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¡Saludos Shifu! ¡Saludos compañeros Dafa dizi!

Hace un año y medio, los practicantes de Argentina lanzamos La Gran Época para poder aclarar la verdad a mayor escala según los requisitos de esta fase de la rectificación del Fa. Hoy me gustaría compartir con ustedes mi proceso de cultivación en este año y medio colaborando con LGE.

El lanzamiento de LGE en Argentina fue pocos meses después de la aparición de los 9 comentarios, y casi inmediatamente después de que se tradujeran al español. Es decir, LGE acompañó este cambio en las circunstancias de la rectificación del Fa. A la vez, nos planteó un gran desafío, ya que iba a ser la primera vez que trabajáramos juntos en un proyecto tan grande y a largo plazo. Es decir, nos planteó un gran desafío en nuestras cultivaciones, ya que los requisitos eran más altos que antes y teníamos que involucrarnos en algo que nunca habíamos hecho antes.

LGE no es un periódico común. No sólo porque su objetivo es salvar seres concientes, no sólo porque es la plataforma para difundir los 9 comentarios y destruir al malvado PCCh, sino porque para nosotros se trata ante todo de un proceso de cultivación. Y la verdad es que este año y medio fue un proceso muy intenso y acelerado de cultivación.

Cuando comenzó LGE, sólo participábamos tres practicantes. Aunque ninguno tenía experiencia alguna para hacer el diario, no nos detuvimos por eso, y con el entendimiento de que el periódico iba a ser una poderosa herramienta para aclarar la verdad, nos pusimos manos a la obra. Desde el primer momento sentí una gran responsabilidad hacia el periódico, pensaba que para que tuviera realmente un buen efecto, teníamos que hacer un buen producto, y eso implica mucho tiempo y esfuerzo, y una gran responsabilidad, especialmente siendo sólo tres practicantes involucrados en la parte editorial. Así que al comienzo fue muy difícil, porque a la dificultad de no tener experiencia y tener que aprender intuitivamente en el proceso, se sumaba la dificultad de ser pocos, y al mismo tiempo poder balancear bien la facultad, el trabajo y la familia.

A veces se hacía muy difícil, tenía que hacer muchas cosas al mismo tiempo y ¡en distintos lugares al mismo tiempo! Yo siempre consideraba las cosas de Dafa como las más importantes, pero al mismo tiempo mantenía un sentido de responsabilidad hacia mi papel en la sociedad humana común, así que después de terminar mis tareas de Dafa, continuaba con las cosas de gente común, tratando siempre de hacerlo lo mejor posible. Pero hubo veces que realmente no me alcanzaba el tiempo, por más que yo seguía intentando hacer todo lo mejor posible. Y en esos casos, ¡las cosas siempre se arreglaban para que yo pudiera hacer todo! Profesores enfermos, exámenes postergados, huelgas, desinfecciones inesperadas en la facultad... siempre me daban un tiempo más para terminar bien todo lo que tenía que hacer. Pero es bueno aclarar que esto siempre ocurre cuando tengo pensamientos rectos, de querer ser responsable con todo y hacerlo todo lo mejor posible. Alguna que otra vez intenté "especular" con que si decidía quedarme haciendo algo del diario, seguro que no tendría problemas con la facultad, porque algo ocurriría y entonces mi carrera no se vería afectada. Pero siempre que pensé así, no pasó nada, y es porque no estaba siendo realmente responsable, ni era un pensamiento recto, ya que en lugar de hacer el esfuerzo, estaba esperando que Shifu me arreglara las cosas para mi comodidad. Sólo cuando no tenía intención de que pasara algo y mantenía el pensamiento de ser responsable con todos los aspectos de mi vida, Shifu me arreglaba todo para que pudiera hacerlo bien.

Varias veces la presión era muy grande, y tenía el tiempo muy ajustado, al punto de pensar en abandonar una materia o incluso dejar de estudiar, y de esta manera tener más tiempo para validar el Fa. Pero siempre que eso ocurría, Shifu utilizaba la boca de alguna persona para darme una pista de que lo correcto era seguir estudiando. Era realmente sorprendente, ni bien yo tenía el pensamiento de dejar de estudiar, alguna persona venía y comenzaba a hablarme de lo bueno que era tener un título universitario, o de repente el profesor tenía que irse de urgencia y entonces el examen se posponía. Yo creo que este tipo de pensamientos aparecían por no entender profundamente la forma de cultivación que Shifu nos dio. Yo creía que sólo al hacer cosas que se relacionaran directamente con algunas de las tres cosas que los Dafa dizi tenemos que hacer, estaba validando el Fa, y que tener muchas obligaciones en la sociedad común era prácticamente una interferencia. Pero me tuvieron que pasar varias de esas experiencias para darme cuenta de que estudiar y trabajar no es sólo una "excusa" para permanecer en la sociedad humana, sino que también es validar el Fa directamente, y también es cultivación. En Exponiendo el Fa en Canadá 2006, Shifu dice, "Todo lo que hacen, sea balancear bien tus relaciones familiares mientras vives entre la gente común, balancear bien tus relaciones con la sociedad, cómo efectúas tu trabajo, cómo te conduces en la sociedad, etc., ninguna de estas cosas puedes simplemente hacerlas superficialmente. Todas éstas son tu forma de cultivación, y son solemnes."

Una vez que entendí esto, pude comenzar a ver situaciones y cosas que ocurrían a mi alrededor en esos ambientes donde interactúo con gente común, y que antes no percibía justamente por estar "ofuscada" con mi trabajo o estudio. Yo prácticamente tomaba a esos ambientes como una pérdida de tiempo, algo con lo que cumplir y nada más. Aunque les había aclarado la verdad tanto a mis compañeros de facultad como a los del trabajo, mi actitud hacia ellos era "bueno, ya saben la verdad. Ni bien termine la clase, me voy corriendo. No necesito pasar ni un minuto más con ellos." Pero después de leer el Jingwen de Shifu de Exponiendo el Fa en la capital de los Estados Unidos de 2006, que dice, "Los Fashen del Shifu, los dioses rectos y el enorme campo que Dafa cubre en el mundo pueden utilizar cualquier tipo de ambiente para hacer que las personas predestinadas y los que pueden ser salvados aparezcan frente a ti, dándoles la oportunidad de saber la verdad."... ahí empecé a prestar más atención a mi alrededor mientras pasaba tiempo entre la gente común. Y entonces comencé a notar los cambios que atravesaba la gente común luego de pasar un tiempo conmigo.

Uno de los ejemplos más claros ocurrió hace poco, durante el mes de Septiembre, en el que tuve que hacer una pasantía para la facultad como asistente de uno de mis profesores. Yo estudio iluminación de espectáculos, y la pasantía consistía en ayudar a mi profesor en su trabajo como iluminador de una obra de teatro. El teatro es el San Martín, uno de los más importantes del país, así que el ambiente para trabajar allí es bastante particular. Esto es, el grupo de personas encargadas de la parte técnica de la iluminación es como una especie de clan, con códigos propios, y siempre tienen una actitud soberbia y provocadora con los que vienen de "afuera" a "su" teatro. Son todos hombres, y entre ellos se agredían constantemente, burlándose unos de otros todo el tiempo, incluso con bromas muy crueles. Aunque un poco se contenían cuando yo estaba presente, igualmente la situación era bastante incómoda, y aunque conmigo evitaban las groserías, de igual forma me trataban como una de "afuera", y encima, mujer. Muchas veces me probaron el xinxing, ya que por lo general no escuchaban mis indicaciones y no me hacían caso, así que lograr que se pusieran a trabajar realmente me costaba mucho. Yo seguía siempre tratando de hacer mi trabajo lo mejor posible, y cuando tuve la oportunidad, le di a cada uno un ejemplar de LGE.

Yo siempre llegaba a tiempo, pero mi profesor llegaba siempre tarde, así que cada vez que iba pasaba un tiempo con ellos, tomando unos mates y charlando. Por supuesto, no podía siempre hablar de la persecución y de Dafa, así que las mayorías de las veces, tenía que escucharlos hablar de sus cosas de personas comunes, y ver cómo se agredían entre sí. Pero poco a poco, y casi sin que me diera cuenta, todo comenzó a cambiar. De repente un día descubrí que ya no se agredían tanto como antes, y hasta tenían más predisposición para trabajar. Ya no se quejaban, y hasta dejaron de hablar de cosas tan desviadas. ¡Incluso mi profesor comenzó a llegar a horario! Lo más curioso es que varios de ellos comenzaron a tener ciertas reacciones físicas: uno se sentía engripado, le dolía todo el cuerpo, pero extrañamente sin fiebre, otro tuvo una diarrea que lo obligaba a ir al baño muy seguido, aunque mientras yo estuve ahí no tuvo que ir ni una vez, otro tenía dolores de panza, pero no había perdido el apetito, y otro tuvo una especie de resfrío que le duró sólo un día. Todo eso al mismo tiempo. Parecía realmente que estaban teniendo limpiezas en sus cuerpos, ya que aunque tenían esos síntomas, todos pudieron seguir trabajando, y cada vez con más ganas.

Con los actores pasó algo parecido: la mayoría eran hombres mayores, con varios problemas de salud y dificultad para retener los textos. Pero con el tiempo, los problemas de salud se resolvieron y ya no se olvidaban la letra.

En Exponiendo el Fa en el Fahui de la capital de los Estados Unidos de 2006, Shifu dice, "Como Dafa dizi en esta sociedad, no importa en qué ambiente o rincón de la sociedad estés, tienes un efecto positivo. No importa si estás esclareciendo la verdad o validando el Fa, o haciendo cosas que no se relacionan directamente con Dafa, estás salvando seres concientes y tienes un efecto enorme, y eso es porque tus pensamientos rectos y campo compasivo están teniendo un efecto positivo". Y yo creo que lo que mi experiencia en el Teatro San Martín ilustra precisamente esto que Shifu enseñó. Aunque realmente la gente que trabajó en esta obra y con la que estuve en contacto es mucha y no pude aclararles la verdad a cada persona, mi presencia allí tuvo un efecto muy positivo para todos ellos. No es de sorprender entonces que ahora la obra sea un éxito de público...

Pero volviendo al trabajo en LGE, desde que estamos trabajando en el periódico, el ritmo de nuestras actividades se aceleró. Ya de por sí, hacer el diario es un proceso bastante largo y trabajoso, pero a esto se sumó todo tipo de actividades relacionadas a difundir los Nueve Comentarios y las renuncias al malvado partido, tanto entre los argentinos como entre los chinos, ya que poco tiempo después de LGE, se lanzó la edición en chino, DJY.

Mi entendimiento de LGE siempre fue que es un proyecto para salvar seres concientes a gran escala, pero que se trata de una empresa, así que hay que ser responsable con ésta, y al mismo tiempo, para nosotros es ante todo un proceso de cultivación. Entonces, desde el principio y hasta el día de hoy, se nos plantean varios desafíos en cada uno de estos aspectos, y cuando podemos hacerlo bien, realmente nos elevamos.

LGE es el primer proyecto que nos tiene trabajando en grupo durante tan largo tiempo. Antes, cuando hacíamos una actividad para aclarar la verdad, era sólo una cuestión de coordinar unos días antes y luego ya estaba. Pero con LGE, realmente tuvimos que aprender a trabajar juntos, realmente se nota eso de "ser un cuerpo", porque todo lo que hacemos, o no hacemos, repercute en el trabajo grupal. Y ahí fue cuando empezaron a aparecer los problemas de xinxing. Puntualmente, era cuando algún practicante no cumplía con sus tareas a tiempo, y en consecuencia, se atrasaba y complicaba todo el proceso. En los primeros números de LGE, mi corazón era bastante egoísta, así que me enojaba porque ese retraso significaría que yo tendría que trabajar más y hasta más tarde. Pero pude mirar hacia adentro y ver mi egoísmo, entonces ya no me enojé más por eso.

En LGE, naturalmente fui colocándome en una posición de coordinación, ya que con el tiempo comenzaron a sumarse practicantes al proceso, y yo por iniciativa propia me encargaba de mostrarles cómo era el proceso y explicarles los pasos a seguir. Esto me enseñó a pensar cada vez más en función del grupo y más ampliamente. Empecé a ver cada vez más claramente cómo cada pequeña acción de cada uno repercutía en el conjunto. Y fui aprendiendo a aprovechar las habilidades de cada practicante para optimizar más el trabajo grupal. Fui aprendiendo también a dejar que cada practicante haga su camino y su cultivación y que trabaje según su entendimiento, pero al mismo tiempo ir acompañándolos teniendo en cuenta cómo afecta su trabajo al proyecto global, en términos de entendimiento y de cómo se relaciona con el conjunto. Eso fue un proceso de aprendizaje para mí, y como tal, no siempre lo hice bien. Por ejemplo, como había varios practicantes que no cumplían con los tiempos ni con sus tareas, varias veces di una misma tarea a dos practicantes diferentes, segura de que alguno no la iba a cumplir. Esta era una actitud muy mala, ya que en vez de ayudar a los practicantes a elevar su entendimiento y cumplir mejor con su tarea, los metía a todos "dentro de la misma bolsa", esperando que alguno no cumpliera. Y por supuesto, no todos son así, así que varias veces pasó que ambos practicantes terminaron su tarea, y entonces teníamos lo mismo hecho dos veces. Ahora era yo la que estaba haciendo trabajar de más a los demás, con el poco tiempo que todos tenemos para hacer las cosas. Yo, que acusaba a los demás de no pensar en el grupo y perder el tiempo, estaba haciendo justamente eso.

También, sin darme cuenta, a veces trataba de imponer a otros practicantes mi entendimiento, pero no tratando de que ellos hagan según lo que yo quería, sino que a veces pretendía que otros hicieran determinadas cosas en determinado momento, sin fijarme si realmente tenían el tiempo, el entendimiento o la habilidad para hacerlo. Yo esperaba que lo hicieran por sí mismos, y que si no sabían cómo, se "iluminaran" a ello, porque, después de todo, yo había empezado así con el diario. Y cuando no podían hacerlo o me preguntaban cómo, perdía la paciencia con ellos porque -según yo- "dependían de otros practicantes para validar el Fa". En la superficie yo siempre pensaba que en realidad ellos estaban nuevamente perdiéndose la oportunidad de validar el Fa y establecer sus poderosas virtudes, pero eso seguía siendo siempre mirar hacia fuera, y no veía mi parte de responsabilidad en eso. Con el tiempo, descubrí que el apego fundamental seguía siendo el mismo que al principio: en el fondo yo seguía esperando que otros hicieran el trabajo para no tener que hacerlo todo yo, en el fondo lo que yo quería era no tener que cargar con tantas cosas, y luego sí, pensaba que de paso ellos se podían elevar ayudándome con el diario. No estaba poniendo ni la elevación de ellos ni que saliera mejor el diario en primer lugar, sino que en el fondo estaba tratando de sacarme trabajo de encima, quería que las cosas fueran más fáciles para mí, por eso me molestaba cuando a pesar de estar ellos trabajando en ese asunto en particular, todavía me preguntaban cosas, obligándome a estar pendiente de ello. Con la excusa de que ellos necesitaban madurar y aprender en el proceso, no estaba dispuesta a hacer el pequeño sacrificio de acompañarlos y ayudarlos en lo que hiciera falta.

Este tipo de experiencias me ayudó a ser más tolerante y compasiva con mis compañeros practicantes en todos los aspectos. También en otros proyectos. Por ejemplo, hace un tiempo comenzamos a hacer representaciones de las sustracciones forzadas de órganos que están sucediendo ahora en China continental. El proceso de coordinar y armar esas actividades también es un proceso para que todos miremos hacia adentro y nos elevemos. Los practicantes encargados de organizar dichas actividades también están en el proceso de aprender a hacerlo, así que por supuesto hay brechas y omisiones. Entonces el asunto pasa a ser cómo cada uno reacciona ante esas omisiones. En estos casos también descubrí que muchas veces, con la excusa de que yo estaba muy ocupada con el diario, con la facultad y con mi trabajo, me despegaba del tema de la coordinación y dejaba toda la responsabilidad a otros practicantes. Entonces, cuando algo fallaba, yo pensaba que no tenía nada que ver, ya que el error no lo había cometido yo y yo no había estado involucrada en el proceso. Pero eso nuevamente era un pensamiento egoísta, y también estaba dejando una brecha abierta. Creo que como verdaderos Dafa dizi, no podemos desentendernos de ningún proyecto que ocurra a nuestro alrededor, aunque los coordinadores sean otros y nosotros no participemos activamente en el mismo. Estar atentos al proyecto y a lo que se pueda necesitar, cierra brechas y suma pensamientos rectos. No podemos pensar que determinada cosa depende sólo de uno o dos practicantes y que no tiene nada que ver con nosotros. Al menos mi experiencia con LGE me ayudaba a no acusar a los encargados, sino tratar de resolver el problema que se presentaba, aunque igualmente seguía sin mirar adentro, sin pensar que el no preocuparme por el proyecto también había causado una brecha.

Este tipo de actividades realmente tienen un efecto enorme. La sustracción forzada de órganos de practicantes es algo tan brutal que muchísima gente reacciona y se despierta cuando sabe la verdad. Cuando hacemos las representaciones del proceso de la sustracción de órganos, hasta yo me estremecía con los gritos del practicante diciendo "Falun Dafa Hao!" mientras lo llevaban hacia la camilla y le quitaban los órganos. Hubo gente que hasta lloró al ver la representación y enterarse del grado al que llega la persecución en China. Mucha gente firmó la petición en apoyo de los practicantes y se llevó los materiales de aclaración de la verdad.

También en la Feria del Libro, en la que este año participamos por primera vez con un stand de LGE. Justo durante la Feria se descubrió el tema de la sustracción de órganos y el campo de exterminio de Sujiatun, así que en el stand expusimos el ejemplar de LGE tenía en su primera página la noticia de la sustracción de órganos. Así que cientos y hasta miles de personas supieron de Sujiatun. Muchísimos compraron el diario, y muchos otros lo hojearon en el lugar e igualmente se llevaron material de aclaración de la verdad sobre ese tema, además de mirar la exposición de carteles con la historia de las atrocidades del malvado PCCh, incluyendo por supuesto, la sustracción de órganos de practicantes vivos.

Estas actividades, junto con las que hacemos los fines de semana en el barrio chino, en el que mientras repartimos el diario en chino también colocamos carteles y aclaramos la verdad de esa manera, y los afiches que se estuvieron pegando en los últimos meses por toda la ciudad, permitieron que muchísima gente supiera la verdad. Muchos compañeros de facultad, compañeros de trabajo y familiares me comentaron que habían visto los carteles o las representaciones de sustracción de órganos. Pero por supuesto, también hay personas que están muy perdidas y fueron engañadas por la cultura falsa del PCCh. Ante este tipo de personas, varias veces me ponía a discutir, tratando de no dejarlos hablar para que no repitan los dogmas desviados del malvado PCCh, tratando de imponerme sobre ellos y discutiendo. Pero veía que después de esas discusiones la persona se iba igual de ofuscada, y yo me quedaba con una sensación de no haberlo hecho bien, a pesar de que mi intención había sido aclarar la verdad y salvaguardar Dafa. Pero después de uno de esos episodios, Shifu me señaló en Enseñando el Fa en el Área Metropolitana de Nueva York: "Tu intención de salvaguardar la dignidad de Dafa está bien, ¿pero cómo lo salvaguardas? ¿Les impides que hablen? ¿Debates con ellos? Te digo, trata a todos los seres con compasión, sólo clarifica los hechos a la gente con compasión y estarás salvaguardando la dignidad de Dafa, y serás capaz de salvaguardar la dignidad de Dafa."

Eso lo pude comprobar una vez frente a la Cancillería argentina, mientras repartía LGE. Ese es un lugar donde hay bastante resistencia a LGE, ya que hay personas con lazos cercanos con China continental que no quieren que se reparta LGE en Cancillería. Varias veces entonces se acercó un policía para decirnos que no repartamos LGE en la vereda, siguiendo órdenes que le habían dado adentro. Teniendo el Fa en mente, yo charlaba con ellos para explicarles racionalmente por qué era importante repartir LGE y difundir las noticias que lleva, y por qué también estábamos en todo nuestro derecho de repartir el periódico en ese lugar. Invariablemente, los policías debían darme la razón, y con el tiempo ya no vinieron a sacarnos de la vereda. Hoy en día, incluso nos piden una copia cada vez que vamos.

El ponerme a escuchar a la gente en vez de directamente debatir con ellos, también me hizo descubrir que las cosas no son siempre lo que parecen a simple vista. Por ejemplo, un día, mientras repartía LGE, me puse a conversar con una persona de seguridad de uno de los lugares donde dejamos el diario. Él recibió el diario muy contento, y como me dijo que siempre lo leía, le pregunté qué opinaba del diario, si tenía alguna sugerencia para mejorarlo, qué cosas le gustaban y qué cosas cambiaría. Y me sorprendió bastante cuando me respondió: "Y... yo sacaría los 9 comentarios..." Entonces le pregunté por qué los sacaría, y le expliqué lo importante que eran los 9 comentarios, pensando que quizás él también había sido engañado por las doctrinas del perverso comunismo y por eso no quería que los 9 comentarios estén en el diario. Pero luego me respondió: "Lo que pasa es que los publicaron hace menos de un año y ya los están repitiendo... Deberían esperar un poco más antes de volver a publicarlos". Y siguió, "Yo siempre leo todo, todo el diario. Ya me leí los 9 comentarios el año pasado, y ahora me los hacen leer de vuelta!!" Es decir, esta persona había recibido todos los ejemplares de LGE, y los había leído por completo, incluyendo los 9 comentarios cuando los publicamos la primera vez, y como siempre lee toda LGE completa, naturalmente estaba leyendo de nuevo los 9 comentarios!! Entonces, lo que en principio había parecido que la persona estaba contra los 9 comentarios, al escucharlo descubrí que era todo lo contrario, una persona que nunca se pierde ningún número y los lee por completo. Él es uno de los tantos seguidores que tiene LGE.

Estas actitudes que encontramos en las distintas actividades nos demuestran que la gente está cada vez más lúcida con respecto a la situación en China. Más y más gente está despertando mientras avanza la rectificación del Fa. Pero eso no significa que ahora la situación sea más fácil para nosotros, ya que paralelamente, pareciera que los conflictos entre el grupo son cada vez más severos. Los conflictos de xinxing y las discusiones aparecen todos los días. En mi caso, la mayoría de los conflictos giran en torno a la coordinación de LGE, que de todos modos es el eje de las actividades actuales aquí en Bs As. Como antes dije, muchas veces perdía la paciencia con otros practicantes cuando no cumplían con sus tareas. En la superficie ya no me preocupaba el hecho de tener que trabajar más o dormir menos, sino que lo veía como una falla en las cultivaciones de los demás, que no eran responsables con las cosas de Dafa y que eso era no ser responsables consigo mismos. Pero claro, eso es sólo mirando para afuera... Aunque yo siempre tenía presente que todo lo que nos pasaba era para que nosotros miremos adentro y nos eleváramos, yo seguía pensando que la falla estaba en los demás y que si yo me ponía mal era porque pensaba en cómo ellos se estaban perdiendo la oportunidad de mejorar. Y la verdad es que estuve pensando así bastante tiempo, hasta hace relativamente poco, cuando uno de los practicantes que no cumplía con sus tareas llegó a un punto crítico y todos estuvimos charlando con él para ayudarlo a mejorar. Al repetirse siempre la situación de que este practicante no cumplía con su tarea y entonces muchas cosas se atrasaban o no lograban hacerse, yo siempre lo criticaba, y -siempre pensando que lo hacía para que él mejorara y que LGE avanzara -la verdad que muchas veces lo maltrataba, y no pensaba en cómo se sentiría él. Aunque varias veces charlaba con él y trataba de señalarle sus fallas, al ver que no había muchos avances, perdía la paciencia y hasta pensaba en decirle que ya no participara en LGE, que ya le habíamos dado muchas oportunidades y sin embargo todo seguía igual, como si fuera yo la que le diera las oportunidades para mejorar, en vez de darme cuenta de que Shifu armaba toda la situación para que tanto él como el resto de los practicantes nos miráramos adentro y mejoráramos juntos.

Cuando llegó a este punto crítico y todos hablamos con él, me di cuenta de lo egoísta y lo poco compasiva que yo había sido con este practicante, y que no había podido ver su sufrimiento al estar tanto tiempo en esa situación, que lo mío era como un reto hacia él, una especie de reproche nuevamente porque me obligaba a mí a hacerme cargo de más cosas para compensar lo que él no había hecho. Aunque en la superficie pensaba en cómo afectaba a LGE, en el fondo seguía pensando en mi comodidad, trataba de evitar más problemas y que las cosas fueran más fáciles para mí, en vez de pensar en cómo se sentía él ante esa situación. Lo peor de todo fue descubrir que además, cuando yo le señalaba sus fallos, lo hacía con un corazón de soberbia, creyéndome que yo era mejor que él simplemente porque no estaba en su situación. Y eso también me llevó a darme cuenta que cuando me enojaba con otros practicantes cuando tenían dificultades para completar alguna tarea o me pedían una opinión o ayuda, siempre respondía con un corazón de soberbia y un sentimiento de superioridad ante ellos, que no podían completar una tarea que yo consideraba sencilla. Este corazón de soberbia a veces me impedía aceptar las críticas de los otros cuando me señalaban algo que yo no había hecho bien. Me escudaba pensando que ellos lo estaban viendo de afuera y que no estaban tomando en consideración la situación entera y global, o que me lo decían simplemente porque me querían imponer sus entendimientos. O pensaba que en todo caso yo podía equivocarme porque estaba a cargo de más cosas de Dafa, además de las obligaciones con la facultad, el trabajo y mi familia, que no son practicantes. Entonces pensaba que para los otros era más fácil criticarme porque no tenían tanta presión como yo y sus vidas eran más cómodas que la mía. Aunque una parte mía entendía que tener más dificultades en realidad es algo bueno, otra parte mía seguía intentando huir de los conflictos y tomaba esas dificultades como excusa para tener fallos en mi cultivación.

Por eso, aunque a veces sea realmente muy difícil, aunque me cueste mucho balancear todos los aspectos de mi vida y a veces pareciera que no lo voy a poder seguir haciendo bien por mucho tiempo, aunque a veces dejar los apegos sea muy doloroso, y aunque a veces esté muy cansada y quiera unas vacaciones, yo sé que nunca voy a dejar Dafa, porque sin Dafa, no soy nada. Aunque sea difícil, sé que en definitiva se trata de oportunidades que Shifu me da para elevarme, y que cuando todo esto se termine, cuando dentro de poco esta etapa de la rectificación del Fa haya terminado, ya no habrá nada que hacer, y ya no tendremos más oportunidades. Por eso espero que todos sigamos avanzando como un todo, que todos sigamos aferrados al Fa y sigamos de cerca a Shifu, que pase lo que pase sigamos cultivándonos, porque una vez que este tiempo termine, ya no volverá jamás. No perdamos las últimas oportunidades.

Por último, quisiera terminar con unas palabras de Shifu que escribió para la versión rusa de Zhuan Falun:

¡Valórenlo! Las promesas de los dioses se están cumpliendo.
¡Valórenlo! Esto es lo que han estado buscando.
¡Valórenlo! El Fa está justamente ante ustedes.

Gracias Shifu, gracias a todos.

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