[Minghui Net] Cada vez que acompañaba a una anciana practicante a la parada del autobús, y la veía como se subía con tanta dificultad, siempre me quedaba con un sentimiento extraño en mi corazón. Siempre necesitaba a alguien para que la ayudara a subir al autobús. Cuando el autobús se iba, desde mi corazón la deseaba que tuviera un buen viaje.

Conocí a esta anciana practicante hace tres años. Ahora tiene ochenta y dos, y lleva deambulando muchos años. Cuando llegó a la ciudad, me la presentó otro practicante. Tenía una actitud cariñosa hacia nosotros, y en pocas palabras nos comentó su situación. En el año 2000, debido a la persecución, tuvo que dejar su casa para evitar que la persiguieran. Sin embargo, hablaba de una forma dulce y tranquila, y no parecía para nada haber sufrido tantas tribulaciones. Durante la revolución cultural, se fue a la montaña a extraer mineral. Allí tuvo un accidente provocándole múltiples fracturas en los huesos, incluyendo la zona lumbar, el pecho y las piernas. Tras la caída, perdió el conocimiento y al día siguiente la encontró un campesino. El campesino la llevó a una cueva y luego al hospital para que la trataran urgentemente. Aunque todavía estaba viva, estaba paralizada y había perdido toda la capacidad de cuidar de si misma.

Como la anciana practicante tenía buena relación con sus compañeros de trabajo, y debido a que era una muy buena trabajadora, sus supervisores prestaron mucha atención a su salud y la llevaron varias veces a hospitales muy buenos para que la trataran. Sin embargo, debido a la gravedad de las heridas, no se recuperó completamente. Después de mucho tiempo tomando medicinas y poniéndole inyecciones, esto afectó de forma muy negativa a sus órganos internos y desarrolló muchas enfermedades. Se quedó en los huesos. A su marido le sentó muy mal que se quedara paralizada y comenzó a pegarle y a ocasionarle cualquier tipo de abuso todos los días. Además, tenía que seguir cuidando de su hijo que aún era joven. Todo el sufrimiento y las tribulaciones que sufrió en ese tiempo las describiré a continuación.

En 1995, uno de sus amigos le dio alguno de los libros de Dafa. Cuando terminó de leer Zhuan Falun, experimentó cambios tremendos, y sintió que había entendido el verdadero sentido de la vida. Así, empezó a sentarse en la cama y a hacer los ejercicios. Poco a poco se fue levantando de la silla de ruedas y hacía los ejercicios con la ayuda de unas muletas. De esta forma, comenzó a estar cada vez mejor. Todas las enfermedades de los órganos internos desaparecieron, y engordó bastante. Sus amigos y colegas ni siquiera la reconocían. Ella decía: “Me ha salvado Shifu Li Hongzhi”. Después de ver los cambios en ella, mucha gente de su alrededor también empezó a practicar Dafa. Más tarde, formó un grupo de estudio en su casa, y algunas veces, iban a estudiar el Fa con ella más de veinte personas.

Después del  20 de julio de 1999, cuando el régimen de Jiang empezó de repente la loca persecución en contra de Falun Gong y los practicantes de Dafa, les prohibieron a los practicantes seguir estudiando el Fa o hacer los ejercicios. Entonces, la anciana practicante fue al ayuntamiento con otros practicantes para explicar los hechos sobre Falun Dafa a los líderes políticos. También hicieron manifestaciones con grandes pancartas que decían: “Falun Dafa es bueno” y “Devolver el buen nombre de Shifu Li”. Sin embargo, varios oficiales de la policía los golpearon sin piedad y los detuvieron. La anciana practicante vio cómo golpeaban salvajemente a un joven y delgado practicante. Cuando estaban a punto de meterle al coche de la policía, les gritó a los policías: “¡Déjenlo marchar! ¡Yo iré en su lugar!”. Todos los policías se quedaron impactados por sus palabras. Liberaron al joven practicante y se llevaron a la anciana practicante a la comisaría. El jefe de la comisaría la interrogó en persona, y ella le explicó los hechos sobre Falun Gong. Le explicó: “Shifu me concedió una segunda vida, de otra forma, ya hubiera muerto hace muchos años. Ahora están difamando a Shifu y persiguiendo a Dafa. ¿No debería ayudar a que la gente entienda la verdad? Si el gobierno no sabe la verdad, y nosotros se la aclaramos, ¿Qué tiene esto de malo?” El jefe de policía estaba conmovido por su sinceridad, pero dijo que tenía que dejar de practicar Falun Gong. Contestó: “¿Cómo podría dejar de practicar Falun Gong? Continuaré haciendo lo que debo hacer”. Al final, el jefe de policía dijo: “Ya puedes irte a casa”. Gracias a sus fuertes pensamientos rectos, la anciana practicante volvió a casa sin ningún peligro.

Más tarde oí que la anciana practicante fue a Beijing por nuevos jingwens de Shifu que le iban a dar a otros practicantes. Pidió a otros dos practicantes que la fueran a buscar a la estación de tren cuando volviera porque ella no podía con todos los libros. Cuando llegó de Beijing, no vio a nadie en la estación. Después de mucho esfuerzo para encontrar un sitio apropiado para colocar y llevar los libros, otro practicante le dijo que habían detenido a los dos practicantes que habían quedado en ir a buscarla. También habían dado su nombre a los oficiales de la policía quienes iban a llegar enseguida para detenerla a ella también. Entonces,  la anciana practicante dejó los libros de Dafa en casa, agarró algo de ropa, y le dejó una nota a su hijo donde decía que se había ido al hospital a visitar a un amigo. Asimismo le decía que no la esperara a cenar. De esta forma, la anciana practicante dejó su ciudad natal y comenzó a vagar durante alrededor de más de diez años. Ese día, justo después de marcharse, fueron a su casa una docena de policías y obligaron a su hijo a que les dijera donde estaba su madre. Después, comenzaron a seguir a su hijo, y aún continúan haciéndolo.

Cuando conocí a la anciana practicante hace tres años, estaba muy delgada y enferma. Tenía una pierna muy diferente de la otra- una era más larga y delgada que la otra. Uno de los muslos se le dislocaba con mucha facilidad. Un día que la fui a ver, acababa de dislocarse el muslo, y era tan doloroso que se le retorcía la cara de dolor y quedaba inmóvil. Muy despacio fue colocándose el hueso en la articulación. Lo que más me sorprendió es que no podía doblar una de sus piernas, y que incluso le resultaba muy difícil ponerse una media. Lo que le resultaba más difícil era que no podía agacharse y que siempre necesitaba agarrarse a algo para utilizar el baño. Realmente no se cómo perseveró durante los últimos diez años viviendo fuera. Además de esto, tenía muchas deformaciones en la zona de la espina lumbar, por lo que le resultaba muy difícil para caminar.

Que crimen tan tremendo ha cometido el régimen comunista persiguiendo a una anciana que perdió la capacidad de vivir ella sola. Sin embargo, bajo una presión tan grande y a pesar de las dificultades, ha seguido haciendo su propio camino de cultivación. Cuando llegó a nuestra ciudad, algunos practicantes tuvieron la sospecha de que fuese una espía, y dijeron a otros practicantes que no la permitieran entrar en sus casas. Pese a verse envuelta en estos malentendidos, la anciana no se enfadó, en lugar de esto, nos explicó con paciencia su situación y la razón por la que llevaba vagando todos estos años. Algunos practicantes no le creyeron y se negaron a ayudarla. Pero su sinceridad conmovió a muchos otros practicantes quienes le ofrecieron algo de dinero, ropa y algunas otras cosas. Pero se negó a aceptar cualquier cosa. Algunos practicantes estaban conmovidos y dijeron: “Su situación es muy difícil, solo queremos ayudarla”. Entonces, la anciana practicante tomó el dinero, pero después de esto, intentó por todos los medios dar el dinero a los practicantes que se encontraban detenidos en la cárcel o en campos de trabajos forzados para que se pudieran comprar algo de ropa. El resto del dinero se lo dio a los practicantes que conocía y les dijo que lo utilizaran para hacer material de información. Al final, no se quedó nada de dinero para ella.   

En nuestra ciudad, la anciana practicante iba cojeando para repartir material de información en el campo, parques y centros comerciales. Una vez en un parque, se torció el tobillo y no pudo andar más. Tuvo que descansar un rato largo hasta que pudo volver a andar. Aun así, insistía en acabar de repartir todos los materiales. No importaba si hacía viento, estaba lloviendo, o hacía un sol abrasador, siempre iba caminando con su bastón para cumplir con sus responsabilidades. En una ocasión, llegó hasta el paso fronterizo con Laos. Aunque vio que muchos coches estaban esperando en fila para pasar el control, no le dio importancia a esto. Más tarde, los oficiales de la policía la encontraron el libro Zhuan Falun y la interrogaron. Al final, el conductor dijo al oficial de policía: “Se trata de una mujer tan mayor, y discapacitada, ¿que podría hacer?”. Así, protegida por Shifu, la anciana practicante volvió con toda tranquilidad. Al día siguiente se fue de nuestra ciudad y se dirigió hacia el sur.

El pasado mes de agosto, unos compañeros practicantes me dijeron que la anciana practicante había vuelto a nuestra ciudad. Algunos de nuestros practicantes fueron donde se estaba quedando. Nos dijo que durante las olimpiadas de Beijing, volvió a su pueblo natal, pero seguía habiendo mucha persecución. Todavía no podía volver a casa porque los oficiales de policía seguían yendo a su casa y acosaban a su familia.

Se enteró de que varios practicantes habían dejado de practicar Dafa debido a la persecución, y habían empezado a hacer otras prácticas. La anciana practicante los buscó y les pidió que creyeran firmemente en Shifu y Dafa, y que no tuvieran miedo de la persecución. Les dijo que con la protección de Shifu no hay nada que temer. Nos pidió que estudiáramos el Fa e hiciéramos las tres cosas bien. Aunque ha estado deambulando, aún sigue cultivándose de forma diligente. Muchos se han sentido inspirados gracias a sus pensamientos rectos y acciones rectas.

Cuando vi a la anciana practicante esta última vez, había engordado algo, y parecía mucho más joven. Cuando le pregunté que si había sufrido alguna tribulación durante estos últimos tres años, parecía muy feliz y contestó que con la protección de Shifu, no había tenido ninguna dificultad.

Más adelante, se dio cuenta de que varios de nosotros también practicantes teníamos que invertir mucho tiempo en viajar en el autobús para estudiar el Fa con ella. Así que nos dijo: “No puedo permitir que pierdan tanto tiempo por mi, siento que estoy siendo demasiado egoísta”. A partir de ahora yo iré a donde están ustedes”. Después de esto, ella vino a nuestro grupo de estudio del Fa. Un día estaba lloviendo mucho y todos pensamos que no vendría. Pero no tardó mucho en llegar. Todos nos sentimos conmovidos al ver que a pesar de lo que llovía vino a unirse al grupo. Cuando se fue por la tarde, todavía seguía lloviendo mucho, y caían muchos truenos. Así que envié un pensamiento al tiempo y pedí que dejara de llover mientras ella volvía a su casa. Después de un rato, dejó de llover. Y aproximadamente en una hora, cuando la anciana practicante estaba a punto de llegar a su casa, comenzó a llover de nuevo.

Ahora, la anciana practicante se marchaba de nuevo. Estaba muy delgada y tenía todo el pelo blanco y le costaba mucho andar sola. Sin embargo, cada paso que daba era muy firme. ¡Han pasado ya diez años! ¡Quien puede imaginar en cuantos lugares ha estado esta anciana de ochenta y dos años, y cuantas semillas ha plantado para salvar gente! Sin la protección de Shifu y su firme creencia en Shifu y Dafa, no podía haberlo conseguido. Pero lo consiguió, y sigue muy pacífica y tranquila. Nadie sabe cuantas tribulaciones ha soportado durante estos últimos diez años, y cuántas dificultades ha superado, porque nunca le ha dicho nada a nadie. Es solo una anciana común, es solo una Dafa dizi común. Pero por otra parte, es una gran Dafa dizi y una partícula brillante de Dafa creada por el gran Fo Fa.

 

Versión en inglés: http://clearwisdom.net/html/articles/2011/2/22/123399.html