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Entendiendo la verdad y renunciando al PCCh, el hijo de una mujer se recupera de cáncer de hueso

En septiembre de 2008, dos mujeres de edad media se sentaron frente a mí en la estación de tren de la ciudad de Zhengzhou, provincia de Henan. Inmediatamente noté que una de las mujeres estaba estresada con una mirada de preocupación. Después de hablar con ella, me enteré que a su único hijo, que tenía solo 18 años y acababa de aprobar los exámenes para la universidad, le diagnosticaron cáncer óseo. Su universidad ya la habían contactado para discutir la renuncia de su hijo a la universidad.

Le clarifiqué la verdad sobre Dafa a las dos y les expliqué lo de las renuncias al Partido Comunista Chino para proteger sus vidas. También les conté sobre varios enfermos de cáncer que se recuperaron después de recitar sinceramente "Falun Dafa hao". Le dije a ella: "Siempre que creas, tu hijo será salvado".

Inmediatamente me dijo: "Te creo. Creeré en lo que sea mientras la vida de mi hijo sea salvada". Ambas renunciaron al PCCg usando un alias. Ella también quitó a su hijo del PCCh. Le aconsejé cuidadosamente: "Renunciar al PCCh no tendrá efecto si tu hijo no está de acuerdo. Cuando él esté de acuerdo, puedes hacerlo de nuevo escribiendo en un billete. El verdadero efecto depende de tu hijo mismo. Antes que él entienda y acepte la verdad, puedes ayudarlo recitando tu misma la frase. De este modo, Shifu también cuidará de él. Sin embargo, sería mejor si él pudiera hacerlo sinceramente desde su corazón. De esa forma seguramente será salvado". Les di un MP3 con las lecciones del Fa de Shifu en Dalian para que ambas escucharan en sus casas. Les dije que deben respetar a Shifu y al Fa. Ambas estuvieron felices y de acuerdo en grabar el MP3 en sus computadoras. Me querían pagar, pero no acepté nada. Les dije que la recuperación de su hijo me haría más que feliz.

Me dejó su número de celular, luego me dijo que trabajaba para el buró de impuestos y que nos veríamos de nuevo.

El 6 de octubre de 2009, logré comunicarme con ella por teléfono para preguntarle sobre su hijo. Cuando reconoció mi voz se emocionó mucho y me agradeció una y otra vez diciendo: "Mi hijo se recuperó y el año pasado comenzó la facultad. Ahora le va muy bien en todas las materias, y todos en la familia están muy bien. ¡Tienes que venir a visitarnos! ¡Toda mi familia quiere conocerte! ¡Ven por favor!"

Le dije: "Por diversos motivos, me llevó un año llamarte. Sin embargo, siempre creí que tu hijo se recuperaría algún día, así que esperé hasta ahora para llamarte. Cuando surja la oportunidad definitivamente iré a verte. ¡Deseo lo mejor para toda tu familia! No te olvides lo que te dije en el tren". Ella me contestó: "¡Me acuerdo! ¡Me acordaré!"

El Sr. Dou clarifica la verdad: "Yo también debo salvar a la gente"

Una calurosa tarde de verano en 2009, en la ciudad de Tianjin, provincia de Hebei, oficiales de policía descansaban en un mercado de comidas. El Sr. Dou tenía folletos de Falun Gong y billetes con mensajes de clarificación de la verdad escritos en ellos, y se los entregaba a los oficiales. Cuando le preguntaron por qué estaba haciendo eso, él contestó valientemente: "¡Yo también debo salvar a la gente!" Su declaración tuvo un efecto positivo en ellos, y respondieron tranquilamente: "Nosotros ya sabíamos".

El Sr. Dou se jubiló de la guardia cuando era joven y tuvo que poner un puesto de comida en el mercado para ganarse la vida. Trabaja duro desde el amanecer hasta el atardecer para sostener su familia desesperada.

Un día un practicante que va regularmente a clarificar la verdad sobre Falun Gong le llamó su atención. Cuando estaba haciendo las compras, el practicante no escogía las mejores cosas ni tampoco regateaba el precio. Él entendía las dificultades de ambos dueños y solo los persuadía con palabras de compasión: "Una persona deber ser sincera, amable, tolerante, indulgente, y magnífica. Hay consecuencias tanto para el bien como para el mal". Con estas nobles palabras y actos, el Sr. Dou llegó a entender la verdad sobre Falun Dafa. Luego dijo sinceramente: "Voy a decir algo que siento es justo y es que los practicantes de Dafa realmente son buenas personas".

Desde ese momento en adelante, el Sr. Dou comenzó a leer con placer y regularmente los folletos y volantes de los practicantes de Dafa. Llegó a entender claramente la maldad del Partido Comunista Chino y renunció a este.

Con su corazón libre de preocupaciones y su negocio sobre ruedas, él estaba lleno de esperanzas para el futuro. Cuando veía practicantes que compraban con billetes con mensajes de Falun Gong, los buscaba para intercambiar su propio dinero por estos. Dijo orgullosamente: "Yo también debo salvar a la gente".

Una amiga vino a casa para que la ayudara a renunciar al PCCh

Por un practicante en la ciudad de Nanchang, provincia de Jiangxi

Una amiga es la esposa del jefe de un centro de distribución de granos. Varios años atrás, intenté explicarle los hechos de Falun Gong. Le entregué materiales informativos y DVDs, pero me los devolvió unos días después, diciendo que no podía entenderlos. Sin embargo, nunca me di por vencida y siempre que la encontraba le clarificaba la verdad.

Unos días atrás, vino a mi casa y me pidió que la ayudara a renunciar al PCCh. Dos días después, vino y me dijo: "Ayuda a mi esposo a renunciar también. Él también quiere renunciar". Luego, después de otros dos días, vino una vez más y me pidió que ayudara a su hijo y a su nuera a renunciar al PCCh también.

Antes de eso, ella siempre intentaba evitarme cuando me veía, temiendo que yo le hablara de Falun Gong nuevamente. Incluso hablaba entre ellos para evitar verme, ya que sabían que yo siempre les hablaría de Falun Gong. Pero esta vez ellos tomaron la iniciativa de venir a mi casa para que toda la familia pueda renunciar al PCCh.

Versión en inglés en: http://www.clearwisdom.net/html/articles/2009/11/7/112156.html