[Minghui Net] Mi nombre es Huang Yanqing. La tarde del 25 de junio de 2008, fui secuestrada por dos policías que me forzaron a entrar en un coche patrulla y luego me llevaron al centro de lavado de cerebro Haikou en la ciudad de Haikou, provincia de Hainan.

Allí me encontré con los colaboradores que había conocido cuando estuve la primera vez en el campo de trabajos forzados. Ellos dijeron que me habían estado buscando durante muchos años. El lugar era muy oscuro y lúgubre. Las ventanas estaban todas cerradas, había incienso quemándose, y sonaban canciones budistas. Tan pronto como entré, todos ellos se agruparon a mi alrededor, y gritaron mi nombre. Ellos insultaban a Dafa y a Shifu, y mi práctica de Falun Gong. Una persona estaba hablando entre dientes cosas al lado mío y cuando giré para mirarla tenía una expresión extraña. Debido a que mis propios pensamientos rectos no eran lo suficientemente fuertes, inmediatamente escuché cosas estruendosas en mis oídos y mi cabeza sintió como si llevara puesto un sombrero. Ellos dijeron que eso era una posesión animal y tenían que deshacerse de eso por mí. Algunos me golpearon en la espalda de manera violenta. Yo sabía que estaban burlándose de mí.

Había sido "transformada" en contra de mi voluntad cuando estuve con anterioridad en el campo de trabajos forzados y bajo la persecución del partido comunista chino (PCCh). No quería ser "transformada" otra vez. Intentaron y me forzaron a que abandonara mi cultivación, quemaban incienso hasta que la habitación se llenaba con un humo oscuro, gritaban en mi oído a través de un megáfono, y me golpeaban en la cabeza con libros de Dafa. Le pidieron a una persona "transformada" de mi pueblo que intentara persuadirme para que renunciara a Dafa. Ésta dijo que no podría salir si no renunciaba a mis creencias, y que ellos me golpearían hasta la muerte, y no tenía oportunidad de ganar en la pelea.

En privado le dije al compañero que no debería practicar con materiales budistas falsos allí y lo antes posible debería deshacerse de éstos". Ellos no te dejan dormir, te golpean cada día y te magullan todo el cuerpo. Te golpean cuando te hacen preguntas y te pegan, tanto si les respondes como si no. Es extremadamente malvado. Cómo puede ser este el verdadero budismo. ¿Podría ser así el verdadero budismo?

Además de estas presiones, estuve esposada mucha veces a la ventana de los servicios toda la noche. Lo peor era después de las 22.00 h. Cuando estaba cansada, ellos me golpeaban en cuanto cerraba los ojos, para no dejarme dormir. Me obligaban a dar vueltas alrededor de la estatua de buda en la habitación, mientras además salmodiaban "Ah_Mi_Tuo_Fo (Buddha Amitabha), para intentar y obligarme a "transformarme". Cuando me negaba a acceder, ellos llamaban a un recién transformado, un hombre de unos treinta años, que me golpeaba. Varias veces él utilizaba sus manos para asfixiarme y me golpeaba la cabeza contra la pared. Algunas veces era obligada a estar toda la noche de pie con las manos y las piernas apretadas estiradas y no me estaba permitido moverme. Cuando hacía el menor gesto debido a una picadura de mosquito, él me pegaba en el cuerpo, en la cabeza, o en la espalda.

Ellos me obligaban primero a estar recra y de pie, después con una de las manos agarrándome la oreja en el lado opuesto, tenía que doblar la cintura y tener la otra mano tocando el suelo por el otro lado. Después tenía que seguir girando en círculo mientras me agarraban en esta posición. Eso era insoportable-el tiempo transcurría, y mis manos y piernas se cansaban y comenzaba a temblar. Al final me caía cuando era incapaz de estar en esa posición más tiempo.

A causa de que la persecución era tan difícil de soportar, pensé que también podrían meterme en la cárcel. No pensé en eliminar las sustancias malvadas que había detrás de los persecutores. Ellos decían que tenía que ser educada allí durante varios días. Quería ir a la cárcel. Esa noche, vinieron dos hombres de unos cuarenta años. Me obligaron a sentarme en un banco, me golpearon la cabeza, las orejas, y los ojos con libros de Dafa. Rompieron unos seis o siete libros de Dafa mientras me golpeaban, y dejaron el suelo lleno de trozos de papel. Mi nariz, mis ojos y mi cabeza, todo me dolía. Perdí la audición, y estaba mareada. Me golpearon el reverso de mis manos, lo que hizo que se hincharan y me doliera durante muchos días. Además me pisaban mientras estaba en el suelo.

Un par de días después, unas cinco o seis personas me rodearon, algunos me agarraron la cabeza, otros me golpeaban la espalda para obligarme a "transformarme". Fui golpeada tan fuerte que verdaderamente no podía estar más de pie, y finalmente accedí. Así fue como el PCCh me forzó a "transformarme". También escribían artículos difamando a Dafa y a Shifu, y me agarraban de la cabeza para obligarme a leerlo. Me forzaban a copiar los artículos unas tres veces. Cuando acababa de copiarlos por segunda vez, al agarrarme la cabeza, ésta me dolía. Me iluminé a que no tenía que copiar los artículos, pero verdaderamente no podía soportar los golpes.

Al día siguiente, dijeron que me había "transformado" de forma voluntaria, aunque fui obligada a hacerlo por el PCCh. Como no podía soportar su continua tortura y persecución, fui obligada a escribir las tres declaraciones. Más tarde, estaba muy enfadada conmigo misma. En el descanso para almorzar tuve un sueño, en el cual vi que estaba sujetando una flor de loto muy bonita, pero la había roto yo misma. Cuando me desperté, rompí todo lo que había escrito. Cuando ellos lo descubrieron, me torturaron durante una semana más utilizando todo tipo de medios, con el fin de forzarme a escribir otra más. Me privaron de dormir durante una semana y me obligaron a hablar mal de Dafa y Shifu, y rompieron fotos de Shifu de los libros de Dafa para obligarme a pisarlas. Ellos a menudo pisoteaban las fotos de Shifu, y aseguraban no tener miedo de la retribución del ye (kármica). Todos llevaban amuletos budistas y utilizaban colchas con insignias budistas. En la pared al lado de la cama colgaron fotos budistas. Decían que no tenían miedo a morir.

Siguieron intensificando su persecución hacia mi. Me obligaban a girar en círculos en la habitación desde las 6 de la mañana a las 1 de la madrugada y a escuchar canciones budistas de una cinta. Me forzaron a seguir la cinta y a cantar a coro las canciones mientras daba vueltas en círculo, y me golpeaban si paraba de cantar y de caminar. Después de dos días mis pies estaban hinchados y no podía caminar más. Algunos decían que querían volverme loca. Otros me aplicaban métodos de tortura que habían aprendido en el pasado. Usaban todo tipo de lenguaje despectivo. Cada día, venían a mi habitación a recitar mantras que me hacían sentir incómoda. Mis orejas y mi cabeza estaban tan doloridas que no podía aguantarlo. Todo mi cuerpo estaba débil y me derrumbaba. Me precipité hacía el pasillo para pedir a Shifu que me salvara y limpiara mi cuerpo. Si no hubiera sido por nuestrao gran Shifu, habría muerto.

Además me tentaban con todo tipo de intereses. Ponían DVDs desagradables que me molestaban de forma que no podía hacer bien mi cultivación. Esa vez, fui perseguida durante dos meses enteros. La última vez fui torturada en el campo de trabajos forzados, me esposaron, usaron porras eléctricas para electrocutarme, y mi salud estaba gravemente dañada. Esa vez ellos me torturaron y me injuriaron otra vez. No me recuperé de mis lesiones y mi sordera hasta mucho después que fui liberada del centro de lavado de cerebro.

Fecha de edición: 15/02/2009
Fecha del artículo original: 13/02/2009
Versión en inglés: http://www.clearwisdom.net/emh/articles/2009/2/13/104775.html