[Minghui Net] ¡Saludos Shifu! ¡Saludos compañeros practicantes!

El Fahui de Minghui ya se ha celebrado 8 veces, pero hasta ahora nunca había participado. Cuando me informaron del noveno Fahui, me di cuenta de que contribuir con artículos es una forma de demostrar gratitud hacia Shifu. No solo puede ayudar a elevar nuestros niveles, sino que estos artículos son a su vez una forma de demostrar a los seres conscientes lo maravilloso de Dafa.

Desde jovencita fui introvertida, y también fui una niña débil y enfermiza. Después de casarme, mi salud empeoró y solía tener jaquecas constantes, hiperplasia ósea cervical, artritis y bronquitis. Ya para los 30 años no podía siquiera hacer las tareas del hogar.

Obteniendo y creyendo en el Fa

El 1998 mi colega me presentó a Dafa. Luego de practicar durante un mes, mi enfermedad desapareció milagrosamente, y me convertí en una persona alegre. Me maravilló el poder de Dafa.

Los criminales malvados llevaron a cabo la persecución contra Falun Dafa de forma más descontrolada durante el 2001. En esa época me sumé a otros practicantes para hacer pancartas y grabando sellos en mi casa, con la esperanza de difundir la verdad. Una noche me junté con tres practicantes para colgar pancartas en un puente de autopista. Las luces de la ruta iluminaban muy bien el puente, y los autos pasaban sin cesar rápidamente. Mis compañeros practicantes estaban un tanto asustados, pero yo pensé, “Lo que estamos haciendo es lo más recto y bueno; más aún, Shifu está a nuestro lado constantemente, ¿a qué tememos?. Colgué la primer pancarta, y mi compañero practicante me siguió, y luego regresamos a casa a salvo bajo la protección de Shifu. Esa vez me di cuenta que, luego de haber pasado por una situación aparentemente difícil, mi fe en Shifu y en el Fa se incrementaba. Inconscientemente el fuerte pensamiento recto “cree en Shifu y en el Fa” estaba constantemente en mi mente.

Shifu me dio un puntaje de “100”

Un día de octubre de 2001, la policía malvada me arrestó y me encarceló en un centro de detención. Durante mi estadía, los guardias instigaban a un grupo de prisioneros para que me alimenten forzadamente, y me torturaron a tal punto que mi boca y mi nariz sangraban. Bajé de peso drásticamente de 55 kg a 35 kg, pero me mantuve enérgica lo cual dejaba desconcertados a los guardias y detenidos. Yo sabía que este milagro provenía de mi firme creencia en Shifu y en Dafa.

Me sentenciaron a tres años de prisión, y me enviaron a la prisión provincial de mujeres en agosto del 2002. Una vez allí, me dirigieron hacia una despiadada jefa de división que me interrogó acerca de por qué no recitaba las “frases de declaración”. Respondí: “porque no soy convicta”. Ella inmediatamente me obligó a ponerme en cuclillas. Yo me negué, y ella junto con otros detenidos y un par de guardias malvados me forzaron al piso y yo me senté. Sin estar satisfecha, esta jefa me esposó al picaporte, forzándome a pararme. A medida que mi mente comenzaba a calmarse, el mal también se retraía; y los guardias malvados se retiraron a almorzar y no regresaron. Finalmente me llevaron nuevamente al grupo asignado a las 22 h. Cuando llegué allí, las prisioneras me rodearon y me preguntaron si se me permitía comer. Les dije que no, y comenzaron a buscar comida alrededor. Una de ellas me dio una salchicha y dos huevos. Mirando la comida pensé, “¡Esto es 100 puntos!”. Supe que el misericordioso Shifu me estaba alentando y que estaba a mi lado.

En los tres años de prisión, conduje a los practicantes a resistir la persecución. Debido a que me negué a seguir las órdenes del guardia me colgaron al marco de la puerta y me golpearon. Pero sin importar a qué persecución me sometían, me aferré a mi firme creencia en Dafa y en Shifu, lo que me permitió sobrevivir a ese periodo oscuro y doloroso.

Fui puesta a prueba en el proceso de instalar un sitio de materiales

En la zona donde estuve viviendo luego de que me liberaran de la prisión, la practicante que dirigía el sitio de materiales de aclaración de la verdad era constantemente acosada y amenazada por los guardias de la policía. Su esposo no era practicante. Preocupado por la seguridad de su esposa, la hizo dejar de producir materiales. Como resultado, nos era muy difícil obtener las conferencias de Shifu y los materiales de aclaración de la verdad.

Nuestro coordinador se me acercó y me preguntó si podría establecer un sitio de materiales en mi casa. Yo estaba interesada pero me preocupaba que mi esposo se opusiera. Shifu nos pidió que aclaremos la verdad y salvemos a los seres consientes, y establecer un sitio de materiales era esencial para llevar esto a cabo. ¡Yo armaré un sitio de materiales en mi casa! Este pensamiento determinado se volvió firme en mi mente, y mi esposo no tuvo objeción a mi propuesta.  

Mis esfuerzos iniciales de producir materiales no se desarrollaron con fluidez, y pasé por un periodo de conflicto con mis familiares. Esto me hizo entender más claramente desde la perspectiva del Fa de que debía hacer las cosas de acuerdo a los requisitos de Shifu. ¡Nadie debería interferir en el proceso de asistir a Shifu validando el Fa! Con este pensamiento firme en mi mente, la interferencia desapareció. Más aún, mi esposo frecuentemente me daba una mano haciendo los materiales y ayudaba a distribuir los CDs.

En esa época usaba una impresora laser, aunque no tenía ni experiencia ni habilidades en el manejo de estas máquinas. Se rompió una vez, y tuve que pedir ayuda a otro practicante que la desensambló para poder reponer un componente clave. Pero a la hora de volver a ensamblar las partes este practicante ya tenía que irse al trabajo. Le dije que se vaya, y traté de ensamblar las partes.

Al observar las cantidad de partes dispersas, mantuve un pensamiento en mi mente, “Necesito reparar esto rápidamente. Si tengo preguntas, Shifu me dirá qué hacer”. Recogí las partes y con prueba y error las encajé en la máquina. En poco tiempo, la impresora ya estaba reparada, y comenzó a funcionar con normalidad cuando la enchufé. ¡Estaba maravillada! ¡Pensar que una persona sin ningún conocimiento de impresoras pudo lograr tanto! Me conmoví realmente y en ese momento me di cuenta ¡de que los practicantes bajo el cuidado de Shifu son tan afortunados!

Nos dimos cuenta de que los materiales con impresión a color eran inmediatamente aceptados por la gente; así que conseguí una impresora a color. Al comienzo no sabía cómo usar o mantener la máquina, lo que llevó a que la boquilla se tapone de tinta y los materiales salgan de un color extraño; y al limpiar la boquilla, por falta de conocimiento, la tinta chorreaba por todas partes.

Estas dificultades no me detuvieron, ya que creo que Dafa es omnipresente y Shifu protege a todos los practicantes verdaderos. Entonces, a pesar de encontrarme con estas dificultades tecnológicas, aun mantuve la fe de que la mejor solución aparecería y que todos los problemas se resolverían.

Una vez una practicante rescató una impresora a color, y necesitaba sacarle la tinta residual de los tubos. Me pidió ayuda pero yo tenía menos idea que ella. Sin embargo, tenía fe en que Shifu nos ayudaría, ya que estábamos cumpliendo nuestro deber. Encontramos el manual de instrucciones y lo seguimos paso a paso, abrimos la impresora y encontramos los tubos de tinta residual. A pesar de no tener entrenamiento ni experiencia desmantelando impresoras a color, mi fe firme en Dafa y en Shifu me permitió resolver el problema y presenciamos un milagro.

Luego, más practicantes comenzaron a comprarse impresoras a color, y me pedían ayuda cuando tenían dificultades técnicas. Cuando compartí mi entendimiento con ellos acerca de superar dificultades técnicas, se conmovieron por mi creencia en Shifu y en el Fa.

Hubo una época en que la practicante que originalmente estaba a cargo de nuestro sitio local de producción de materiales quiso producirlos nuevamente. Compró una impresora a color, pero la máquina se rompía frecuentemente y yo tenía que ir a su casa seguido para arreglarla. El esposo de esta practicante era una persona común, y como sabía que la policía la amenazaba constantemente, se oponía a que ella produjera materiales. Yo iba a menudo para darle apoyo tecnológico, y su esposo no me recibía. Aunque en la superficie hacía un esfuerzo para ser amistosa con él, por dentro estaba llena de quejas. Luego, me miré internamente y descubrí apegos de ostentación y resentimiento, e hice lo posible por eliminarlos completamente.

Una fe firme en Shifu y en el Fa previene cualquier peligro

Un tiempo después, esta practicante fue arrestada. Otros practicantes no tenían mucho interés en diseñar un rescate, porque creían que ella misma se había generado esto por no cultivarse bien. Pero yo sentía que la persecución a un compañero practicante era algo en lo que todos los practicantes del área debían preocuparse. Shifu no reconoce esta persecución, y nosotros como Dafa dizi también deberíamos rechazarla. Creía que rescatar a esta practicante era lo correcto.

Más fácil es decir que hacer; la situación desplegaba el alcance de nuestra creencia en Shifu y en el Fa. A partir de esto entendí que si nosotros pudiésemos creer con todo nuestro corazón en Shifu y en el Fa sin reservas, no habría peligro para nada. Así con otro practicante fuimos al centro de detención a pedir la liberación de nuestra compañera practicante. Aunque no tuvimos éxito en nuestro primer intento, por lo menos tuvimos noticias acerca de cómo estaba ella dentro del centro de detención.

Me pareció que lo mejor era coordinar con la familia de esta practicante presa para poder obtener mejores resultados. Sin embargo mi compañera practicante dijo que el esposo de esta practicante estaba desaparecido. Él había estado muy desesperanzado y sentía que había muy pocas esperanzas de rescatar a su esposa. Yo le dije a mi compañera practicante: “Si creemos en Shifu y en el Fa, y hacemos las cosas con rectitud, Shifu nos va a ayudar”. Mi compañera practicante también cambió de parecer y entendió que todo sería arreglado por Shifu. Como resultado, mientras salíamos por la puerta principal del centro de detención, recibimos una llamada del esposo de la practicante presa.

Analizamos y coordinamos el asunto con el esposo antes de dirigirnos al nido del mal para demandar su liberación. Con la ayuda de todos y un trabajo duro, finalmente logramos liberar a la practicante. Su esposo estaba muy conmovido y desde ese momento cambió completamente su actitud hacia Dafa y los practicantes, hasta el punto en que cada vez que organizábamos un intento de rescate, él era el primero en armar las cosas. Yo también me sentí muy animada por nuestro éxito, y pude entender profundamente que si uno tiene fe en Shifu, muchas cosas que parecen imposibles se hacen posibles. Este es el poder de Dafa.

Durante un tiempo, otros practicantes y yo íbamos a un supermercado cercano a aclarar la verdad. Algunos le aclaraban la verdad a la gente, y otros enviaban pensamientos rectos. Un día fuimos nuevamente al supermercado y en el momento en que nos dividimos para aclarar la verdad, di vuelta mi cabeza y vi a un grupo de personas corriendo. Uno de ellos se dio vuelta para mirarme y yo lo reconocí como oficial de la policía. En ese momento caí en la cuenta de que era un grupo de policías de civil. El grupo se apresuró hacia mis compañeros practicantes desprevenidos que estaban parados del otro lado. Les quise avisar pero ya era muy tarde, así que me di la vuelta y me dirigí a las escaleras, sintiendo que alguien me estaba siguiendo muy de cerca. De reojo me di cuenta de que era uno de los policías de civil del grupo, y recién lo pude perder cuando pasé por el mostrador de la caja del supermercado. Al bajar las escaleras, el oficial que me reconoció no dejaba de mirarme, y momentáneamente me sentí incómoda. Pero mis pensamientos rectos que llevan mi fe en Shifu y en el Fa eran fuertes, y bajé las escaleras sin ningún percance.

Ubiqué a una practicante de otra zona que había instalado su puesto en la entrada del supermercado y le pedí que le alertara acerca de los policías de civil a los compañeros practicantes que aún estaban arriba. Ninguno de los oficiales la reconocería porque ella no era de esta zona. Esta practicante estuvo de acuerdo, y luego de aconsejarme que me marche pronto, se apresuró. Me fui a casa y estuve media hora enviando pensamientos rectos antes de regresar al supermercado para saber cuál era la situación de los practicantes. En la entrada del supermercado, la practicante que había enviado a alertar a los otros me dijo que los oficiales habían acorralado a algunos practicantes, y ya debía marcharse. Me pidió que le informe a otros practicantes que envíen pensamientos rectos. Luego de transmitir este mensaje, algunos practicantes sugirieron que me quede envés de marcharme. Analizamos la situación durante un rato y llegamos a la conclusión de que este grupo de policías de civil habían planificado la redada de antemano. Un practicante fue arrestado cuando apenas alcanzó a subir las escaleras del segundo piso. Con esto nos dimos cuenta de que el supermercado había estado bajo vigilancia constante, y que los oficiales nos habían estado esperando.

Al parecer, aquellos practicantes que a menudo salían a aclarar la verdad estaban siendo vigilados, y entonces me di cuenta de que no sería seguro para mí volver. ¿Pero cómo podría yo estar escondiéndome cuando otros practicantes habían sido arrestados? Entonces intenté rastrear el paradero de ellos y me sumé a otros practicantes para enviar pensamientos rectos. Luego descubrí que cuatro practicantes habían sido arrestados y que sus casas habían sido saqueadas. Con la ayuda de otros practicantes y los familiares de los detenidos, uno de ellos pudo ser liberado ese mismo día. Los otros tres fueron enviados al campo de trabajos forzados provincial al día siguiente, y uno de ellos fue liberado debido a sus pensamientos rectos. Otro más también logró escapar del campo de trabajos forzados con la ayuda de su familia.

Al reflexionar sobre mis 14 años de cultivación, aunque mi mente y mi cuerpo sufrieron debido a la persecución, nunca me he rendido al mal y mi fe en Dafa nunca flaqueó. Creo plena e inequívocamente en Shifu. Desde el primer día en que obtuve el Fa, sin importar cuánto sufrimiento he tenido que sobrellevar, no he dudado en ningún momento. Sigo practicando los ejercicios por las mañanas, sin importar cuán cansada o mal me sienta, sin aflojar. Dafa es mi vida entera, por lo tanto creer en Shifu y en el Fa es simplemente natural. Creo verdaderamente que solo aquellos practicantes que creen en Shifu y en el Fa sin reservas, son los más afortunados en el universo.

¡Gracias grandioso Shifu por tu ilimitada compasión y tus cuidadosos esfuerzos para salvarnos! ¡Permítanme expresar mi mayor respeto y gratitud hacia Shifu! ¡Heshi!