[Minghui Net]  Aunque el hecho de que el régimen chino está involucrado en la sustracción forzada de órganos se conoce desde hace tiempo, muchos chinos no creen que el partido haya estado sustrayendo órganos de practicantes de Falun Gong, disidentes políticos, y activistas religiosos y los esté vendiendo en el mercado internacional. A continuación figuran varios testimonios de profesionales médicos que muestran un panorama más claro de cómo la degradación de la consciencia en relación a la vida humana ha preparado el terreno para que este crimen masivo de lesa humanidad tenga lugar en China.

Informe 1

“Soy una médica profesional en un renombrado hospital nacional. En 1986, mi superior de división me pidió que le llevara una pieza de tejido humano para uso en laboratorio.

Fui a una sala en el edificio nº1 y vi a un joven en sus 20 años. Juzgando por sus piernas, podría decir que estaba muy sano. Al entrar al cuarto, su pecho y abdomen habían sido abiertos por un cirujano, y su hígado y riñones habían sido removidos. Un cirujano oftalmológico estaba removiendo sus córneas. Como me habían pedido, le pedí al cirujano en jefe el tejido de esófago. Mientras el cirujano retiraba el tejido, de repente me di cuenta que la pierna izquierda estaba contrayéndose y me di cuenta para mi gran asombro que el hombre estaba vivo aún. Cuidadosamente puse el tejido sobre un pedazo de gasa. El tejido tenía mucha sangre y se sentía suave y tibio.

Justo entonces el cirujano miró y preguntó: “¿Alguien más necesita algún tejido? Tiene que ser rápido. Vamos a cerrarlo”. Alguien que estaba allí me dijo que la persona era un prisionero condenado a muerte. Estaba consternada frente a la escena de matadero y pensé: “Un convicto aún es un ser humano. ¿Cómo pueden los cirujanos ser tan fríos e indiferentes?”. El personal de otros departamentos se fue con los tejidos solicitados, pero me quedé un poco más ya que era la primera vez que veía algo así.

El cirujano cosió el cuerpo del prisionero y se fue con su asistente. Entonces vino otro policía, juntó algo de sangre con las manos vacías, la tiró en la cara del prisionero, haciéndolo parecer una ejecución. Otro policía fotografió la cara manchada de sangre y salió a llamar al crematorio para que vinieran a recoger el cuerpo. Luego de tomar las fotografías, la policía envolvió el cuerpo con un plástico grueso y lo dejó en una esquina de la sala para que viniera alguien del crematorio a retirarlo.

No vi a ningún familiar del prisionero. Me enteré después que muchos hospitales intentaban hacerse amigos de los tribunales para tener acceso a órganos y tejidos frescos para trasplante y experimentos. Los tribunales obtenían a cambio grandes recompensas por dichos tratos rentables.

Dichos acuerdos nefastos ya estaban sucediendo en China hace 20 años atrás. Cada vez que recuerdo esa situación atroz, me siento profundamente compungida. Como médico profesional es mi misión curar a los heridos y salvar vidas. Es vergonzoso que la sustracción forzada de órganos, un acto de inconmensurable desprecio hacia la vida humana, se ha aceptado tan fácil y ampliamente por mis colegas en la profesión médica. Realmente espero que puedan reflexionar profundamente sobre esta cruda realidad, romper los lazos con el partido comunista chino (PCCh), restaurar la dignidad de la vida, y demostrar verdadera compasión por la medicina”.

Informe 2

“Trabajo en un prestigioso hospital de clasificación AAA en mi ciudad. Debido a mi especialidad médica, no he participado personalmente en ninguna sustracción forzada de órganos. No obstante, sé que esto ha estado sucediendo en mi hospital por un tiempo porque quienes han participado lo han mencionado al pasar y ocasionalmente. Con el paso de los años ha sido un secreto a voces.

Recuerdo que un día, al final de una cirugía que llevé a cabo, mis asistentes comenzaron a charlar con el anestesiólogo. Cuando el tema cambió al asunto de sustracción de órganos, el anestesiólogo dijo: “A veces ayudo con eso, no es gran cosa”. Luego entró en detalle:

 “Empieza con los doctores a cargo participando y asistentes de todos los departamentos del hospital involucrados preparando todo el equipamiento necesario. Todos son transportados en vehículos especiales hasta el sitio de ejecución”.

“Tenemos que esperar en una ubicación especialmente diseñada mientras que el área se cierra, nadie tiene permitido salir ni entrar. Los agentes traen al prisionero, el anestesista le inyecta anestesia. Cuando todo está listo, los doctores comienzan su parte de la cirugía rápidamente y con habilidad. Algunos quieren córneas, otros riñones, otros el tejido de piel. Después, los agentes disparan al prisionero como al estilo de una ejecución”.

La primera vez que escuché esta descripción quedé horrorizado y pensé: “El prisionero es como un pedazo de carne en una tabla para picar, y los doctores son como carniceros. ¡Qué horrible manera de ejecutar a un prisionero!”.

Estaba conversando con varios urólogos un día a fines del año 2006. Se quejaban: “Hoy en día hay mucha presión de parte de los medios del extranjero. También hay regulaciones internas más estrictas. Las fuentes de riñones son más difíciles de conseguir. Los hospitales ahora buscan en zonas rurales como la ciudad de Guizhou para obtener recursos. Las ciudades están más y más sensibles a este tema, mientras que en las zonas rurales es otra historia...”.

Luego me enteré que la sustracción forzada de órganos a practicantes de Falun Gong había sido publicada en los medios internacionales. Sólo entonces me di cuenta porqué decían que se estaba haciendo difícil encontrar fuentes de órganos.

¡Qué final tan ignominioso para la vida humana! Es difícil decir si es el cirujano o los ejecutores que terminan con la vida del prisionero.

En la cultura china, el peor final posible para alguien es morir sin su cuerpo intacto. El malvado régimen del PCCh obliga a los doctores, quienes se suponen deben curar enfermedades y salvar la vida de las personas, a cometer dichos crímenes atroces contra la humanidad. Estos doctores han perdido por completo su propia humanidad en el proceso.

Hoy estoy informando lo que he presenciado con la esperanza de que mis colegas puedan ver más allá de la propaganda engañosa del partido, y renuncien al partido comunista chino, el que ha destruido la nación de China y su gente”.

Informe 3

“Soy un medico profesional en un gran hospital que tiene prestigio nacional en trasplante de riñones. Mi profesor era uno de los doctores más famosos en el campo. Ha realizado mucha investigación clínica desde la década de 1970 en trasplante de riñones, y sus técnicas de investigación fueron promovidas a lo largo del país por el gobierno. La mayor parte de su experiencia y conocimiento proviene de sustraer riñones a prisioneros con pena de muerte.

Cuando los medios internacionales empezaron a informar y exponer la sustracción forzada de órganos a practicantes de Falun Gong a gran escala por parte del régimen chino, mis colegas me contaron que el doctor estaba en contra de Falun Gong. Alguien una vez le hizo una broma: “Haz realizado tantos trasplantes. ¿No temes retribución?”. Él respondió: “¡No temo a ninguna retribución!”. Poco después, fue diagnosticado con cáncer. Después de la cirugía, su colon sufrió una gran hemorragia y terminó con una severa infección. Luego de dos cirugías consecutivas sin éxito, tuvo una muerte extremadamente dolorosa. Su hija fue después diagnosticada con cáncer.

Muchos colegas del hospital dijeron que finalmente él había pagado su deuda”.

Comentario

Una vez, al hablar con un amigo sobre la sustracción de órganos avalada por el gobierno, él dijo: “La sustracción de órganos de prisioneros es simplemente natural. Aquellos prisioneros son condenados por el gobierno. ¿Qué tiene de malo usarlos para beneficios de otros?”. Encontré que esta actitud era bastante similar a otros con los que hablaba sobre el tema. El PCCh ha lanzado tantos movimientos en las décadas pasadas que el estándar de las personas en cuanto a lo que es correcto e incorrecto está confundido. Como el PCCh reclama que representa a su pueblo, su interés naturalmente se vuelve el interés del pueblo. Entonces, si el PCCh quiere sustraer los órganos de una persona, ¿lo está haciendo en nombre del pueblo? 

Hace dos décadas, doctores y pacientes comenzaron a aceptar órganos de prisioneros. Hoy los doctores y pacientes han aceptado la sustracción de órganos de los practicantes de Falun Gong y activistas políticos. ¿Qué estará la gente dispuesta a aceptar dentro de dos décadas?

Educada por el PCCh, la gente de hoy ha estado impregnada con conceptos distorsionados y por la falta de respeto hacia la vida humana. Una y otra vez los estándar morales básicos se han ido reduciendo. La actitud de la gente sobre la sustracción de órganos ha cambiado de la tolerancia a la aceptación y el apoyo. Dicha actitud hubiera sido inimaginable en la antigua cultura china, sin olvidarnos de todas las otras culturas del mundo actual.

Es precisamente por la tolerancia y aceptación de la gente que la sustracción de órganos ha estado teniendo lugar en China por décadas. La fuente oficial de órganos comenzó con prisioneros con pena de muerte, y cambió a practicantes de Falun Gong, disidentes políticos, y activistas en derechos humanos. Y las fuentes de mercado negro de órganos va desde secuestros a asesinatos, poniendo a todos y a cada familia en un riesgo potencial. Es también precisamente por el límite del estándar moral que se encuentra borroso que muchos no creen que el PCCh ha estado llevando adelante la sustracción de órganos de practicantes de Falun Gong.

Para todos y cada uno de nosotros, la vida es algo precioso y debe ser respetada. La misión de un doctor es curar a los enfermos y salvar a quién esté muriendo. ¿Cómo se han reducido los doctores a asesinar a pedido del PCCh? ¿Por qué los hospitales se transformaron en campos de ejecución?

Analicen los informes sobre sustracción de órganos en el hospital Sujiatun en la ciudad de Liaoning. La sustracción de órganos es un mal sin precedentes, una mancha en la historia humana, y una vergüenza para la profesión médica. ¿Por cuánto tiempo se puede escapar de la ira del Cielo?

Cada vez más y más personas con sentido de justicia han dado un paso al frente en oposición a esta práctica. “Desintegrar al PCCh” no es solo un slogan político sino una realidad que está a punto de suceder.

Espero que más y más doctores escuchen a su conciencia y den un paso al frente para exponer las maldades del PCCh. Espero que los doctores recuperen su respeto por la vida y su compasión como profesionales de la medicina.

 

 

Versión en inglés: http://en.minghui.org/html/articles/2013/12/24/143791.html