[Minghui Net] Cuando un practicante devolvió tres millones de yuanes de la tarjeta del depósito bancario con su nombre a su antiguo jefe, un promotor inmobiliario, el hombre estaba realmente asombrado. Dijo entonces con gratitud: “¡Los practicantes de Falun Gong son realmente diferentes! Nunca me hubiera esperado esto”.

El practicante era supervisor en el departamento de contabilidad. Era uno de los mejores en su campo. También fue objeto de persecución del partido comunista chino (PCCh) después del 20 de julio de 1999. Le arrestaron y le encarcelaron. Cuando le liberaron de la prisión, su jefe le despidió y su esposa se divorció de él. Sin embargo, el promotor inmobiliario arriba mencionado, lo contrató durante esos tiempos difíciles.

La contabilidad en un negocio de bienes raíces es realmente complicada, con el fin de evadir impuestos, los empresarios siempre desvían gran parte del dinero a cuentas privadas de familiares o allegados. Puesto que este practicante era honesto, trabajador y digno de confianza, su jefe depositó tres millones de yuanes en el banco a su nombre.

Desafortunadamente, el incansable régimen de PCCh nunca ha cesado de perseguirle por sus creencias. Una vez localizado, la policía empezó a acosarlo. Su jefe intentó interceder por él ante la policía entreteniéndoles en restaurantes Cuando no pudo convencerlos de que dejaran a su empleado en paz, les dijo al practicante: “¡Será mejor que te vayas pronto, se están preparando para arrestarte! No puedo protegerte más”. El practicante le entregó las cuentas y se marchó.

Sin trabajo y con poco dinero, se quedó sin hogar. Un día mientras limpiaba sus cosas, se encontró una tarjeta bancaria. Le tomó un tiempo darse cuenta que los tres millones de yuanes en la tarjeta bancaria era el dinero que su antiguo jefe (el promotor inmobiliario) había depositado a su nombre. Había dejado la compañía a toda prisa y había olvidado devolvérselos. Confirmó con el banco que la tarjeta estaba en vigente.

Una persona común en necesidades desesperadas podría haberse quedado esos fondos, más aún teniendo la tarjeta y la contraseña. Si se hubiera quedado con el dinero, su antiguo jefe no podría haber hecho nada al respecto, incluso cuando  lo descubriera. No obstante, como practicante de Dafa, inmediatamente devolvió la tarjeta bancaria sin ningún pensamiento de codicia.

Su antiguo jefe estaba bastante conmovido y en repetidas ocasiones le ofreció una recompensa de 100,000 yuanes, pero el practicante rechazó la oferta.