[Minghui Net] Hace unos meses, varios practicantes de Falun Gong de nuestra área fueron sentenciados ilegalmente a un campo de trabajos forzados y siguen presos desde entonces. Cada uno de nosotros debemos recordar que los compañeros practicantes inocentes están siendo detenidos contra su voluntad y debemos seguir ayudando a rescatarlos. En primer lugar, tenemos que visitarlos en esos campos de trabajos forzados. Actualmente tenemos muchos proyectos para validar Dafa y todos los practicantes están muy ocupados. Cada vez que vamos a los campos de trabajos forzados y volvemos, nos cuesta tiempo y dinero. Varios de los practicantes de mayor edad (de 60 o más de 80 años), junto con las familias de los practicantes presos decidimos ir a visitar a nuestros compañeros practicantes. Después de varias visitas, hemos logrado muchos entendimientos y me gustaría compartirlos. Por favor, señalen compasivamente si hay algo inapropiado.

Parte de nuestra cultivación es ir a visitar a los compañeros practicantes -Por favor, no lo vean con corazones humanos

Después de que los practicantes fueron arrestados, la policía no notificó a sus familias y sólo se los llevó secretamente a un campo de trabajos situado fuera de la ciudad. Decidimos los días en que podíamos ir a visitarlos e hicimos las preparaciones para salir. La primera vez que fuimos, antes de subir al tren, estábamos ocupados con la ropa, la comida y el dinero y nos olvidamos de algunas cosas así que fue un gran lío. Cuando llegamos al campo de trabajo, no se permitió ver a los practicantes ni siquiera a los familiares. Nos dijeron que los practicantes estaban "bajo estricta vigilancia" y "estaban siendo reeducados" y que "durante los primeros tres meses no se les permitían visitas". Incluso no nos permitieron contactar a la persona responsable para entregarle el dinero y la ropa que les habíamos llevado. Como ya habíamos comprado los boletos de vuelta, todos estuvimos decepcionados y tuvimos que regresar a casa.

Una vez llegando a casa, miramos hacia adentro y encontramos muchos apegos. La mayoría de los que habíamos ido de visita, teníamos apegos humanos muy fuertes. Lo único que queríamos era ver a nuestros compañeros practicantes pero prestando atención a nuestras propias cosas.

Aclarar la verdad, salvar seres conscientes y disolver los elementos del mal en los campos de trabajos forzados se habían convertido en una práctica aceptada. Sin embargo, nuestro punto de partida no era recto y había una falta de coordinación general.

Practicante A: "Después de que enviaron a mi hija al campo de trabajos forzados, pensé en visitarla pero sin considerarla como mi compañera practicante. Debido a mi propio miedo y al apego de reconocer la persecución, antes de ir me enteré de que no se me permitiría visitarla durante tres meses, así que no tuve pensamientos rectos acerca de ser capaz de verla. Cuando vi a los compañeros practicantes hablando con la policía, tratando de razonar con ellos y pidiendo ver a los practicantes, tenía un apego muy fuerte de miedo, el miedo de que yo misma podría terminar siendo perseguida. Una vez más tuve objeciones, sintiendo que los demás no toman en cuenta los sentimientos de mis familiares y por eso, he creado en mi mente una brecha entre los compañeros practicantes y yo".

Practicante B: "Después de que enviaron a mi hija al campo de trabajos forzados, lloré todos los días y casi no podía superar la angustia que sentía. Siempre pensaba que era demasiado viejo y que no era conveniente que vaya a visitarla. No tenía dinero y nadie estaba dispuesto a ayudar a mi hija. Tenía la noción humana de utilizar mis contactos personales. Cuando vi lo brutal que era la policía en el campo de trabajo, temí que mi hija podría sufrir y que no sería capaz de soportarlo".

Practicante C: "Por lo general, admiramos a estos practicantes que están encarcelados ilegalmente, sintiendo que ellos se cultivan muy bien y tienen una comprensión clara de los principios del Fa. Por lo tanto, antes de ir allí, tenía apegos humanos muy fuertes de querer verlos. En el campo de trabajo, la policía dijo que no se nos permitía visitarlos, lo que hizo manifestarse mi apego muy fuerte de competir. Seguí hablando con los policías, tratando de razonar con ellos y superarlos. Al ver el comportamiento de los miembros de la familia de los practicantes encarcelados, me quejé de ellos, diciendo que eran "irremediablemente estúpidos”. Siempre quería que los demás sigan mi ejemplo. Como resultado, había creado una brecha entre los familiares de los compañeros practicantes presos y yo".

Todos nos iluminamos al principio de que decidimos ir a visitar a los practicantes presos desde el punto de vista de la gente común, no empezamos rectamente y, por lo tanto, los resultados no fueron buenos. La próxima vez que fuéramos a visitarlos rectificaríamos nuestros pensamientos humanos y trataríamos de caminar nuestro camino más rectamente.

Siempre cultivarnos y tener como prioridad esclarecer la verdad y salvar seres conscientes

Ya que después de la primera visita habíamos aprendido la lección, una semana antes de nuestra segunda visita, el coordinador pidió a los practicantes que anteriormente habían estado en campos de trabajos forzados que compartan experiencias de cultivación con los practicantes que estaban colaborando con las familias para visitar a los practicantes encarcelados. Antes de subir al tren, estudiamos el Fa y enviamos pensamientos rectos juntos, animándonos mutuamente. Antes de irnos, el coordinador había notificado a otros practicantes en el área y en las ciudades y los condados vecinos para que podamos enviar pensamientos rectos todos juntos. Esta vez, negamos la regulación que "durante los primeros tres meses no se permitían visitas de los familiares". Todos los practicantes presos recibieron la visita de sus familiares, y al mismo tiempo, no se nos olvidó aclarar la verdad y salvar a los seres conscientes.

Practicante D: "Tengo 66 años de edad. Cuando me enteré de que las familias querían ir a visitar a los practicantes encarcelados, me ofrecí a cooperar con ellos y no me consideré una anciana. Pensaba que si iría, aunque no podía hacer nada más, podría enviar pensamientos rectos. Cuando fuimos a la estación de tren para comprar los boletos, una practicante estaba aclarando la verdad a la gente que se encontraba cerca de la zona y el vendedor se puso de pie de inmediato, gritando hacia nosotros: "¿De qué están hablando? ¿Por qué compran entradas para tanta gente?" (no le prestamos atención al pequeño altavoz en la ventana, así que todo lo que decíamos se escuchaba afuera con claridad). En aquel momento, mi mente era muy recta. Mientras le contestaba, enviaba pensamientos rectos: "Su trabajo es el de vender boletos. ¿Por qué le importa quién los compra? Otras personas que hacían fila para comprar boletos también dijeron que el vendedor debe ocuparse de su propio negocio y, por lo tanto, éste retrocedió”.

Practicante E: "Soy una practicante de Dafa de 82 años. Vivo sola en una casa de un solo piso y, en el invierno, tengo que hervir el agua para bañarme. Decidí ir a la casa de mi hijo un día antes, para prepararme e ir a la estación de tren desde allí. Debido a que me había cansado todo el día, tan pronto como me acosté, me quedé dormida. Cuando llegué a la estación de tren, ya habían dejado de vender los boletos. Les pedí que me vendieran uno varias veces pero, como era vieja, no me hicieron caso. Al ver que estaba tan ansiosa y que estaba sudando, un hombre me dijo que hay otro tren que sale en una hora y que llegaría al destino casi al mismo tiempo que éste. Fui directamente a la taquilla. Sin importar lo que encontraba en mi camino, no debía ser impaciente. Era inútil seguir culpándonos, y en cambio, deberíamos compensar nuestras deficiencias. A pesar de que nunca había salido de la ciudad por mi cuenta y que nunca había estado en la ciudad donde se encuentra el campo de trabajos forzados, no tenía  miedo en absoluto. Shifu me cuidaba y estaba decidida ir a visitar a los compañeros practicantes. Aunque no los iba a encontrar, estaba decidida en preguntar y averiguar. Así que devolví el boleto para el último tren y, cuando el vendedor me dijo que no había ni siquiera un boleto de compartimento para el próximo tren, no me di por vencida y compré un boleto de pie. Recogí dos hojas de periódico para ponerlos en el piso del tren y descansar allí. En ese momento, llegaron más practicantes que iban a tomar el segundo tren hacia el campo de trabajos forzados. Los abracé, muy emocionada, y le agradecí a Shifu por su gran compasión. Yo sé que Shifu vio que estaba decidida en mi corazón y arregló que los demás practicantes me ayuden. Fui con ellos al campo de trabajos forzados".

Practicante F: "Soy una practicante anciana de Dafa y tengo 60 años. Escuché de un practicante que vino a compartir con nosotros que ellos se habían enfocado en hacer cosas y habían descuidado esclarecer la verdad y salvar seres conscientes. Estaba pensando en ir con las familias de los practicantes al campo de trabajos forzados y, en camino, podríamos aclarar la verdad a todas las personas que íbamos encontrando. Estuve planeando ir con otras dos practicantes, una de 82 años, pero cuando el tren estaba listo para salir, esta practicante anciana todavía no se había presentado. Todos estábamos muy ansiosos y la buscamos por todas partes. Hablamos con el personal del tren, la policía y el conductor. Les hemos aclarado la verdad a todos, diciéndoles por qué nosotras, un grupo de señoras mayores, íbamos al campo de trabajos forzados y les hablamos sobre el sufrimiento que habían soportado los practicantes. Después de enterarse de la verdad, el conductor decidió llamar a la plataforma, avisando que había una anciana que había perdido el tren y que, si iba a venir a devolver su boleto, por favor no le crearan problemas y procuraran ayudarla. Un miembro del personal decidió renunciar a las organizaciones relacionadas con el PCCh. Señaló su nombre en su tarjeta y nos pidió que le ayudáramos a hacer las renuncias con su verdadero nombre. También les aclaramos la verdad a los demás pasajeros, para que renuncien al PCCh. Poco después de llegar a nuestro destino, vimos que la practicante anciana había llegado con otros practicantes, tomando el próximo tren. Todos estábamos muy contentos y, cuando llegamos al campo de trabajos forzados, volvimos a aclarar la verdad con sabiduría a la policía”.

Practicante G: "Cooperar con los compañeros practicantes para ir al campo de trabajos forzados para visitar a los practicantes encarcelados es también parte de nuestro proceso de cultivación. En la sala de espera, no saludé a los practicantes que conocía. Me senté en silencio, enviando pensamientos rectos muy fuertes, fortaleciendo a los practicantes que aclaraban la verdad a la policía, fortaleciendo los pensamientos rectos y las acciones de los familiares y fortaleciendo el hecho de que hemos sido capaces de visitar a nuestros compañeros practicantes. Escuché que una mujer policía seguía preguntando a los familiares si siguen practicando Falun Gong y muchos dijeron inmediatamente que iban a dejar la práctica. Pensé que la policía era lamentable, ya que no sólo la utilizaba el malvado partido para hacerse daño sino para perjudicar también a los familiares de los practicantes presos. Mandé pensamientos rectos muy fuertes para disolver los demonios podridos del mal detrás de la policía, prohibiéndoles cometer crímenes contra Dafa. Sentí que cooperaba armoniosamente con los demás compañeros practicantes”.

Eliminando la interferencia con nuestra fe en Shifu, el Fa trae resultados sorprendentes

La segunda vez que fuimos al campo de trabajos forzados, a pesar de que los familiares fueron capaces de ver nuestros practicantes, en algunos casos sus estados de ánimo no fueron buenos. En lugar de animar a los practicantes, empezaron a llorar en el momento en que se reunieron con ellos. Después de compartir entendimientos, creímos que sería mejor que los acompañe también un compañero practicante y comparta con ellos desde la perspectiva del Fa. Sin embargo, la seguridad en el campo de trabajos forzados es muy estricta. Solamente a un pariente con permiso de visitante se le permitía entrar.  Además, varios policías estaban escuchando a un lado. Todos pensamos que no deberíamos dejarnos mover por nuestras nociones humanas y le pedimos a Shifu que nos fortalezca para visitar a los compañeros practicantes y que también tengamos pensamientos rectos.

Practicante H: "Soy una practicante de 73 años. No veo muy bien y tengo dificultad para caminar. A menudo me caigo, y en el invierno, casi nunca salgo de mi casa, sobre todo no salgo de la ciudad. En el momento en que subo a un autobús, empiezo a vomitar. Hace varios años, cuando tomé un tren hacia mi ciudad natal, vomité mientras estaba en la cama del tren y llegué muy cansada. Es por eso que siempre temo tomar un autobús de la ciudad. Pensé que si iba con ellos iba a causarles problemas. Sin embargo, tenía el entendimiento de que también es mi responsabilidad disolver los elementos del mal, siempre debía seguir las enseñanzas de Shifu como discípulo de Dafa, así que decidí que debía abandonar mis nociones humanas y apegos e ir. En el campo de trabajos forzados, mis pensamientos rectos se hicieron más fuertes y les dije que era la suegra de una de los discípulos de Dafa y había venido a visitarla. Sin tener algún tipo de prueba o documentos conmigo, varios policías estaban hablando entre ellos. Uno dijo: "No puedo dejarla. ¿Qué tal si el supervisor pregunta sobre lo que está pasando?". Envié pensamientos rectos muy fuertes, pidiéndole a Shifu que me fortalezca, bloqueando a los policías para que no hagan minguna pregunta, ya que no tenían este derecho. Pensé: 'Yo soy un discípulo de Dafa, y estoy actuando con rectitud. Shifu me está cuidando y seguro que voy a ser capaz de visitar a mi compañera practicante. Como resultado, la policía se mantuvo ocupada por un rato y al final, sin hacer ninguna pregunta, nos permitió la visita a la madre de la practicante y a mi.

Mirando a través del cristal, vi que la practicante estaba más delgada pero de buen humor. Sin decir mucho, nos dejó entender que sabía qué hacer. Al decir esto, puso su mano en el cristal, yo la saludé con la mano y la animé, diciendo:´Definitivamente, debes recordar que nuestro padre mayor (refiriéndome a Shifu) te echa de menos a cada momento y toda tu familia y amigos (refiriéndome a los seres conscientes en su propio mundo) también están esperando que regreses lo más pronto posible´. La policía a mi lado comentó: "Realmente sabes qué decir”. He utilizado esta oportunidad para aclarar la verdad a la policía y me dijo: ´Mi hijo se ha separado de mi nuera. ¿Por qué siguen viniendo a visitar a mi nuera?´. Debido a que ella practica Falun Gong  es muy amable, incluso más amable conmigo que mi propia hija". En mi camino hacia la ciudad desde campo de trabajos forzados, no vomité y no me caí. De hecho, a menudo me hacía cargo de la madre de mi compañera practicante”.

Practicante I: “El padre de un practicante no completó el procedimiento para obtener el permiso de visitante. El campo de trabajo utilizaba esto como un pretexto para negarle la visita. Los otros practicantes que colaboraron con él tuvieron pensamientos rectos muy fuertes y trataron de convencer a la policía, pero ésta siguió haciendo hincapié en que no le podía dar el permiso. No nos dimos por vencidos y no reconocimos la normativa del campo de trabajos forzados. A medida que los elementos perversos en otras dimensiones fueron eliminados, la policía empezó a ceder, diciendo que iba a emitir el permiso de visita si la oficina de seguridad pública local podía enviar un comprobante por fax. No nos dimos por vencidos y nos comunicamos con los supervisores del campo. Todos los practicantes en la sala estábamos enviando pensamientos rectos para apoyar y, al final, el padre anciano consiguió ver a su hija y estuvo muy feliz".

Después de varias visitas todos nos hemos iluminado al principio del Fa, que parte de nuestra cultivación es también ir a visitar a nuestros compañeros practicantes encarcelados. Al mismo tiempo, debemos fortalecer a nuestros compañeros practicantes con pensamientos rectos y eliminar los malos elementos dentro de los campos de trabajos forzados. Ya sea en nuestro camino hacia el campo o dentro del campo de trabajos forzados, siempre podemos utilizar distintos métodos para aclarar la verdad con sabiduría y salvar a los seres conscientes. Mientras tanto, todos los practicantes que participaron en estas visitas realmente sintieron la gran compasión y cuidado de Shifu, así como el fortalecimiento de otros practicantes. También sentimos la alegría de ser elevados por los principios del Fa después de eliminar las nociones humanas. Debemos animarnos unos a otros a seguir caminando por el sendero recto para disolver los campos de trabajos forzados y ayudar a nuestros compañeros practicantes que regresen a casa.

 

Versión en inglés: http://en.minghui.org/html/articles/2013/2/19/138191.html