[Minghui Net] Tuve la suerte comenzar a practicar Falun Dafa el 1 de abril de 1997. A comienzos de junio de este año comencé a experimentar síntomas de yeli de enfermedad; fue resultado de un rumor que circulaba en mi pueblo de que mi esposo tenía una amante.

Considerando su edad, lo culpé por haber hecho algo tan vergonzoso. Si realmente hubiese tenido una amante, yo estaría muerta de vergüenza. No tomé esta tribulación como una prueba desde la perspectiva del Fa y fallé en mirarme internamente. En cambio, dejé que mi apego explote y como consecuencia comencé a sentirme descompuesta y no pude comer.

Decidí que esto era un arreglo de las viejas fuerzas, e intenté negarlo incrementando la duración y la frecuencia del envío de pensamientos rectos. También estudié el Fa con más frecuencia. De todos modos, los síntomas de enfermedad empeoraron. Durante medio mes no pude comer más que un poco de sopa de arroz. Me sentía muy débil y transpiraba si caminaba tan solo unos pasitos. Perdí peso muy rápidamente. Yo quería atravesar esta prueba por mí misma, asi que no le dije nada a los practicantes de mi área.

Al estudiar el Fa con otros practicantes una noche de junio me tuve que retirar antes ya que no me sentía bien. Cuando llegué a casa vomité desde las 9:30 pm hasta las 9:30 am del día siguiente. Vomitaba aun después de tomar un poco de agua. Durante el día me senté en el patio y vomité todo, hasta la bilis de mi hígado.

Llamé a mi hija y le pedí que me lleve a su pueblo porque me parecía que los practicantes de allí eran muy diligentes y su estado de cultivación era mejor. Aquellos practicantes compartieron sus experiencias conmigo. Estudiamos el Fa y enviamos pensamientos rectos junto. Luego de eso me sentí mejor. Pasados cuatro días, quise regresar a casa y sobrepasar esta tribulación por mí misma. Pero mi estado físico se agravó y luego de una semana sentí que estaba más frágil. Entonces invité a mi primo (también practicante) a que venga a estudiar el Fa y enviar pensamientos rectos conmigo.

Sin embargo mi estado no mejoró, y mi esposo insistía en que yo debía ir al hospital. Siempre que los practicantes venían a verme él los trataba de forma muy fría e intentaba ahuyentarlos. Mi madre de noventa años también quería que yo fuera al hospital. Además, mis hijos y mi hermana menor a menudo venían o me llamaban para suplicarme que fuera al hospital.

Me aferré a un pensamiento: Confiaré en Shifu y en el Fa y no iré al hospital. Le dije a mi familia: “Denme tres días, y me pondré bien".

Cuando el yeli de enfermedad me golpeaba fuertemente, algunos practicantes de mi pueblo intentaron ofrecer su ayuda. Sin embargo, yo solía pensar que ya que ellos eran más jóvenes que yo y no tan diligentes como yo, no podrían ayudarme.

Shifu dijo en “Enseñando el fa en la ciudad de Los Ángeles”:

“En cualquier caso, un cultivador debe ver las cosas como un cultivador y con la mente de un cultivador, y absolutamente no puede ver las cosas con la mente de una persona común. Nada de lo que encuentras es simple, accidental o común. Debe tener que ver con tu cultivación y tu mejoramiento. Como eres un cultivador, el camino de tu vida se cambió, y se te dio un nuevo camino de cultivación; nada en tu camino ocurre por casualidad”.

Mis compañeros practicantes me dijeron severamente, “Si un practicante es perseguido por las fuerzas malvadas, todos los otros practicantes serán afectados”. También dijeron, “Tu yeli de enfermedad no es accidental y ha durado mucho tiempo, así que no debes hacernos perder la oportunidad de elevarnos juntos. Es por esto que debemos intervenir. Tú has sido diligente estudiando el Fa, y nos hemos apoyado en ti. Si no vienes al estudio del Fa en grupo, vamos a empezar a aflojar, y estarás preocupada de que no nos cultivemos bien y que no seamos de confiar. Aunque no seamos tan diligentes como tú y tu primo, y estamos llenos de defectos, solo Shifu sabe nuestro nivel. No deberías subestimar nuestro poder colectivo”.

Las palabras de mis compañeros practicantes me conmovieron tremendamente. Yo había buscado ayuda de aquellos que yo creía que tenían un buen estado de cultivación, pero miraba con desdén a aquellos practicantes de mi zona. ¿Quién me otorgó el derecho de menospreciar a los practicantes de Shifu? Ese corazón de desprecio hacia otros practicantes era un fuerte apego que había dejado brechas entre practicantes. Cuando llegué a entender esto, supe que debía abandonar ese apego.

Shifu dijo en “Enseñando el Fa en Manhattan”:

“Especialmente en este momento se necesita gente en la aclaración de la verdad, se necesita más gente que participe en la aclaración de la verdad para salvar seres conscientes, se necesita más gente que participe en diferentes proyectos para eliminar la persecución de la maldad, entonces una persona menos es mucha fuerza menos, una persona más es mucha fuerza más”.

Todos constituimos una impresionante porción de poder. No debería haber ignorado y desdeñado a mis compañeros practicantes.

Shifu dijo en “20 años enseñando el Fa”:

“Pero los reyes de las diferentes capas y los dioses aun más grandes de diferentes capas, ésos no dan importancia a las vidas de niveles bajos; eso es determinado por el estado. Ésos solo dan importancia al estándar del cuerpo entero, no dan importancia a cierta vida o al grupo de vidas de una extensión grande, porque ésos son demasiado grandes”.

Las viejas fuerzas ponen énfasis en el estándar individual; pero yo ignoré el poder del grupo entero.

Rápidamente, estos compañeros practicantes invitaron a todos los practicantes que conocían a mi casa. Me rodearon y enviaron pensamientos rectos durante una hora al mismo tiempo cada tarde.

La primera vez que enviamos pensamientos rectos juntos percibimos tranquilidad en nuestro ambiente, y el campo de energía era muy fuerte. Sin embargo, al segundo día, las fuerzas malvadas de otras dimensiones comenzaron a interferir con los practicantes generando brechas entre ellos; el mal los hizo sentir cansados. Al tercer día, los practicantes limpiaron sus propias dimensiones primero y luego enviaron pensamientos rectos. También le pidieron a Shifu que fortalezca nuestro poder. Cada célula y seres de las capas de mis dimensiones estaban enviando pensamientos rectos juntas, eliminando las viejas fuerzas en todas las dimensiones e impidiendo que persigan e interfieran con los practicantes.

Cada día, luego de enviar pensamientos rectos, compartíamos nuestras experiencias y estudiábamos el Fa juntos. Al cabo de tres días, me recuperé completamente. La actitud de mi esposo también hizo un giro de 180 grados a partir de esto, y su aventura amorosa dejó de existir.

A partir de esta prueba, descubrí que yo guardaba un fuerte resentimiento hacia mi esposo y que también estaba apegada al miedo de quedar mal. Mientras tanto, no estaba siendo diligente en mi cultivación y no estudiaba el Fa bien. El resultado fue que me sentía avergonzada al aclarar la verdad a la gente, y entonces, gradualmente empecé a hacer cada vez menos cosas. No lograba hacer los cinco ejercicios seguidos. También me salteaba el envío de pensamientos rectos de la medianoche. Y lo que es aún peor, miraba con desdén a algunos de los practicantes locales, lo que generó una enorme brecha entre nosotros.

Aquellos días en que los practicantes estaban enviando pensamientos rectos para mí, ellos pudieron sentir que estaban luchando contra fuerzas perversas que perseguían a los practicantes. Cultivaron cada uno de sus pensamientos para asegurarse de que sus pensamientos rectos sean los más poderosos y puros.

Luego de recuperarme, los practicantes me pidieron que escriba esta experiencia para animar a otros practicantes. ¡Agradezco a Shifu por sus arreglos! También quisiera agradecer a los practicantes por su altruismo.