Por un practicante de Falun Dafa en EE.UU.

(Sabiduriapura.org)

Quiero compartir una experiencia que me ocurrió hace unas horas durante mi vuelo de San Diego a Filadelfia.

Después de que abordé el avión, un hombre me preguntó si podría cambiar el asiento para que él pudiera sentase junto con su esposa, y yo accedí. Poco después el avión despegó, mi nuevo vecino, llamado Rich, compró una almohadilla y empezó a ver la película que el vuelo mostraba. De alguna forma noté un libro con el título “Chi Gung” en la mesa plegada hacia abajo enfrente de él, entonces intenté dirigir una conversación con él sobre el tópico del qigong. Cuando me preguntó que qigong estaba yo practicando, le mostré las fotos de Shifu demostrando los ejercicios del librito “Falun Dafa” y le pregunté si había escuchado sobre Falun Gong. Él dijo que había escuchado su nombre, pero eso era todo. Entonces saqué una copia de nuestro nuevo libro “Historias de Conciencia” y le dije que si leía las primeras veinte y tantas páginas, aprendería más sobre el qigong que su libro “Chi Gung.”

No esperé mucho; después de todo él estaba viendo una película, y su hijo, quien parecía tener siete u ocho años de edad, necesitaba constante atención. Pero él me sorprendió. Tomó el libro y lo leyó atentamente, solo me hizo una pregunta cuando llegó a la cuarta página. Viendo que estaba tan absorbido por el libro, empecé a Enviar Pensamientos Rectos y pedí la ayuda de Shifu. Cuando llegó a la sección de “Solemnidad y Heroísmo en la Plaza Tiananmen” se detuvo visiblemente. Recordando el contenido de la sección y el previo comentario de Diana (una editora del libro) de cómo ella desearía que más gente tuviera la fortuna de leer y sentir el coraje y sacrificio de los practicantes, mis ojos se mojaron y una vez más le pedí a Shifu que los ayudara a leer. Entonces mi alarma sonó para Enviar Pensamientos Rectos y cerré mis ojos para limpiarme a mi mismo. Escuché que su hijo le hacía una pregunta así que eché una mirada al libro y vi que estaba leyendo la sección de “Tortura y Asesinato.” Él le dijo a su hijo: “Ella se rehusó a dejar de practicar y fue quemada con un bastón eléctrico en su cara.” Su hijo hizo otra pregunta, y él respondió: “La policía no le permitió comer.” Cuando su hijo le preguntó “porque,” le dijo, “No puedo decírtelo ahora, tomará mucho tiempo; tengo que leer ahora.” De la conversación, sabía que le estaba explicando la foto de Gao Rongrong y Wan Xia a su hijo. Mis ojos se mojaron de nuevo, feliz de saber que él sabía algunas respuestas.

Cuando Envié Pensamientos Rectos, agregué un pensamiento de eliminar toda la maldad que interfería con él para que él pudiera aprender la verdad. Justo en ese momento, experimenté una tristeza (o simpatía), una tristeza-benevolente vino desde mi pecho e hizo salir mis lágrimas. No estaba llorando, pero no podía detener mis lágrimas. Me vinieron muchas cosas de una sola vez.

Yo sabía que Enviar Pensamientos Rectos es para eliminar el mal. Lo entendía más desde el ángulo de la lucha entre la fuerza recta y la maldad. Lo entendía con el concepto abstracto de que eliminar el mal es liberar a los seres concientes del control del mal y del veneno, pero ésta era la primera experiencia personal de tener el pensamiento de eliminar el mal para ayudar a alguien a que sepa la verdad. El entendimiento que eliminar el mal es enorme Shan todo de repente vino a mí. Y la enseñanza de Shifu de “Para reducir las pérdidas, y salvar seres concientes, ¡pongan vuestros poderosos pensamientos rectos de discípulos de Dafa en completo uso!” (“Pensamientos Rectos”) todo de repente vino a mi. Estaba abrumado en ese espacio de segundo.

De las historias y leyendas de la antigua China, sabía que cuando fo y pusa destruyen a los demonios, ellos no mostraban triunfo o vindicación, sino que siempre decían, “Shan zai, Shan zai” (mi traducción rápida es “Oh, Shan”) Yo podía sentir en concepto alguna simpatía o tristeza, o incluso algún sentido de desamparo en ese dicho, pero está fue la primera experiencia personal de esa tristeza: cuanto mejor hubiera sido si las viejas fuerzas no hubieran interferido, Rich y toda la gente como él sería capaz de saber la verdad, y las viejas fuerzas no se destruirían a sí mismas. En ese momento, experimenté esta tristeza especial que solo puede ser descrita por Cibei – y descrita torpemente como tristeza-benevolente.

Cuando llegué al punto de recitar “Fa Zheng Qian Kun, Xie E Quan Mie,” el poder era tan abrumante que mis lágrimas se derramaron. Tuve secar mis ojos con una servilleta. Mientras repetía “Fa Zheng Qian Kun, Xie E Quan Mie” para reforzar mis pensamientos rectos, el fuerte sentimiento de Cibei seguía viniendo, y tuve que secar mis ojos repetidamente. Finalmente, cuando sentí que había enviado Pensamientos Rectos por diez minutos, abrí mis ojos y vi que habían pasado 25 minutos.

Rich continuo leyendo hasta la página 44, cuando terminó la historia de la familia Chen. Entonces él empezó a pasar las páginas, pero se detuvo en todas las fotos y leyó las explicaciones. Cuando llegó a la parte de “Métodos de Tortura,” empezó a leer de nuevo, y le explicó algunas fotos a su hijo. Entre todo, leyó por más de una hora.

Cuando cerró el libro, la primera cosa que me dijo fue, “Increíble. Es asombroso como Falun Gong puede ayudar a estas personas a resistir vueltas y vueltas de golpizas.” Luego tuvimos una larga conversación durante la cual me hizo muchas preguntas y, asombrosamente, aceptó todas las respuestas.

Entre las cosas que conversamos, mencionó que a pesar de interés de hace mucho tiempo en el qigong, evitó a Falun Gong porque tuvo la impresión de un periódico (¡en inglés!) que Falun Gong era una secta. Luego le conté la historia de Charles Lee, y que es la clarificación de la verdad. Estuvo muy contento de conocer mejor ahora. Me pidió que le mostrara los ejercicios (lo poco que podía mostrarle mientras estaba sentado) y ayudarlo a conectarlo con los practicantes locales.

También tenía un grupo de preguntas con respecto al qigong, tales como respiración, dirección que encarar mientras se hacen los ejercicios, aprender de diferentes escuelas, etc. Para mostrarle que Zhuan Falun tiene todas las respuestas a sus preguntas simples, le sugerí que diéramos vueltas las páginas que contenían las respuestas y se las traduje. Él era como una esponja absorbiendo todo. Incluso preguntó si su hijo era muy joven para aprender Falun Gong.

La discusión también fue más allá del simple qigong. Pronto, estaba convencido de que las pila de libros de qigong que él había comprado y leído eran desviados, lo cual me recordó un proyecto para encontrar y escribir a este autor del libro “Chi Gung” para informarle. Lo que fue realmente interesante es que cuando el vuelo estaba aterrizando, él dijo, “Debe haber una razón porque cambiaste el asiento para estar al lado mío,” y que, “Esto cambiará mi vida, no tengo dudas.”

Es casi imposible contar toda la conversación que tuvimos en unas cuantas horas. Mi entendimiento más importante, aparte de experimentar Cibei por primera vez, fue:

1. La clarificación de la verdad no es un tema simple. Shifu nos dijo muchas veces que clarificáramos la verdad con profundidad. Nuestros volantes, marcadores, y libros no son solo palabras llenando páginas, sino que tienen el efecto de atraer a las personas que los lean y despertarlos una vez que lo hagan. Para alcanzar esto, debemos continuar esforzándonos para mejorar nuestro material para clarificar la verdad. En particular, deberíamos escribir desde el ángulo de ayudar a los lectores a entender; deberíamos escribir desde el ángulo de lectores, no escritores.

2. Tener material para clarificar la verdad bueno hace las cosas mucho más fáciles. Si conocemos algunos materiales que tienen buen efecto, deberíamos promoverlos juntos.

3. La calidad es importante, y cada detalle es importante. Como jefe editor, nunca le presté demasiada atención a las explicaciones de las figuras. Hoy vi con mis propios ojos que las fotos y las leyendas son lo que primero captan los ojos de las personas.

Fecha de edición: 03/04/2005
Categoría: Relato de los Practicantes

Categoría: Referencias