[Minghui Net] En tiempos antiguos, un mensajero del gobierno de China salió a primera hora de la mañana. Un hombre que portaba objetos de valor vio al mensajero con una larga lanza y se asustó, por lo que se escondió entre los arbustos.

El mensajero escuchó un ruido que venía de los arbustos, pero no vio a nadie. Pensó que un tigre o puma estaba escondido allí, usó su lanza para echar un vistazo y mató al hombre por accidente. Después de que se dio cuenta que había matado a alguien por error, no lo informó al gobierno. En cambio, tomó objetos de valor de la persona, dejó el cuerpo entre los arbustos, y se alejó.

Nadie había visto el accidente. Fue entonces muy rico, se casó y fue padre de una niña. Un día, mientras estaba de pie frente a su casa, vio al hombre que había matado por error. Corrió a la casa, cerró la puerta y se asomó por detrás. El hombre entró en la casa de su vecino, que era un curtidor.

Poco después, la esposa del curtidor dio a luz a un hijo. El mensajero, recordando lo que había hecho, era muy amable con su vecino y su hijo. Prometió que cuando fueran grandes, casaría a su hija con su hijo. El curtidor estaba tan contento que hizo que su hijo prometiera tratar al mensajero, como a su propio padre.

Un caluroso día de verano, el mensajero se emborrachó, se fue a la cama, y comenzó a sudar profusamente. El hijo del curtidor, que lo estaba cuidando, usaba un cuchillo para limpiarle el sudor. El mensajero, estando ebrio, sintió algo en su estómago, pensó que era un mosquito, dio una palmada, clavando el cuchillo a su estómago.

Antes de morir, le dijo a su familia toda la historia y decidió casar a su hija con el hijo del vecino, dándole toda su riqueza. Entonces, les dijo que esa riqueza inesperada había venido debido a la codicia. “Es por eso que tuve mala suerte. Ahora la devuelvo. A partir de ahora, tienen que ser buenos y no hacer nada en contra de su consciencia.”

(Basado en “La manera de obtener buena suerte y evitar desastres”)

 

Fecha de publicación: 27/10/2011