[Minghui Net] La reunión número 21 del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, se llevó a cabo desde el 10 al 28 de septiembre del año 2012 en Ginebra, Suiza. Las atrocidades de sustracción de órganos del partido comunista chino a practicantes vivos de Falun Gong fueron expuestas durante la reunión. El señor Marc Flaquet, Presidente de la Comisión de los Derechos Humanos, Parlamento de Cantón de Ginebra, Suiza, publicó una declaración condenando los crímenes de sustracción de órganos forzada, e hizo un llamado a los oficiales chinos a tomar una acción para detener los crímenes.

 瑞士日内瓦州大议会人权委员会主席马克•费尔奎特 

Señor Marc Falquet, presidente de la Comisión de Derechos Humanos, Parlamento de Cantón de Ginebra, Suiza 

 

La siguiente es una traducción de su declaración:

Cada vez más miembros del Parlamento Suizo saben, y están extremadamente impactados, por los crímenes cometidos a gran escala en China en la sustracción forzada de órganos. 

Verdaderamente, China hoy en día, debido a su falta de moralidad, no es digna de ser considerada una potencia.

A pesar de su fortaleza económica, las acciones criminales de los miembros del gobierno chino en contra de su propia gente, desacreditan completamente a ese país a los ojos de la comunidad internacional. 

¿Qué se puede decir de un gobierno que permite que su propia gente sea asesinada para la sustracción y tráfico de órganos a gran escala?

Aún más serio y sin vergüenza, es que ciudadanos chinos que practican una disciplina para mejorar la salud corporal y espiritual y que intentan vivir a diario en paz, están siendo asesinados con la complicidad del gobierno chino. Hablo por supuesto de los practicantes de Falun Gong. 

Con respecto a los derechos humanos, si las autoridades chinas desean ser respetadas por la comunidad internacional, deberían dar el ejemplo y dejar inmediatamente de comportarse como una banda de retrasados mentales y bárbaros de la edad media. 

Sí, damas y caballeros, un gobierno que permite que los elementos más evolucionados y pacíficos entre su gente sean asesinados, solo puede estar compuesto de criminales sin valor y peligrosos psicópatas, que deberían hacerse tratar antes que las consecuencias de sus crímenes caigan inevitablemente de nuevo sobre sus propias cabezas. 

Ni la riqueza ni el poder hacen la grandeza de un ser humano, sino las cualidades morales y el coraje para luchar en contra de las propias debilidades.

Entre los chinos responsables, debe también haber aquellos individuos valiosos y honestos que se sienten avergonzados en vista de la barbarie perpetrada contra sus conciudadanos. Esta gente honesta tiene la responsabilidad de asumir el coraje con sus propias manos, y denunciar abiertamente tales prácticas criminales odiosas, para que el gobierno chino rápida y definitivamente acabe con estas.