[Minghui Net] En enero de 1998 fui arrestado, por el delito de secuestro y condenado a prisión por 13 años. Era tan solo uno más, afectado por la degradada moral de la sociedad, pero al mismo tiempo también estaba tratando de vengarme de la víctima. En ese momento pensaba que había mucha gente mala haciendo cosas peores y, sin embargo, no tenían la repercusión que había tenido mi caso. Yo había hecho algunas cosas buenas por la gente, pero ahora igualmente estaba sufriendo. En esta sociedad parecía no tener valor el hecho de ser una persona buena, porque siempre acosaban y tomaban ventaja de la gente buena.

Uno de mis amigos me visitó en prisión en mayo de 1999. Me dio dos libros: Zhuan Falun y Escrituras esenciales para mayor avance, pidiéndome que los leyera cuando tuviera tiempo. No estaba muy entusiasmado cuando escuché que lo libros eran acerca del qigong, pero mi amigo me recomendó que de todas maneras les echara un vistazo. Entonces llevé los libros a mi celda y los leía cuando tenía tiempo. Después de leerlos, me di cuenta que mi confusión se había ido. Había recibido respuestas a mis interrogantes previos. A partir de ese momento comencé a creer en el dicho: “… lo bueno es recompensado con lo bueno, y lo malo, con lo malo”, (Zhuan Falun); ahora realmente creía en su veracidad. Creía que podía obtener buenos resultados en la vida siendo una buena persona. Yo decidí ser una buena persona como me enseñaron estos libros.

Intenté también practicar los ejercicios, pero no sabía los movimientos exactos. Aprendí algunas cosas de una persona que dijo haber visto a gente practicando Falun Dafa. Entonces practicaba de la forma en la que él me enseñó. Más tarde descubrí que esos movimientos eran incorrectos. Dos meses después, comenzó la persecución a Falun Dafa. Vi que lo que se propagaba en TV sobre Falun Dafa, era totalmente diferente respecto a lo que había aprendido en los libros. Yo creía en los libros, por lo que seguí leyéndolos, y además continué siendo una buena persona. Después de un tiempo, descubrí que mis problemas físicos, incluida la neurastenia y el insomnio, habían desaparecido. Me torné  más saludable y tenía más energía. ¡Sentí que Falun Dafa era realmente bueno!

Algunas personas les informaron a los guardias que yo estaba practicando Falun Dafa y los guardias vinieron a hablarme sobre esto. Me dijeron que si dejaba la práctica de Falun Dafa podían encontrarme un trabajo y hacerme salir antes de la prisión. En ese momento yo pensé que si no podía practicar Falun Dafa, no iba a poder discernir entre el bien y el mal, y no iba a poder ser una buena persona. Entonces probablemente haría cosas malas como antes, y terminaría en este lugar nuevamente. Por lo tanto, les dije a los guardias que iba a continuar practicando. Por esta razón, fui transferido a otra prisión, lugar en el cual recluían a los Dafa dizi de nuestra provincia. Este lugar también se conoce como “centro de régimen severo”.

Me encarcelaron en una pequeña celda aislada. Me ordenaron doblar una pila de bolsas, a lo que  me opuse. Después me golpearon varios hombres con garrotes. No sentí dolor en ese momento porque Shifu me ayudó a soportar el sufrimiento. Seguí negándome a doblar las bolsas y tuvieron que rendirse por ese día. Estaba atrapado en una habitación y no me permitían salir. Me daban muy poco alimento en cada comida. Me hacían lo que querían. En junio de 2001, me dijeron que si quería salir de ese lugar, tenía que escribir una “declaración de arrepentimiento”, pero me rehusé a hacerlo. Me intentaron forzar a escribir una declaración de arrepentimiento amenazándome con prolongar mis años de estadía en la cárcel y aumentar mi sufrimiento físico.

El hecho de enfrentarme a 10 años más de cárcel y prolongar mis sufrimientos físicos, me hicieron dudar. Luchaba conmigo mismo en mi mente sin saber qué hacer. Incluso luego de pensarlo durante varios días seguía sin saber qué hacer. Finalmente me di cuenta que no iba a obtener respuestas pensando de este modo acerca de esta situación. Debía eliminar todos los pensamientos y vaciar mi mente. Me pregunté desde lo más profundo de mi corazón ¿que era lo que yo realmente quería? Lo que yo más quería era continuar aclarando la verdad, y que se reconozca que Falun Dafa era bueno. Por lo tanto, persistí en seguir aclarando la verdad y validando Falun Dafa sin importar con qué me encontrara, incluso si ello significaba sacrificar mi vida.

Tan pronto como abordé  esta situación de esta forma me sentí más tranquilo y feliz. Dos semanas más tarde, me asignaron a un grupo. Era un grupo de 12 criminales que vivían juntos. El guardia le pidió a un criminal llamado Song que me forzara a escribir una declaración de arrepentimiento pero me negué. Después intentaron con otra forma. Le pidieron a un criminal, enfermo mental, que se “encargara” de mí y me hicieron escucharlo, pero no lo escuché. Song me encerró en un cuarto y me abofeteó varias veces. Bloqueó la puerta de la habitación y no me dejó salir. Le dije tres veces que saliera del camino, hasta que finalmente lo hizo. Salí a informar a los guardias sobre el abuso, pero los guardias se escondieron y no querían salir. Más tarde vi guardias en otro cuarto y fui allí para intentar hablar con ellos. Pero, el criminal que cuidaba la puerta no me permitió pasar. Cuando escucharon el ruido en la puerta, todos los oficiales de policía salieron y se me acercaron con esposas y porras. No me hicieron ninguna pregunta ni me dijeron nada, y empezaron a pegarme. Me sujetaron con esposas a un caño de hierro y no me soltaron hasta que finalmente perdí la conciencia. Al rato me mandaron de nuevo a mi habitación.

Luego fui transferido a otro equipo donde fui tratado de un modo aún más despreciable. Dos criminales fueron asignados a ser mis “supervisores personales” y me hostigaron. Aún así, no podían hacer que dejara de practicar Falun Dafa.

Recibí artículos del Shifu por medio de otros practicantes que habían sido sentenciados ilegalmente, y me di cuenta que los practicantes de Dafa deberían salir a validar Dafa. Sin embargo, yo estaba en prisión, entonces, ¿cómo podría salir a validar Dafa?  Estaba iluminado con las historias de cómo otros compañeros practicantes trabajaban dando a conocer la persecución y validando a Dafa. También encontré mis propias maneras de hacerlo. La prisión, generalmente realizaba una actividad de izamiento de la bandera y también permitía a los presos celebrar y compartir durante los feriados. Decidí aprovechar esta oportunidad y también compartir mis pensamientos. Después de prepararlo y practicarlo muchas veces, grité, “¡Falun Dafa es bueno!” justo antes de que otros criminales estuvieran a punto de recitar un juramento en la ceremonia de izamiento de la bandera el “Día del Trabajo” (feriado en China). Al principio estaba con miedo, pero después que grité el temor desapareció. Me sentí entonces energizado, con poder y renovado. ¡Había sido tan bueno! Los guardias estaban asustados de mis actos. Me sacaron de la ceremonia y me llevaron a un lugar de confinamiento.   

En la habitación de confinamiento, los guardias intentaron hacer que me parara mirando hacia la pared, pero me rehusé, entonces me pegaron con un gran palo de madera con espinas. Me pegaron en las piernas y en la espalda con todas sus fuerzas. Usé el poder supernatural que me dio Shifu para resistir los golpes y dejé que el dolor volviera a los guardias. Yo no sentía dolor. El palo se partió después de varios minutos, y los malvados lo tiraron y se fueron.

En otra oportunidad, estaba practicando los ejercicios de Falun Gong, y los guardias me atraparon y me enviaron a la celda de castigo. Continué practicando, incluso, con las esposas puestas. Fui forzado a pararme mirando la pared sur. Recordé lo que Shifu dijo:

“No importa cuál sea la situación, no cooperen con las demandas, órdenes e instigaciones del mal. Si todos hicieran esto, el ambiente no sería así”. (Los Pensamientos rectos de los Dafa dizi son poderosos, de Escrituras esenciales para mayor avance II)

Entonces me rehusé a mirar hacia la pared. El oficial de policía me golpeó con su garrote, pero aún así no me dominó. Luego se fue enojado. Varios hombres me esposaron y me colgaron de la viga de la puerta.

Más tarde me transfirieron a otro escuadrón. Permanecí allí entre 7 y 8 años y me opuse a la maldad todo el tiempo. Los guardias decían que si yo era tan firme en mi práctica con solo leer los libros: ¿qué haría si tuviera otro practicante con quien estudiar? Tenían miedo que fuera más difícil aún “transformarme.” Se dieron cuenta que no me podían hacer titubear y eventualmente se rindieron. Más tarde, finalmente llegó otro practicante.

El practicante transitaba sus 60 años. Cuando llegó, estaba siendo acosado e intentaron forzarlo a escribir las tres declaraciones (“declaración de arrepentimiento”, “declaración de garantía” y declaración de disociación”). Hablamos entre nosotros y decidimos que nunca íbamos a ser “transformados,” nunca íbamos a escribir las declaraciones, y nunca íbamos a hacer algo que no estuviera de acuerdo con Dafa. Mandamos pensamientos rectos juntos para desintegrar la maldad. Los guardias le ordenaron a dos asesinos “monitorear personalmente” al practicante y le prometieron reducir su pena cuatro meses si escribía las declaraciones. Los dos criminales empezaron a perseguir inescrupulosamente al practicante. Lo forzaron a pararse frente a la ventana en el frío del invierno, le pegaron con palos, lo forzaron a pararse durante largos períodos, etc. Envié pensamientos rectos y reporté los abusos a las autoridades de la prisión. Simularon no saber qué ocurría. Entonces les conté toda la historia. No lo podían negar, así que me dijeron que se iban a encargar de esto. Los criminales llevaron entonces al practicante a un cuarto secreto al que no tuve acceso y yo no podía escuchar ningún ruido. Cada vez que tenía la oportunidad de encontrarme con mi colega practicante, lo alentaba con el Fa de Shifu.

Una tarde, después de eso, el practicante se desmayó debido al abuso que estaba sufriendo, fue enviado al hospital y con la protección de Shifu estuvo a salvo. Más tarde, los guardias se deshicieron de esos dos criminales y pararon con la severa persecución a este practicante. Con el tiempo llegaron tres practicantes más y el ambiente se tornó más sencillo para nosotros. Nos comunicábamos, estudiábamos juntos, enviábamos pensamientos rectos, y resistíamos juntos la persecución. Finalmente todos entendimos cómo enfrentar la perversa persecución.

Con el progreso de la rectificación del Fa de Shifu, siento que hay mucha menos maldad que años atrás. Debemos aprovechar el tiempo para aclarar la verdad y salvar a la gente convenciéndolos de que renuncien al PCCh. Todos cooperábamos y trabajábamos juntos. Mientras unos aclaraban la verdad, los otros ayudaban a enviar pensamientos rectos. El ambiente empezó a estar mejor. Para el momento que dejé el lugar, más de la mitad de los prisioneros habían renunciado al PCCh. Yo sabía que había mucho más para hacer comparado con otros practicantes que habían podido persuadir a casi toda la gente de la prisión a renunciar al PCCh.

Hay muchas más historias que contar durante esta larga travesía. Parece que hubiera sufrido mucho durante esos 13 años en la cárcel pero en realidad me siento muy afortunado de haber conocido y estudiado Falun Dafa. La mayor lección que aprendí es que si podemos hacer lo que Shifu nos dice que hagamos, vamos a encontrar el modo de llevarlo a cabo. Ahora sé que puedo quedarme con el Fa recto de Shifu y ser un Dafa dizi del período de la rectificación del Fa. Es mi sueño a largo plazo y mi voto sagrado. Es también la piedad y bondad de Shifu. Voy a aprovechar la oportunidad de tomar la responsabilidad y misión de un Dafa dizi, y así ayudar a salvar a la gente que está perdida en las mentiras.

Debido a mi limitado conocimiento, todos los consejos de otros colegas practicantes serán bienvenidos.

 

Versión en inglés: http://en.minghui.org/html/articles/2012/8/26/135157.html