[Minghui.net] Soy un practicante de Falun Dafa de la provincia de Shandong. Mi padre pertenece a las autoridades del pueblo que originalmente eran militares. Él no ha recibido mucha educación y durante décadas ha sido adoctrinado por el partido comunista chino (PCCh). Aunque sabe que el PCCh está podrido hasta la médula, fue envenenado por la cultura del partido. Luego de que mi madre y yo empezáramos a practicar Falun Dafa, mi padre presenció tremendos cambios en la salud de mi madre, por lo que no se opuso a nuestra práctica.

Después de que el PCCh empezara la persecución en contra de Falun Dafa en 1999, mi madre y yo éramos acosados constantemente, y mi familia estaba bajo una gran presión. Mi padre, preocupado por mí y por mantener una reputación, se enfadó con mi madre por practicar Dafa. Se quejaba de que no deberíamos continuar con la práctica, y decía un montón de palabrerías irrespetuosas hacia Dafa. Mi madre, tímida y precavida, era especialmente temerosa al temperamento feroz de mi padre, de tal manera que siempre se acomodaba a él. Como ella no tenía suficientes fuertes pensamientos rectos, no se atrevió a aclararle la verdad. De esta manera la situación empeoró.

Posteriormente, mientras intercambiábamos entendimientos, compañeros practicantes le dijeron a mi madre que debía librarse de su miedo y gradualmente aclararle los hechos a mi padre, bien sea hablando unas pocas palabras con él o con hechos al mismo tiempo. De esta manera, mi padre, a pesar de que había sido profundamente engañado por las mentiras del PCCh, gradualmente fue cambiando. Mamá reunió todo su coraje y comenzó a clarificarle la verdad. Aunque papá no aceptaba lo que ella le contaba, no  se enfadaba.

Una vez los agentes de la oficina 610 vinieron para acosarnos, y mi padre les dijo lo que había oído de mi madre: “Fuera de China, el mundo entero sabe que Falun Dafa es bueno. Incluso las esposas de los miembros del comité permanente del departamento político central practicaban. Jiang Zemin es la única persona que se opone”. Los agentes estaban atónitos y solamente respondieron: “Oh, Ud. Sabe demasiado”.

Otro día volvieron los agentes de la oficina 610. Papá nuevamente usó lo que mamá le había dicho para preguntarle al personal: “Ustedes dicen que Falun Gong está en  ‘contra de la humanidad y  de la sociedad,’ pero el mundo entero apoya a Dafa. ¿Acaso las personas de esos países no son humanos? ¿No son sus sociedades, sociedades normales?”. Los agentes se quedaron sin habla, incluso el director fue incapaz de pronunciar palabra alguna. Quedaron abatidos.

Desde entonces, cada vez que los agentes se acercan, me preguntan si está mi padre. Si está cerca, no se atreven a entrar en casa. Los agentes de la oficina 610, saben que lo que hacen es vergonzoso y que la persecución a Falun Gong es injustificable.