ellos. Entonces, el oficial Chenle dijo a los prisioneros que sólo me permitieran hacer un movimiento.

Sentí que algo andaba mal. Me estaban diciendo que cambiara los movimientos enseñados por Shifu Li. De repente me di cuenta que ¡me estaban atrayendo a hacer algo en contra de Dafa! Inmediatamente me paré y dije: "Shifu Li, estaba equivocada. Las fuerza malignas no me engañarán. Ahora entiendo su naturaleza demoníaca. Practicaré las cinco tablas de ejercicios que usted enseñó". Los dos prisioneros drogradictos (Uno de ellos se llamaba Chen Xiaoman), me agarraron y me empujaron fuertemente al piso. Rompió una sabana, y me la metió en la boca para que no pudiera llamar a Shifu. Usó las tiras para atarme al marco de la cama y me rompió un diente. Otro oficial, el que no interrumpió mi práctica la primera noche dijo,: "Chen Xiaoman, no la trates así. Si vienen los expertos forenses, alguien será hecho responsable".

Luego no me permitían sentarme o pararme, y me arrastraban por todos lados. Entonces, siete u ocho ex practicantes que ahora estaban en contra de su fe, vinieron a condenarme, echándome la culpa de "no ser compasiva", y "no escucharles". El que estaba a cargo, llamado Huang, me rodeaba junto con otros, y quería que recitara su "conjuro" para supuestamente ser "salvada". Envié pensamientos rectos para eliminar al malvado espíritu comunista, manos negras, y demonios podridos que controlaban a la gente mala para perseguir a los practicantes de Dafa. Creí que sin importar cuán desenfrenados parecieran, un pequeño dedo de la mano del Shifu Li era suficiente para aplastarlos.


Recité los poemas de Shifu,

"¿Quién conoce la enormidad del Cielo y la Tierra?
La Vía Láctea yace bajo sus pies.
¿Cuán distante es el firmamento?
La rueda giratoria sostenida sobre su mano".
("Fo Supremo", Hong Yin)


"Experimentadas decenas de miles de tribulaciones,
pisoteando con dos pies a miles de demonios;
con la palma recta, agitando Cielo y Tierra,
de pie en el aire, un gigantesco fo".
("El gran iluminado", Hong Yin)


"Dafa nunca abandona el cuerpo,
el corazón contiene Zhen-Shan-Ren;
un gran luohan en el mundo,
espíritus y fantasmas temen más".
("Poderosa virtud", Hong Yin)

Recité una y otra vez, me rodearon, me arrastraron por varias horas, y luego me amenazaron: "plantaremos materiales en la casa de tu hijo, en la de tu hija y tus familiares. Luego inmediatamente iremos a investigar sus casas y a meterlos a todos en prisión". No me asusté. Me jalaron, y me insultaron por varias horas hasta que se fueron.

En la tarde, el oficial Zou me dijo: "No te sientes en el suelo. Está muy frío". Ella pretendía cuidar de mi, pero en realidad quería que siguiera sus instrucciones sentándome en una postura específica. Esa postura venía de otra práctica demoníaca. Le dije: "No me sentaré en esa postura que es de otra práctica". Les he visto practicar esta postura en el centro de detenciones. Se fueron sin decir nada. A la mañana siguiente, me mintieron, diciendo que habría una inspección de sanidad, y que me llevarían afuera. Cuatro prisioneros adictos a las drogas, un ex practicante que se había vuelto en contra de su fe, Huang (que estaba a cargo), el líder de escuadrón Chen, capitán Si, y un doctor, vinieron a llevarme al "centro correccional", pero me resistí. Me empujaron hacia el lugar. Sabía que era un plan para perseguirme.

El adicto a las drogas Chen Xiaoman me dijo que el capo de trabajo forzado gastó cientos de miles de yuanes para adquirir equipamento de lavado de cerebro. Las víctimas de estos dispositivos de lavado de cerebro perdían toda la memoria. No tuve miedo. Cinco de ellos entraron, junto con el doctor y el capitan Si quedándose afuera. Cada uno tenía muchos miembros de personal tratando de interferir conmigo. No me permitieron cerrar los ojos para que no pudiera enviar pensamientos rectos. Miré al frente con mis ojos abiertos y me mantuve enviando pensamientos rectos. Recité las lecciones de Shifu y le pedí que me ayudara. Huang (el ex practicante que se desvió) trató de prender los dispositivos, pero no prendía por más que lo intentara. Fueron a reportar a los oficiales de policía y volvieron a tratar de prenderlo de nuevo, pero todavía no funcionaba. Repitieron esto varias veces. Cuando regresaron por última vez, decidieron darse por vencidos. Luego de luchar por varias horas, ya era hora del almuerzo. Con la ayuda compasiva de Shifu, batallé para pasar otra prueba.

En la tarde, trajeron un set de televisión, y DVDs que insultaban a Falun Gong, incluyendo la inmolación falsa y los incidentes de Flushing en New York. Me negué a verlo, y me mantuve enviando pensamientos rectos. El prisionero adicto dijo: "Debes verlo. Puedes expresar tus opiniones luego de verlo".
Luego de verlo por dos días dije: "Todas estas son mentiras para desacreditar a Falun Gong y para engañar a la gente china". Dije: "Las casas de los oficiales de gobierno no están lejos de la escuela. ¿Por qué se destruyeron los edificios escolares, pero las casas de los oficiales sobrevivieron al terremoto? ¿Acaso no es obvio que todos los edificios escolares estan mal construidos? ¡Que inocentes fueron los profesores y estudiantes que murieron en el terremoto! ¿Cómo puedes creer que Falun Gong estaba celebrando la calamidad? De hecho, muchos practicantes de Falun Gong y sus familias donaron para ayudar a los esfuerzos de reconstrucción del terremoto del 12 de Mayo. Al hablar sobre la auto inmolación, señalé a Song que solía practicar Falun Gong y le dije: "Has practicado Falun Gong antes. La postura de meditación de Wang Jindong y el Jieyin son diferentes de la postura de Falun Gong. ¿Eran las posturas que hacías las mismas que las de Wang Jindong cuando practicabas? ¿Acaso no puedes darte cuenta que él es un practicante falso?". Se quedaron sin palabras. El líder de escuadron Chen estaba viendo desde la cámara de vigilancia y llamó: "¿Que video estan viendo ustedes? Paren ahora".

En la tarde, me sostuvieron para medir mi presión sanguínea. Dijeron que tenía una alta presión sanguínea de más de 200. Sabía que era una ilusión. Me negué a tomar medicinas. Me rompieron el diente de enfrente y me forzaron a tomar la medicina. Me alimentaron forzozamente por varios días. El líder de escuadrón Chen dijo que mi presión no mejoraba, así que agregó unas cápsulas a la prescripción. Les dije: "esas no son píldoras de alta presión sanguínea. Mi hermana mayor tiene alta presión sanguínea, y sé que esas no son las medicinas que se deben tomar". Sabía que estas medicinas desconocidas eran dañinas, y me negué a tomarlas. Me sostuvieron para hacerme tomar las medicinas por la fuerza. Esto duró varios días. Luego de tomar las cápsulas, mis piernas estaban débiles y sentía frío. A las 7:00 a.m de la mañana siguiente, dos prisioneros adictos a las drogas me llevaron al hospital del campo de trabajo.

Allí el líder Chen mantuvo a los otros practicantes fuera del cuarto que estaba lleno de guardias y doctores. Me sostuvieron forzozamente y me dieron inyecciones. Tenía mucha claridad mental, y sabía que estas inyecciones eran tóxicas y que me inhabilitarían. Hice todo lo que pude para resistirme. Varios de ellos me sostuvieron, y me inyectaron las drogas. Me inyectaron una jeringa grande en la arteria, y me mintieron, diciéndome que era glucosa. Luego me inyectaron de nuevo, y mis síntomas empeoraron. Sentía frío por todo el cuerpo y mis manos estaban adormitadas. Me dolía tanto el pecho que no me podía mover. No podía caminar. Cuando me sentí desesperanzada, le dije a Shifu: "Shifu, ya tengo más de 60 años. Vida o muerte, no me importa. Aún si tengo que dejar mi vida, le seguiré por siempre sin vacilar". El compasivo Shifu vio mi sólida voluntad, y resistió mucho dolor por mí. Luego, no sentí tanto dolor en mi corazón. Podía caminar un poquito, pero todavía tenía problemas agachándome en el baño, y tenía un pie dormido.

Me llevaron al hospital del campo de trabajo forzado de nuevo en la mañana del 11 de diciembre. Me sacaron tres jeringas de sangre, con la excusa de que tenía diabetes severa. Luego me llevaron al hospital de Sanshui para hacerme un exámen de sangre. En el hospital, les dije que practicaba Falun Gong, y que no hicieran cosas imprudentemente. Luego de un exámen de orina, el doctor no me inyectó. Del sexto al primer piso, y en todo el camino hasta el carro gritaba: "Falun Dafa es bueno. Verdad-Compasión-Tolerancia es bueno. No soy un criminal. No soy una mala persona. Por favor reciten frecuentemente, Falun Dafa es bueno, Verdad-Compasión-Tolerancia es bueno, y su vida se salvará en el momento en que llegue la calamidad". Cuando estábamos en lugares llenos de gente, gritaba de nuevo: "Falun Dafa es bueno. Verdad-Compasión-Tolerancia es bueno".

Cuando volvimos al campo de trabajo forzado, el capitan Huang le dijo a los prisioneros drogadictos que ya habíamos alrmozado, y que yo necesitaba una siesta. Sabía que Shifu me estaba ayudando. Luego de la cena, los capitanes Huang y Cheng (que han estudiado ciencias forenses por cuatro años) me llevaron al Hospital Sanshui. Huang me dijo: "Usarás esposas ahora, y no las usarás en el hospital. Esta noche, no grites que Falun Dafa es bueno". En el hospital, continué gritando "Falun Dafa es bueno. Verdad-Compasión-Tolerancia es bueno". Le dije al doctor: "Practico Falun Gong. Por favor no haga nada imprudentemente". El doctor me tomó un electrocardiograma, y todo se veía bien. Luego de retornar del campo de trabajo forzado, me pidieron que me fuera a dormir. Al despertar encontré a cuatro o cinco personas sentadas en mi cama, con personal de algunas prácticas desviadas.

Pensé:

"Si no obtengo un Fa recto en mil años, tampoco cultivaré una vía de zorros salvajes ni un solo día" (Zhuan Falun).

En la mañana del 12 de diciembre, Chen me dijo: "Tienes una enfermedad que amenaza tu vida, y necesitas ser transferida al Hospital Judicial de Guangzhou". Me negué y dije: "Estaba perfectamente saludable cuando entré. Ahora me ha sucedido esto. Devuélvanme con mi esposo y mi hijo". En el hospital, el doctor me pidió que cooperara con el tratamiento, pero me negué. También querían que me hiciera un exámen, que tomara medicina, y querían medir mi presión sanguínea, pero me negué. En la noche, luego de tomar una siesta, inmediatamente me levanté a enviar pensamientos rectos. Los dos drogadictos en mi cuarto me jalaban las manos para detenerme. No les dije nada, pero me amenazaron con llamar a los oficiales de policía para que me electrocutaran con picanas eléctricas. No sentí miedo, ni dije nada, y continué enviando pensamientos rectos. En la madrugada, me lavé los dientes y la cara, y continué enviando pensamientos rectos. El doctor me llamó, quería medir mi presión sanguínea, pero no fui a verle. Me llamaron para un examen de orina, pero tampoco fui. Me mantuve en silencio y no cooperé con nadie de ninguna manera.

Alrededor de las 9:00 a.m., el líder de escuadrón Chen y el capitán Huang vinieron desde el campo de trabajo forzado. Me hablaron, pero no les respondí y continué enviando pensamientos rectos. Huang me preguntó si sabía quién era ella. Asentí con la cabeza sin hablar. Llamaron a algunos doctores y oficiales para que me sostuvieran y me pudieran sacar sangre a la fuerza. El 16 de diciembre, tres oficiales del campo de trabajo forzado vinieron a hablar conmigo, y me pidieron que escribiera algo, para que mi familia pudiera venir a buscarme. Me negué a escribir lo que querían. Dijeron que podía escribir lo que quisiera. Así que escribí: "No estoy enferma. No necesito tratamiento". Dijeron que necesitaba escribir: "Quiero ir a casa a recuperarme yo mi misma". Inmediatamente me di cuenta que esto estaba mal. Shifu arreglará todo para mi. En la tarde, nadie me pasó a buscar, y me sentí aliviada.

En la mañana del 20 de diciembre, el líder de escuadrón Chen del campo de trabajo forzado vino y me pidió que saliera, pero me negué. El director me dijo que saliera de nuevo, diciendo que mi familia había venido a buscarme. Me negué a cooperar y continué enviando pensamientos rectos. Entonces llegaron dos doctores y oficiales de policía que querían sacarme sangre. Les dije: "¿Pueden asegurar mi seguridad al hacerlo?". Se fueron insultándome. Luego de otra hora, entró el líder de escuadrón Chen: "¡Li Guiyin, empaca tus cosas!". Les pregunté donde debía ir. Me dijo que a casa. En la salida, querían que firmara algo. Les dije: "¿Firmar qué? No firmé nada al entrar, ¿por qué debería firmar algo al salir?".

Con la compasiva ayuda de Shifu, retorné a casa el 20 de diciembre, y continué en mi camino para salvar seres conscientes.


Version en inglés: http://en.minghui.org/html/articles/2013/3/11/138443.html