[Minghui Net] Justo después de este año nuevo chino, Teng del departamento judicial llegó a la prisión para mujeres de Heilongjiang para coordinar a la policía el lavado de cerebro forzado. Se decía que no importan las medidas que se tuvieran que tomar, todas las practicantes deben ser sometidas a lavado de cerebro antes de ser liberadas de la prisión.

Desde el 5 de marzo de 2012 todos las practicantes firmes que tenían que ser liberadas, han sido enviadas a la sala nº 9. 

Si una practicante se niega a cooperar, los guardias ordenarán a las reclusas que la torturen. Le cierran la boca con gruesas capas de cintas y le atan una toalla alrededor del cuello para que le cueste respirar. Luego arrastran a la practicante por el suelo. Algunas ya estaban muy débiles por el largo tiempo de persecución, así que las llevaban en sábanas a la sala nº 9. La practicante estaría de pie atada a una cama, sujetada a los palos de la litera con una cinta alrededor del pecho y las piernas. No podía mover los dedos de los pies, ni siquiera ligeramente, y la mantenían atada de esta manera durante 24 horas. Estaba vigilada 24 horas al día. Las “cuatro declaraciones” preparadas (similar a las tres declaraciones) estaban listas para que la practicante las copiara. Si se negaba, no la dejaban ir al baño durante cinco o seis días seguidos.  

 



酷刑演示:全身捆绑

Reconstrucción de la tortura: Todo el cuerpo atado

Si se sigue negando a renunciar, la practicante es forzada a sentarse en una banqueta de plástico de unos 10 cm de alto por 15 de ancho. La banqueta se pone en medio del suelo con un ladrillo de 50x50 cm como límite. La practicante tiene que sostener sus piernas juntas con ambas manos atadas y ubicarlas arriba de sus rodillas. Se tiene que sentar de esta manera durante 24 horas al día. Tres o cuatro reclusas se turnan para vigilarla, y no la dejan moverse ni cerrar los ojos. Los guardias, reclusas y colaboradores intentan hacer el llamado “trabajo de transformación” sin parar. La practicante debe seguir escuchando y no la dejan replicar.


长时间罚坐小凳子

Reconstrucción de la tortura: Forzada a sentarse en una banqueta pequeña por muchas horas

Si la practicante se cae o se desmaya, debe inmediatamente sentarse recta de nuevo. Si los ojos le empiezan a parpadear lentamente, le frotan sus ojos con una botella de agua de plástico. Algunos  torturadores usan palillos para mantener los párpados abiertos. Después de sentarse así por seis o siete días, las nalgas de las practicantes están heridas, sangran y el pus empieza a salir. Las costras de las heridas se pegan a su ropa interior. Sentarse de nuevo en la banqueta parece como agujas clavándose en las nalgas y les causa un enorme dolor. Incluso los movimientos más leves provocan que uno sienta dolor extremo hasta llorar.

Para las practicantes de Dafa, la tortura más insidiosa es pegarles notas que difaman a Shifu debajo las nalgas, debajo de sus pies, y alrededor de la banqueta. Puesto que sus manos están atadas juntas no pueden remover las notas. Cuando la practicante no puede aguantar más sentarse sobre las notas, los torturadores sacan la declaración preparada y le piden que la copie.

Cuando algunas practicantes son torturadas hasta el extremo, las reclusas les sostienen las manos atadas y copian la declaración antes de desatarla.

Ahora todas las practicantes son enviadas a la sala nº 9 por tres o cuatro meses antes de ser liberadas y son forzadas a sesiones de lavado de cerebro. Si una practicante es transformada, será trasladada a la sala nº 13 o 7.