[Minghui Net]  La eliminación del sistema de “re-educación mediante el trabajo” parece ser un “cambio cosmético” sólo para apartar la mirada del reclamo popular sobre el sistema abusivo de reeducación laboral plagado de torturas”, afirma Corinna-Barbar Francis, investigadora sobre China de Amnistía Internacional.

“La reeducación mediante el trabajo” es un término que el régimen chino acuñó para disfrazar lo que está sucediendo realmente en los campos de trabajo forzado: torturas, largas horas de trabajo, condiciones riesgosas, y comúnmente lavado de cerebro.

Amnistía Internacional emitió un nuevo informe sobre el sistema de trabajo forzado en China el 17 de diciembre. El informe concluye que “queda claro que la política subyacente de castigar a las personas por sus actividades políticas o creencias religiosas no ha cambiado. Los abusos y torturas continúan, sólo que de un modo diferente”.

El informe de Amnistía Internacional confirma que el sitio web Minghui lo ha informado repetidamente desde principios de 2013 cuando las autoridades chinas anunciaron por primera vez el cierre del sistema de trabajo forzado.

Los abusos continúan a pesar de los cierres de campos de trabajo

 

 

El campo de trabajo de la provincia de Jiangsu (imagen) fue cerrado en febrero de 2013, de acuerdo al informe de Amnistía. Sin embargo, los practicantes de Falun Gong fueron transferidos a otro campo de trabajo forzado al ser “liberados”. Los carteles en la puerta dicen “reforma mediante el trabajo” y “centro de rehabilitación de drogas”. Mientras se sabe que el campo de trabajo ha sido declarado “cerrado”, lo cual no significa que el centro de rehabilitación de drogas en la misma ubicación sea cerrado. 

  

Unas pocas tendencias son identificadas mediante la investigación de Amnistía Internacional. Muchos campos de trabajo forzado simplemente cambiaron sus nombres cuando anunciaron su “cierre”. En muchos casos, son renominados como centros de rehabilitación de drogas y continúan funcionando como instalaciones arbitrarias y centros de tortura.

Las autoridades chinas están utilizando cada vez más las llamadas “cárceles negras”, “centros de rehabilitación de drogas”, y “centros de educación legal” (un eufemismo de “centros de lavado de cerebro”) para  sustituir a los campos de “reforma mediante el trabajo”.

El informe de Amnistía Internacional afirma que las autoridades de la oficina 610 y los oficiales de policía aparecen rutinariamente en los campos de trabajo forzado el día en que los practicantes de Falun Gong son liberados para transferirlos directamente a los centros de lavado de cerebro y continuar con la tortura y otras condiciones indignas a los que típicamente son sometidos.

Por ejemplo, Zhang Zhi, practicante de Falun Gong y ex profesora de la escuela secundaria de agronomía de Heilongjiang, fue liberada en junio de 2013 del centro de rehabilitación de drogas. Personal de la oficina 610 de Harbin esperaba en la puerta e intentaron transferirla al centro de lavado de cerebro. Zhang pudo escapar solamente porque su familia estaba allí e intervino. Se tuvo que ir escondiéndose, temiendo que la oficina 610 intentara secuestrarla y llevarla de su casa al centro de lavado de cerebro nuevamente.

Hay casos también en que los practicantes de Falun Gong fueron a centros de lavado de cerebro establecidos en las ubicaciones de ex campos de trabajo forzados.

La información publicada en el informe de Amnistía Internacional es consistente con las declaraciones del Centro de Información de Falun Dafa (FDIC por sus siglas en inglés).

FDIC había declarado en una gacetilla de prensa anteriormente: “Dichas tendencias ponen a practicantes de Falun Gong y otros detenidos en situación de alto riesgo porque las instalaciones del centro de lavado de cerebro están aún menos organizadas legalmente que el sistema de reeducación mediante el trabajo. Al no tener existencia oficial, se sabe que las instalaciones de los centros de lavado de cerebro han sido establecidas en lugares tan diversos como escuelas, departamentos, e incluso antiguos templos budistas”.

El trabajo forzado juega un papel clave en la persecución

El sistema de trabajo forzado ha jugado un papel clave en la persecución a Falun Gong, absorbiendo a un gran número de practicantes con el pasar de los años. Cientos de practicantes fueron enviados a campos de trabajo forzado en un año desde julio de 1999, el comienzo de la persecución. “La evidencia muestra que  (los practicantes de) Falun Gong constituyen en promedio, desde un tercio hasta en algunos casos el 100 por ciento de la población total en ciertos campos de trabajo forzado”, testifica el informe.

 

 Zhang Lianying y su esposo Niu Jinping en el capitolio. La Sra. Zhang dijo a Amnistía Internacional que ella conocía personalmente a 21 practicantes que murieron como consecuencia de la tortura en los campos de trabajo forzado (Foto de abril 2011).

La Sra. Zhang Lianying le dijo a Amnistía Internacional que conocía personalmente a 21 practicantes que murieron como consecuencia de la tortura en los campos de trabajo forzado. En el famoso campo de trabajo de Masanjia, ella fue víctima de la tortura “martirizante” tanto como diez veces en dos meses -entre el 14 de julio a septiembre de 2008, además de privación del sueño, picanas eléctricas, y golpizas.

El informe de Amnistía publicó un recuento de la Sra. Zhang en el campo de trabajo de mujeres de Beijing:

“El recuerdo más insoportable, que de sólo pensarlo me pone la piel de gallina, es que me tapaban la nariz y boca por largos períodos y repetidamente, por lo cual no lograba respirar hasta que perdía control de la vejiga e intestinos. Por un período de meses sufrí esa tortura repetidamente. Me llenaban la nariz y la boca con toallas mojadas lo que hacía que no pudiera respirar... el dolor era tan severo que sentía que iba a explotar y que todo mi cuerpo perdía fuerza y mis piernas se debilitaban hasta quedar incontinente”.

 

 

 

 

 Métodos de torturas en las “cárceles negras”: la banqueta del tigre, golpizas violentas, la cama del muerto (cama de estiramiento, también llamada cinco caballos separando el cuerpo), picanas eléctricas, colgando de las esposas, alimentación forzada, silla de hierro, inyecciones con drogas desconocidas.

 

El informe también señala que las carreras profesionales del personal del campo de trabajo están directamente unidas a su “desempeño” al perseguir a practicantes de Falun Gong. Dicha campaña de persecución utiliza decenas de miles de oficiales para controlar la mente de las personas y torturar gente por sus creencias en lugar de involucrarse en el control de delitos.

“Hay un riesgo muy real de que las autoridades chinas eliminen un sistema arbitrario de detención sólo para profundizar el uso de otras formas”, advierte el informe de Amnistía.

Noticias relacionadas:

-                     Artículo y video de CNN: Amnesty report: China's abolition of labor camps a 'cosmetic change' 

-                     Informe de noticias de Amnistía internacional: China’s 'Re-education Through Labour' camps: Replacing one system of repression with another? 

-                     Informe completo de Amnistía Internacional (PDF): “Changing the soup but not the medicine?” :Abolishing re-education through labour in China 

-                     Artículo de Epoch Times: “Amnesty International: New Name, Old Abuses as Labor Camps Close in China 

-                     Agregados en español:

Artículo de La Gran Epoca: http://www.lagranepoca.com/30377-amnistia-internacional-cambia-nombre-pero-no-abusos-china

Amnistía Internacional español: http://www.amnesty.org/es/for-media/press-releases/china-campos-reeducacion-trabajo-sustitucion-sistema-represion-2013-12-17 

 

 Versión en inglés: http://en.minghui.org/html/articles/2013/12/18/143719.html