En el pasado, trabajé como coordinadora en el departamento de marketing de una sociedad de servicios financieros. Me gustaba mi trabajo y siempre fui una persona respetada por todos. Por consiguiente, trabajaba muy duro y siempre trataba de terminar mi trabajo perfectamente. Mis dos directores anteriores estaban muy satisfechos conmigo y sin embargo, cuando llegó el tercer director todo cambió.

Este director me hacía pasar malos ratos creándome muchos problemas, Al parecer, pretendía despedirme. Me ponía en situaciones difíciles y en ocasiones, al límite de mi resistencia, pero rehusé perder mi puesto aún con mi salario suspendido. En ese momento tenía sólo treinta años. A pesar del hecho que esta situación no se justificaba, estaba muy molesta y no quería encontrarme con nadie. Sufría interiormente y me preguntaba por qué era tan difícil ser una buena persona y cómo podría continuar viviendo en este mundo.

En ese momento, se acercó una compañera, la Sra. Sun, y me dio el libro Falun Gong y me dijo que sería muy bueno que leyera ese precioso libro. Habitualmente, no me gusta leer y cada vez que leo un libro, me da sueño. Sin embargo, mientras más leía Falun Gong, más quería continuar con la lectura. Me sentí completamente cautivada por este libro y continué leyéndolo hasta la medianoche Todas las preguntas que me había planteado en la vida estaban allí expuestas y contestadas claramente. Entendí el por qué de los dolores y enfermedades y por qué la gente tiene tantos problemas y dificultades. Entendí sobre la relación entre la pérdida y la ganancia, y cómo el yeli es el resultado de las malas acciones del pasado. Supe que Verdad-Benevolencia-Tolerancia, era el único criterio para distinguir a las buenas personas de las malas.

La Sra. Sun me trajo "Zhuan Falun" me instó a leerlo. Hice lo que me aconsejó e inmediatamente experimenté un gran cambio; empecé a comer bien y a dormir a pierna suelta. También me enseño entonces cómo practicar los ejercicios. A principios de 1999, me llevó a un sitio de práctica. Viendo que todas las personas eran tan amigables y me trataban con tanta gentileza, decidí inmediatamente comenzar a practicar Falun Gong y cultivarme para ser una buena persona. El Maestro me ayudó más tarde a purificar mi cuerpo. Rápidamente desaparecieron todas mis enfermedades, tanto mi enfermedad de la piel como la sinusitis, los dolores de la pierna y los dorsales. Mi cuerpo entero se volvió ligero y me sentía muy confortable; me sentí libre de enfermedades. Estaba muy agradecida al Maestro desde el fondo de mi corazón y decidí practicar Falun Dafa.

Más tarde, empecé a poner atención a todo lo que hacía y decía; comencé a mirar con más consideración a mi marido y a mis niños, porque el Maestro dice que una mujer debe ser afectuosa con su marido. Me volví disciplinada en Verdad-Benevolencia-Tolerancia, en todos los aspectos. Cuando me encontraba con extranjeros, igualmente los trataba con un corazón desinteresado. Viendo grandes cambios en mí, mi marido me apoyó mucho en mi práctica de Dafa y toda mi familia se volvió más armoniosa. Cada vez que me encuentro con gente, les hablo de las características maravillosas de Dafa y de Verdad-Benevolencia-Tolerancia.

Para mi sorpresa, ocurrió que rápidamente me fui a trabajar a otra compañía que era de un nivel superior. Cuando volví a mi antiguo trabajo para tratar algunos asuntos, continué saludando a los que deliberadamente me habían creado problemas, como si nada hubiera pasado. Para mi sorpresa, fui acogida calurosamente. Uno de mis antiguos colegas me dijo: "Perdóname; el hecho de que te causara perjuicios antes de irte, fue por culpa del director que creaba muchos problemas". Y yo le dije: "Practico Falun Gong. El Maestro nos enseña a ser buenos con todo el mundo. Si algo hice mal antes, por favor, perdónenme. Aplico los principios universales de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, por consiguiente, no guardo ningún rencor".

Viendo la armonía en el seno de mi familia, mi comportamiento apacible y la gran mejoría en mi salud, el anterior director expresó que quería estudiar Zhuan Falun.

Una vez, mientras hacía las compras en una galería comercial, comprobé que había recibido 50 yuanes de más y me apresuré a devolvérselos a la cajera. Había cinco o seis personas en la caja haciendo cola. Pregunté a la cajera cuánto dinero me había devuelto, y en cuanto me escuchó, se encolerizó diciendo: "No me he equivocado al darle el vuelto". Al decirle que había recibido de más, se quedó asombrada y al instante, se apresuró a disculparse. Este tipo de cosas me ocurren a menudo y siempre devuelvo al cajero las monedas recibidas de más.

Mi familia posee una granja. Como mi marido estaba muy ocupado en otro tipo de trabajos, decidimos alquilársela a alguien. Firmamos un contrato en el que constara que a los tres años, el contratante tenía que pagar 90.000 yuanes y devolver todos los bienes, sin que importaran los desastres naturales que pudieran ocurrir. Cuando el contrato llegó a su fin, el contratante dijo que se había producido una pequeña catástrofe y que era incapaz de pagar la cantidad que se había comprometido. Él tenía mucho miedo de que lo enjuiciáramos y se puso a llorar, arrodillándose en la tierra para suplicarnos que tuviéramos piedad. En aquella época, 90.000 yuanes era una cantidad importante. ¿Qué debía hacer?

Al recordar en ese momento, que yo era una practicante de Dafa, supe que no se podía iniciar un proceso judicial para obligarle a pagar el dinero como lo haría una persona común. Por otro lado, si le obligaba a pedir dinero prestado para que me pagara ¿Con qué iba a vivir su familia? Tampoco se podía ejercer algún tipo de presión para obligarle a pagar. Como alguien que se cultiva, comprendí al fin que esto que se había producido era el resultado de unas relaciones predestinadas. Pensé que ya que no podía perjudicarle si él era incapaz de devolver el dinero, simplemente tenía que renunciar a ello.

Traté de explicar este entendimiento a mi marido y le aconsejé que abandonara los 90.000 yuanes. Mi marido sintió que si hacíamos esto, íbamos a sufrir una gran pérdida financiera. Yo le dije: "Me he beneficiado enormemente gracias a Dafa, debo disciplinarme de acuerdo con el criterio de Dafa. No retrocedamos a una posición desde donde sería imposible escapar". Mi marido finalmente comprendió y aceptó.

Entonces le dije al contratista: "Si no fuera practicante de Falun Gong, le hubiera denunciado y le hubiera forzado a devolverme la cantidad que debe. Pero como ahora practico Falun Gong, no tendrá que devolverme los 90.000 yuanes. No vamos a iniciar ningún pleito". El contratista se quedó tan emocionado que comenzó a llorar diciendo: "Ustedes son mis benefactores; les pido que me perdonen". ¡A veces me quedo muy sorprendida cuando veo los apegos que he tenido que abandonar, para convertirme en una buena persona! Dafa cambia a la persona desde el fondo de su corazón. Es por esto que cada discípulo de Dafa ha experimentado realmente grandes cambios y se ha convertido en una buena persona.

Al poco tiempo de ocurrir este hecho, un amigo que vivía en otra localidad nos llamó para decir que había un proyecto para mi marido. Por hacerse cargo de éste, mi marido ganó 120.000 yuanes. Así cubrimos no sólo la pérdida de los 90.000 sino que ganamos 30.000 más. Tal como nos enseña el Maestro: "(…) Si algo te pertenece, no lo perderás; si algo no es tuyo, no podrás obtenerlo aunque luches por ello". (Zhuan Falun. Lección 7 "La envidia")

Comprendí plenamente que cada palabra en Zhuan Falun es la verdad; la verdad absoluta. Hay muchos testimonios de practicantes y muchos milagros que se han producido para la gente que cree en Dafa. Ellos personalmente han sido testigos de que "Falun Dafa Hao" (Falun Dafa es bueno).

Version en inglés en: http://www.clearwisdom.net/html/articles/2010/10/18/120880.html