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Soy una practicante que me he cultivado por más de diez años. Quiero expresar mi profunda gratitud por la salvación compasiva del Maestro en este Día Mundial de Falun Dafa y el 60.º aniversario del Maestro.

Tengo 67 años y comencé a estudiar el Fa en el año 1996. Tenía todo tipo de enfermedades en el pasado, hipertensión, enfermedad cardíaca, pero lo más grave era un cáncer de estómago en fase terminal. La inmensa mayoría de los hospitales se negaban a atenderme. Para ellos, yo sólo tenía 2 o 3 meses de vida, y me decían que me fuera a casa.

A causa de los sufrimientos de la enfermedad, mi comportamiento había cambiado también. Siempre estaba de mal humor y no me era fácil perdonar a otros. Mi marido murió pronto, mis dos hijos eran todavía pequeños. A mi edad y en estas circunstancias, en tal sociedad, ¿quién iba a ocuparse de mis niños en cuanto muriera?. La urgencia de seguir con vida me llevó a leer muchos libros sobre el budismo, pero no había encontrado una solución.

Arreglé con un amigo para que pueda cuidar de mis asuntos después de mi muerte. Cuando fui a su casa, me dijo que existía un qi gong que podía eliminar las enfermedades y mantener a la gente en buena salud. Él me llevó a la habitación donde estaba practicando sus ejercicios y vi la foto del Maestro por primera vez. Fue como si me encontrara con un miembro de la familia perdido de vista desde hacía mucho tiempo. El Maestro se veía tan dulce y agradable. Tuve la sensación profunda de que este era el verdadero Maestro que yo estaba buscando. Mi amigo me dio una copia de Zhuan Falun cuando me fui. Después de regresar a casa, decidí terminar de leer el libro, mientras todavía estuviera viva.

Cuando empecé a leer Zhuan Falun, el primer día, sucedió un milagro: mi cuarto estaba cubierto con una luz roja. Pensé que mi visión estaba perturbada, pero después de frotarme los ojos, seguía igual. Cuando leí el libro, detrás de cada línea en cada página estaba la imagen del Maestro. Me quedé de piedra: ¡este libro vino del cielo! Me conmovió mucho y lo terminé en tres días.

Experimenté otro milagro: una corriente fuerte de calor pasó a través de mi cuerpo de pies a cabeza. Me sentí tan bien y me relajé cuando esta corriente me atravesó. Desde ese día, el Maestro comenzó a limpiar mi cuerpo, vomité y tuve diarrea durante unos diez días. Las cosas que estaba vomitando eran negras y pegajosas. Desde ese momento fui capaz de comer y no he vuelto a tomar ninguna medicación. Me sentía como una persona normal.

Dos semanas más tarde fui de nuevo capaz de hacer mis tareas domésticas. Mi vecino se sorprendió al verme: "Todos pensamos que se estaba muriendo. ¿Qué has hecho para mejorar?". Le dije que había comenzado a practicar Falun Gong. Mis colegas y mis amigos han sido testigos del cambio milagroso producido por Dafa. Desde ese día, mucha gente viene a mí y me piden que les enseñe los ejercicios, y mi casa se ha convertido en un lugar de práctica.

Dafa me devolvió a la vida. Creo que Dafa es la fuente de mi vida y ya no puedo dejarlo. Alguien con muchas enfermedades y con un cáncer terminal fue capaz de recuperar plenamente la salud después de un mes de práctica. Dafa es realmente extraordinario. Mi gran cambio ha influido en la gente a mi alrededor y mis hijos también han comenzado a practicar Dafa

Desde 20 de julio de 1999 el PCCh comenzó a perseguir a Dafa frenéticamente y a calumniarlo. Con el fin de hacer un llamamiento a Dafa, mi hija y yo fuimos a Beijing. Desplegamos una pancarta, "Falun Dafa es bueno" en la Plaza de Tiananmen. La policía comenzó a golpearnos salvajemente. Me rompieron dos costillas en el costado derecho, pero no lo sabía en ese momento.

Cuando nos trasladaron a la prisión de Dongchang, el médico de la prisión dijo: "Ella tiene dos costillas rotas y hemorragia interna. Déjela ir". Cuando me soltaron, no pude subir en el autobús, hizo falta que alguien me llevara. Cuando llegué a casa, la gente que me visitaba lloraba después de ver los moretones que cubrían todo mi cuerpo. Durante mi convalecencia, vi Falun alrededor de mi cuerpo todos los días. En menos de tres semanas, me había recuperado por completo, por dentro y por fuera.

¡Shifu! Gracias por proteger a su discípula a cada instante, gracias por su salvación compasiva.

versión en inglés:http://www.clearwisdom.net/html/articles/2011/5/26/125550.html