Un practicante occidental veterano de Dafa

(Sabiduriapura.org)

En la conclusión de la enseñanza del Maestro Li en (Enseñando el Fa en Pascuas 2004 en la Conferencia del Fa en Nueva York) dijo esto: “Hoy es Pascuas, ¡el día de la resurrección de un dios! (Aplausos entusiastas). Esto es todo lo que diré hoy. En este día glorioso y especial, ¡que el lado divino de los discípulos de Dafa también resucite! (Largo período de aplausos entusiastas)

Este último verso me impactó tanto como otros de sus muchos mensajes gentiles pero urgentes, para lograr nuestro acto en conjunto, perdiendo cada vez más, los comportamientos humanos mientras vivimos entre la gente común. El mensaje parecía querer recordarnos que nos demos prisa, que mantengamos un comportamiento noble y que no perdamos más tiempo.

El verso señala dos conceptos, “resurrección” y “divinidad.” El significado de estos dos mandatos renovados no me impactó hasta pasado un tiempo. Ahora me doy cuenta de que resurrección es todo lo que hemos estado buscando en el camino y que recoge de una manera íntegra, las enseñanzas de Dafa. Es el alejamiento de nuestros hábitos profundamente arraigados, viviendo sin deseo de gratificación terrenal temporal y el regreso a lo que una vez fuimos, el genuino y verdadero ser original. Resurrección también puede ser definido como la ejecución de un juicio final para la humanidad y la elevación de ésta, a niveles más altos. Un proceso durante el cual el alma inmortal volverá a unirse con todas las entidades nobles en ese nivel. Resurrección aquí puede ser el despertar de nuestra conciencia lo cual es meramente temporal, menos importante y de corta vida, en comparación con lo eterno y redimido. Esto, nos promete nueva vida, nueva energía, o incluso energía permanente, que en definitiva es habitar en el universo como un punto de buena influencia para la eternidad. Si leemos diligentemente reflejándonos y estudiando Zhuan Falun, adelantaremos nuestro paso tremendamente y llegaremos al punto de una nueva vida espiritual y de energía.

Mi apertura de entendimiento al concepto “resurrección” fue al comienzo mucho más fácil que tratar con el segundo concepto mencionado por el Maestro, nuestra divinidad. Después de un tiempo, una pequeña llama se encendió en mi cabeza, dispersando las sombras y diciéndome que los dos no pueden estar separados, particularmente cuando se consideran, enseñanzas del Maestro. Muchos de nosotros quienes hemos cultivado verdaderamente la Gran Ley, hemos notado en muchas ocasiones que pensamos muy diferente a como piensa la gente común y que nuestros pensamientos actuales, ya nada tienen que ver con aquellos que teníamos cuando aún no habíamos conocido la cultivación. Yo lo veo como un regresar a todo lo que es genuino. De esta manera, la honestidad, la decencia, la cortesía, la compasión y todo lo genuino, son atributos que pueden ser “resucitados” con una mentalidad firme pero bondadosa. Cuando me hallo a mí mismo en un dilema, sin saber qué hacer por no querer “herir los sentimientos de alguien,” me pregunto a mi mismo, “¿Qué haría el Maestro Li en este caso?” Él ha dicho:

”No hagan nada que yo no haga, ni usen nada que yo no use. En cultivación debes decir las cosas como yo las digo”.

(De Escrituras Esenciales Para Mayor Avance: La naturaleza buda no tiene ningún punto débil)

Reflexionando, la respuesta se hace clara y la acción apropiada. Demasiado para mi perspectiva práctica y de la naturaleza divina de un cultivador; pero hay más.

Continuando con la reflexión, estoy convencido de que cada acto de resucitarnos y renovarnos a nosotros mismos en Dafa con la ayuda del Fashen del Maestro, la resurrección nos acercará aún más a esas características divinas que duermen dentro de todos nosotros. Esta búsqueda diaria de la divinidad en nuestra esfera humana es un camino difícil que nos hace vivir todo tipo de tribulaciones, que nadie puede resolver por nosotros. El Maestro nos ha dicho: “La cultivación es dura.” (De “El sendero” en Escrituras Esenciales para mayor Avance II).

El diario, persistente y a veces agonizante avance que paso a paso se vive en la senda de la cultivación, no es para un corazón débil, sino para aquellos que con coraje salvan cada bache del camino lluvioso que sin llegar a caer, nos salpican con lodo acercándonos más a la transición desde esta existencia terrenal, a la inteligencia creativa divina, que llamo “cielo.” Con el magnífico poder que la Gran Ley nos ha dado, nosotros podemos elevarnos verdaderamente hasta la altura de la excelencia en el más alto grado y eventualmente vislumbraremos facetas y cualidades de creación, ser supremo e iluminación, tomando nuestro lugar como buen auxiliar del todopoderoso Dafa.

Fecha de edición: 16/6/2004
Fecha de artículo original: 24/5/2004
Categoría: Compartiendo entendimientos

Categoría: Referencias