[Minghui Net] La persecución a Falun Gong por el régimen comunista aún continúa. Además del arresto y la detención, se ha hecho muy común la extorsión económica.

Cuando comenzó la persecución hace más de una década, la policía pedía más de 10.000 en raras ocasiones. Actualmente, no es inusual para ellos pedir 70.000 u 80.000 yuanes, incluso a practicantes que viven en zonas de campo y tienen poco dinero. Algunos practicantes, especialmente aquellos que están bien económicamente, han sido extorsionados con cantidades superiores a los 100.000 yuanes.

Se han hecho pocos informes sobre este tipo de persecución. Algunos practicantes temen que informar sobre esto podría resultar en mayor maltrato o represalias por parte de las autoridades. De hecho, contar los hechos y hacerlos públicos es una forma de detener este comportamiento criminal. Si dudamos en hablar y no compartimos la información de los perpetradores con la opinión pública, podríamos estar ayudando involuntariamente a que estas autoridades continúen abusando de más practicantes.

Mi entendimiento es que deberíamos tener claro que nuestra misión es salvar gente. Solo llevando los hechos a la opinión pública, podemos dar una oportunidad a todo el mundo para elegir entre lo que es correcto y lo que es equivocado. Si ignoramos la persecución económica o permanecemos en silencio, ¿no implica esto que reconocemos tal maltrato, que como consecuencia impedirá que la gente sea salvada?

Desde hace más de 10 años, perseguir a los practicantes económicamente, se ha convertido en una herramienta principal para el régimen comunista. Trabajando con departamentos de policía, la oficina 610 impuso todo tipo de “multas” a los practicantes, habitualmente sumando cantidades superiores a los 100.000 yuanes.

Funcionarios judiciales, incluyendo a oficiales de policía, personal del tribunal y oficinas fiscales también imponen multas. A menudo exigen cientos, miles o decenas de miles de yuanes a las familias de los practicantes. Además, los funcionarios confiscan los bienes personales de valor de los practicantes, como computadores portátiles, cámaras digitales, joyas y demás. Los practicantes que no pueden pagar las multas se enfrentan a largas penas de cárcel.

Si tenemos miedo de sus fechorías, estos funcionarios continuarán persiguiéndonos. Por eso, tenemos que tomarlo seriamente para detener este comportamiento criminal y salvar a la gente.

Estudiando más el Fa, tendremos pensamientos rectos más fuertes, dejaremos el apego al miedo y lo haremos mejor en este aspecto.